En su libro, presentado ayer, relata cómo expresar la homosexualidad en el pensamiento judío

Para el rabino Steven Greenberg la identidad sexual está en el alma

Al gay se le cataloga de pervertido, pecador o enfermo mental; no se entiende que es una forma de ser de los hombres Participa en el documental Temblando ante Dios, de Sandi Dubowski

Steven Greenberg, primer rabino judío ortodoxo que confesó públicamente su orientación homosexual, señaló que, contrario a lo que se piensa, la sexualidad y el amor son buenos en la tradición judía.

Autor del libro Wrestkling with God and men, presentado ayer a nivel mundial en nuestro país, y colaborador en el documental Temblando ante Dios, de Sandi Dubowski, Greenberg dijo que en su obra intenta relatar cómo expresar la homosexualidad desde el pensamiento judío; "el punto más importante es recordar que la homosexualidad no existe como perversión, sino que es una forma en que Dios hace a los hombres. La identidad sexual está en el alma", expresó.

La milenaria Jerusalén es la ciudad más importante para los judíos, ahí el estigma contra los homosexuales es fuerte, pero, en palabras de Greenberg, se dan los dos polos, ya que se ha establecido el centro comunitario La Casa Abierta a Jerusalén, donde judíos y musulmanes palestinos gay se reúnen para brindarse apoyo mutuamente. Esta ciudad acaba de ser nombrada capital de las marchas del orgullo mundial gay en 2005, por esa razón el gobierno tiene muchos conflictos con ese centro.

"Hay al mismo tiempo un rechazo muy claro a la gente gay, pero también existe un sector muy abierto de la ciudad que quiere que todo el mundo en la urbe, sin importar su religión o sexualidad, sea tratado justamente", destacó el rabino Greenberg.

El autor se considera paciente con los heterosexuales ya que a él le tomó 20 años aceptar su homosexualidad. Advirtió que cuando hay diferencias se pueden observar dos cosas: maravillas o monstruosidades; "estamos cómodos con lo familiar, tengo paciencia con el proyecto de convertir monstruos en maravillas".

El viernes pasado, después de la presentación a la prensa del documental Temblando ante Dios (Estados Unidos, 2000), el rabino señaló que los judíos gay están inventando "sobre la marcha" la forma de expresar su homosexualidad desde el pensamiento judío.

En el judaísmo -como en otras religiones- no es aceptado el amor entre personas del mismo sexo. La corriente ortodoxa es la más apegada a la Torá (los primeros cinco libros de la Biblia, en la cual se basa la ideología judía), amén de que los rabinos son electos por la comunidad para que los represente y los oriente con base en su religión.

Fuera del estereotipo del rabino ortodoxo, Greenberg no usa la barba larga ni caireles a un lado de las orejas, tampoco se viste con trajes negros o sombrero; al contrario, es un hombre maduro, tiene 47 años, algunas canas pueblan su cabello, usa pantalón de mezclilla, playera casual y chamarra a la moda, como cualquier otra persona.

Greenberg aclaró que no sólo es difícil para un judío tener orientación homosexual, sino que lo es para toda persona gay, ya que en todas las religiones se le cataloga como pervertido sexual, pecador o enfermo mental; "no se imaginan (los representantes de las religiones) que desde los 8 años la gente pueda ser gay. No hay nada que un cura, un sicólogo o un padre puedan hacer o decir para poder modificarlo; una vez que entiendan esto en forma profunda la religión tendrá que cambiar.

"Cuando yo salí del clóset un rabino me dijo: 'No existe rabino que sea ortodoxo y gay, no puede existir; afirmar eso es como revelar que se es un rabino ortodoxo que come carne de puerco'. Le contesté que un rabino debe acordarse que nadie salta de un puente y que a nadie le meten electroshocks porque le encante comer puerco, y negarle a un ser humano el amor, la intimidad, el compañerismo y las relaciones sexuales no es quitarle un mal hábito, como lo es pedirle que no coma puerco, es mucho más".

Por otro lado el director del documental, Sandi Dubowski, aseguró que su realización es una forma de aliviar el dolor y que el principal objetivo de la película "es que los rabinos entiendan que la homosexualidad es un asunto humano".

Además Dubowski dijo que las personas que participan en la película son víctimas de la "opresión del sistema religioso".

El cineasta confesó que no hubo una razón que lo inspirara a filmar el documental; sin embargo, reveló que al crecer en el conservadurismo judaico se dio cuenta que mucha gente fue sacada a "patadas" de escuelas judías o de sus casas.

EMIR OLIVARES ALONSO