México D.F. Martes 3 de febrero de 2004
Dio inicio el Encuentro Nacional de Jaraneros
y Decimistas
La tradicional persecución de toros marca los
festejos para la Candelaria en Tlacotalpan
ANDRES T. MORALES CORRESPONSAL
Tlacotalpan, Ver., 2 de febrero. Al grito de "¡Ahí
viene el toro", comenzaron los festejos en honor de la Virgen de la Candelaria,
que además de rendir culto a la patrona de los pescadores, que con
sus candelas encendidas alumbra la ruta al amanecer sobre el río
de Las Mariposas, este año incluye la celebración por el
sexto aniversario de que esta ciudad fuese declarada Patrimonio Cultural
de la Humanidad, por la Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Candelas sobre el Papaloapan
Este
lunes, los tlacotalpeños rindieron tributo a la Virgen de la Candelaria
que "alumbra y protege con sus candelas" a todos los que habitan en las
márgenes del río de Las Mariposas, desde el pescador que
sale de noche o de madrugada a la captura, hasta los campesinos que esperan
las lluvias para la cosecha.
Acompañada por cientos de velas encendidas y de
una banda musical, la imagen de la Virgen recorrió el río
Papaloapan sobre una piragua, para posteriormente ser venerada con una
ceremonia religiosa en el antiguo santuario ubicado en el centro de la
población.
El culto a la santa patrona en Tlacotlapan se practica
desde la época precolombina, pues los nativos, tras la conquista
española identificaron a la virgen hispana con Chalchiuhtlica, diosa
prehispánica de las aguas, los ríos y las lagunas, y en su
festejo se sincretizan ritos de la Iglesia católica e indígenas.
¡Ahí viene el toro!
El domingo, en la Perla del Papaloapan los pescadores
y campesinos sustituyeron las redes y la azada por los paliacates y la
ropa de color rojo para "torear al toro", como parte de tlacotalpad, replica
con variantes propias de las lidias de toros en Pamplona, España.
Unas 10 mil personas, entre lugareños y visitantes,
participaron de la fiesta que se inició de facto cuando -después
de cruzar nadando el río Papaloapan-, los animales se apoderaron
de las calles de la ciudad embistiendo todo a su paso y acompañados
del griterío, una salva de cohetes y la algarabía.
El rito duró poco más de tres horas y, aunque
cada animal llevaba varios "jinetes cuidadores", comisionados por el ayuntamiento
para vigilar que no fueran maltratados, los toros no se salvaron de las
agresiones de la multitud, que con palos y picos, los hostigaban hasta
enfurecerlos para que la persecución fuera más espectacular.
Al final de la jornada, unas 20 personas fueron atendidas
por paramédicos de la Cruz Roja local por heridas leves sufridas
durante la fiesta: en su mayoría fueron varones que no pudieron
evadir las embestidas, pero ningún lesionado fue reportado grave.
Jaranas y fandango
En Tlacotalpan también se dieron cita los amantes
del verso y del fandango. El zócalo de la ciudad fue sede del 25
Encuentro Nacional de Jaraneros y Decimistas, en el que participan unos
300 músicos soneros y versadores, que alegraron estas noches calurosas
de la ribera del Papaloapan en lengua náhuatl y castellana.
El fandango y los versos se prolongaron hasta el amanecer,
acompañados por los tradicionales toritos, bebida típica
de la región.
Por otra parte, las autoridades anunciaron la próxima
inauguración de la remodelación de edificios, como el Cine
del Pueblo y las fachadas de las construcciones que rodean la plaza principal,
las cuales se adecuaron con arquitectura de tipo colonial-costera, además
de la paulatina transformación de inmuebles que no concuerdan con
los rasgos arquitectónicos de la llamada Perla del Papaloapan
|