México D.F. Viernes 6 de febrero de 2004
"De lo contrario, no esperen más de la
Federación"
Insta Hacienda a estados a ampliar recaudación
local
Evita Gil Díaz aludir al tema del IVA en la convención
ROBERTO GONZALEZ AMADOR, ROSA ELVIRA VARGAS, RENATO
DAVALOS Y ENRIQUE MENDEZ ENVIADOS
Queretaro, Qro., 5 de febrero. Los trabajos de
la Convención Nacional Hacendaria, que comenzó hoy un largo
recorrido de cinco meses, arrancaron con la advertencia del Poder Ejecutivo
federal a los gobiernos estatales de que no pueden esperar mayores recursos
de la Federación si no están dispuestos a emplear las facultades
que les otorga la ley para recaudar una mayor cantidad de impuestos locales.
El
secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, expuso en un discurso
pronunciado después de la inauguración del cónclave
que la Federación ha incrementado de forma significativa las aportaciones
presupuestales a los estados, pero al mismo tiempo los gobiernos locales
no han emprendido acciones para mejorar la recaudación propia.
El funcionario también aseguró que el sistema
tributario actual, para poder captar más recursos, debe ser simplificado,
además de que la recaudación de impuestos no petroleros "deja
mucho que desear", porque su diseño "contiene numerosas fugas y
concesiones".
Las participaciones federales incrementaron su porcentaje
dentro de los ingresos corrientes de los estados, al pasar de 68.2 por
ciento del total en 1994 a 73.6 por ciento en 2002. De forma paralela,
en el mismo periodo los ingresos propios como parte del gasto total de
los gobiernos estatales cayeron de 20.9 a 12.8 por ciento, de acuerdo con
las cifras de Gil Díaz.
Uno de los temas a debate de esta convención, esfuerzo
impulsado por gobernadores de partidos distintos a Acción Nacional,
al que después se sumaron el gobierno federal y los mandatarios
panistas, es la demanda de los Ejecutivos locales de tener mayor capacidad
para tomar parte en el proceso de asignación de las participaciones
federales, así como la creación de un sistema tributario
que contribuya a reducir la brecha de desarrollo entre las regiones norte
y sur del país.
El gobierno federal dejó claro este día
que no está dispuesto a ceder capacidad de gestión del sistema
tributario, cuyo diseño influye de forma directa en el desempeño
de las economías estatales y regionales. La oferta del Ejecutivo,
esbozada por Gil Díaz, es que los estados pueden buscar mayores
ingresos por el cobro más eficiente de impuestos locales y no esperar
que la parte sustancial de su gasto sea financiada con participación
federal.
"No obstante los considerables aumentos en las participaciones
en ingresos federales, éstas no han sido suficientes para satisfacer
los requerimientos de los gobiernos locales", manifestó Gil Díaz
al hablar en la primera sesión de trabajos de la convención.
"Toda vez que el gasto de las autoridades locales ha crecido más
que sus ingresos, se ha ahogado su capacidad de invertir en infraestructura
y de atender diversas necesidades sociales", señaló.
Aseguró que entre las causas que explican la falta
de recursos de los gobiernos estatales se cuenta "el aprovechamiento insuficiente
de sus facultades recaudatorias". En el caso de los municipios, abundó,
destaca "la pobre" recaudación del impuesto predial, que en términos
absolutos y relativos "es una de las más bajas del mundo", y también
la escasa captación de ingresos por cobro del servicio de agua.
"En general la tendencia (de muchos gobiernos estatales)
ha consistido en evitar los costos políticos que acarrearía
el establecimiento de aquellos impuestos que pueden aplicar", afirmó.
Además, a la falta de recursos contribuye también,
aunque de manera parcial, que la recaudación petrolera "deja mucho
que desear", porque su diseño "contiene numerosas fugas y concesiones".
De acuerdo con cálculos oficiales, la existencia
de regímenes preferenciales y tratamientos especiales en el sistema
tributario provoca que el fisco deje de captar unos 46 mil millones de
pesos, cantidad similar a la que hubiera generado la propuesta de reforma
fiscal planteada por el gobierno el año pasado, que incluía
el impuesto al valor agregado (IVA) en alimentos y medicinas.
Los ingresos tributarios que capta el gobierno federal,
es decir, aquellos que no incluyen la renta petrolera, representan apenas
11 por ciento del producto interno bruto, la cifra más baja del
grupo de naciones integrada a la Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económicos, a la que pertenece México desde
1993, y es inclusive menor a la de la mayoría de economías
centroamericanas.
Gil Díaz afirmó que "dadas las estrechas
limitaciones presupuestarias del gobierno federal, mayores participaciones
a los estados sólo son posibles a partir de aumentos en la recaudación
federal". En ningún momento planteó el IVA en alimentos y
medicinas, cuya inclusión en la etapa inicial de la convención
fue rechazada por gobernadores y legisladores.
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