TIEMPO DE BLUES

Raúl de la Rosa

ƑRegión autónoma judía?

Primera LLamada

DE LA PRIMERA gira que Willie Dixon realizó por Israel, existe una anécdota de cuando el músico le platica a su madre que había visitado la ciudad de Jerusalén y había visto el río Jordán: "Ella me calla inmediatamente gritando que era un blasfemo, pues uno llegaba ahí como un premio después de la muerte; para ella eran lugares míticos, nunca supo que en realidad existieron".

EN LOS CANTOS religiosos, en los espirituales negros, siempre se canta sobre Las Puertas Doradas que conducen a Jerusalén y de la Batalla de Jericó donde los muros cayeron al sonido del shofar (cuerno de carnero que se utiliza como trompeta).

NINGUNA CIUDAD EN el mundo tiene una carga sagrada tan grande como Jerusalén. Sagrada para judíos, musulmanes y cristianos. Lugar donde está la roca de la fundación del mundo. En la diáspora, durante siglos se cantó El próximo año en Jerusalén, como una esperanza de retorno a la Tierra Prometida.

PERO HAY UNA historia desconocida, cuando en pleno siglo XX José Stalin crea, en 1928, una Región Autónoma Judía en la antigua Unión Soviética, 20 años antes de la fundación del Estado de Israel. Fue una forma velada para resolver el problema judío.

Segunda llamada

"SE ME HIZO trapo la servilleta", solía decir la abuela cuando se le confundían las cosas. Algo parecido me pasó durante la exhibición del documental L'Chayim Camarada Stalin, que abrió el primer Festival Internacional de Cine Judío en la ciudad de México.

UN BUEN DOCUMENTAL es mejor a una mala película de ficción. Las primeras imágenes de éste son escenas que no se habían visto fuera de Rusia. En una aparece Lenin y se escucha su voz arengando a las tropas bolcheviques, la otra fue del mismo José Stalin hablando ante el Soviet Supremo.

EL DOCUMENTAL RESULTA insólito. Ver cómo logran ser convencidos algunos líderes de la comunidad judía que a su vez convencen a cientos de jefes de familia con la promesa de llegar a una Tierra Prometida más tangible. ƑQué eran unas semanas para tener una tierra propia después de esperar siglos?

EL VIAJE SE hace en el ferrocarril Transiberiano que los llevará al mismísimo fin del mundo: la frontera Este de Siberia. Lo sorprendente fue que este proyecto atrajo población judía de la Unión Soviética y de países lejanos, como Estados Unidos, Argentina y Palestina.

POR LA MISMA ruta que estas familias recorrieron hace más de siete décadas, el director, Yale Strom, nos lleva en un viaje cargado de dudas: Ƒexistirán aún los que emigraron allá por los años 20 o algunos de sus descendientes? La cámara va captando esos interminables paisajes y pueblos que el tren toca en su recorrido.

Tercera llamada

CUANDO POR FIN el ferrocarril llega a Birobidzhan, capital de la Región Autónoma Judía, las dudas se despejan: aún existen más de 7 mil judíos descendientes de aquellos pioneros (durante la perestroika cerca de 40 mil emigraron, la mayoría a Israel).

ES CONMOVEDOR ESCUCHAR a esos campesinos humildes (que inclusive han casi olvidado el yiddish) hablar de sus padres y de sus abuelos, cuando se dieron cuenta ya era demasiado tarde, la Tierra Prometida eran terrenos en los que no había nada, ni calles, ni energía eléctrica, ni agua.

TUVIERON QUE EMPEZAR de la nada y sorprendentemente lo primero que construyeron, no fue ninguna escuela o sinagoga, sino šun teatro! El apego a sus tradiciones les permite convertir a esa Región Autónoma en un centro donde floreció la cultura yiddish.

HOY DIA, AUNQUE se reconocen como una comunidad pobre, han retomado la enseñanza del yidissh, del hebreo y de la música tradicional. En otra entrevista, una maestra comenta: ''Antes éramos campesinos ricos, ahora somos muy pobres", y alguien le dice: "Pero ahora tienen libertad". "Sí -contesta-, pero la libertad no se come".

HERMOSO DOCUMENTAL EN donde una vez más la realidad supera a la ficción. La dirección, producción y el guión fueron realizados por el matrimonio formado por Yale Strom y Elizabeth Schwartz, quienes además son artistas: ella canta y él toca en el violín música klezmer.

SU CULTURA, SU idioma, su música, presentes hoy, son la silenciosa respuesta de esta pequeña comunidad de campesinos al problema judío planteado por Stalin.

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