México D.F. Viernes 30 de enero de 2004
Diálogo entre José Agustín
y su hijo Tino alrededor del rock
Culmina La cocina del alma, serie difundida
por Radio UNAM
El programa número 13 es el único que
se transmitirá en vivo y está dedicado a los poetas beats
Alberto Blanco y Sergio Mondragón, invitados especiales
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
Esta noche Radio UNAM transmitirá el último
programa de la serie La cocina del alma, en la cual José
Agustín y José Agustín Ramírez (Tino)
realizaron un estimulante recorrido por la historia del rock.
Desde dos perspectivas generacionales que coinciden en
su amor por el género musical más popular e influyente del
siglo XX, padre e hijo dialogan, intercambian afinidades y naturales divergencias.
Este último programa -el único que se transmitirá
en vivo de los 13 que conforman la serie- estará dedicado a los
poetas beats, el jazz y su influencia en el rock. Tendrá
como invitados especiales a los poetas Alberto Blanco y Sergio Modragón.
Amplio conocimiento
La
cocina del alma no es otra cosa que la versión pública
de un diálogo que los Joseagustines mantienen cotidianamente en
el ámbito familiar.
En casa, Tino es quien se encarga de programar
el reproductor de cds con gusto exquisito y variado.
Eruditos pero no pontificadores, apasionados y desenfadados,
pero con pleno conocimiento de causa, uno y otro poseen un vasto conocimiento
del rock no sólo como música sino como cultura, en toda la
extensión de la palabra.
Nuevos programas
José Agustín padre era niño cuando
nació el rock. Pertenece a la generación que lo adoptó
como himno de su rebeldía. De hecho, al autor de De perfil
se le considera cabal representante literario del espíritu y la
cultura rock en México.
Si José Agustín es testigo y de alguna manera
protagonista de la historia que se relata por Radio UNAM, Tino -artista
plástico y performancero- encarna el gusto y la sensibilidad de
las nuevas generaciones.
No sólo conoce el rock con el que creció
su padre, sino que está obsesivamente al día sobre las múltiples
e inclasificables vertientes musicales que tiene como raíz común
ese género.
Así, la serie que se transmite todos los viernes
de 11 de la noche a una de la madrugada, va desde el blues hasta el grunge;
desde los Rolling Stones hasta los Pixies; desde Bob Dylan y Jimi Hendrix
hasta los dj's, las tornamesas y los secuenciadores. Y todo lo que
quepa en medio.
A partir de una selección musical acorde con el
tema abordado, Tino y José Agustín abren el diálogo
en el que tercia Fernando Chamizo, productor y autor de la idea.
El autor de Ciudades desiertas y La tumba
se muestra entusiasmado con la experiencia, en la cual valora mucho las
aportaciones de Tino: ''Sabe muchísimo de música,
tiene un gusto exquisito y programa chingonamente. Tenemos muchísimas
afinidades y él está más al tanto de lo nuevo, así
que es mi asesor en todo lo reciente. Tiene toda mi confianza".
De ese modo, gracias al rock queda abolida la brecha generacional
que en los años 60 dividió a los rucos y a los chavos.
Paradójicamente, por culpa del rock.
Hasta ahora, la única experiencia radiofónica
de José Agustín había sido la realización,
en 1966, de una serie de cápsulas comentando el hit parade
para Radio Variedades.
Dada la aceptación que tuvo La cocina del alma,
existe la idea de realizar nuevos programas. Sin embargo, esto se confirmará
hasta que sea nombrado el nuevo director de la radiodifusora universitaria
que, por el momento, se mantiene acéfala.
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