México D.F. Viernes 30 de enero de 2004
Penitencia y perdón a dos acusados de brujería Mediante usos y costumbres obligan a dos tzotziles a ''deshacer'' un maleficio ELIO HENRIQUEZ CORRESPONSAL San Cristobal de las Casas, Chis., 29 de enero. Dos indígenas tzotziles del municipio de Zinacantán, acusados de practicar brujería, fueron obligados a rezar durante tres días en nueve cuevas y en el panteón municipal para "deshacer''un maleficio y obtener su libertad, informó el juez de paz y conciliación, Mariano Pérez López. Añadió que los acusados pagaron 6 mil 400 pesos para que comieran y bebieran (cerveza, aguardiente y refrescos) decenas de personas, entre autoridades y pobladores, que los acompañaron. "Hoy por la mañana, después del último rezo, ambas partes se conciliaron, toda vez que por haber ido los acusados a rezar a las nueve cuevas y al panteón municipal en favor de los ofendidos, éstos otorgaron el perdón y como consecuencia quedó totalmente resuelto el problema en forma pacífica y ambas partes se fueron a sus comunidades", se asienta en el acta que se firmó esta tarde en la alcaldía de Zinacantán, en los Altos de Chiapas. La noche del pasado lunes, en la cabecera de Zinacantán ųmunicipio gobernado por el Partido de la Revolución Democráticaų fueron detenidos los indígenas Mariano Montejo Ruiz, acusado de ser brujo; Lorenzo Gómez, testigo de la hechicería, y Mariano Montejo Cruz, quien supuestamente pagó 7 mil pesos para que se hiciera brujería en contra de su hermano Martín. Mariano tiene diferencias con su consanguíneo debido a que éste heredó un terreno con un ojo de agua y el suyo carece del líquido, lo que es de vital importancia en la comunidad Patozil para el cultivo de flores y hortalizas, del que viven muchos pobladores. Martín dijo haberse enterado que su hermano le hizo brujería desde marzo pasado. Cuenta que a raíz de ello su esposa Magdalena López y él padecieron varias enfermedades, y que por eso hicieron la acusación. La noche del martes fue liberado el testigo Lorenzo Gómez, uno de los tres detenidos originalmente. Y el juez ordenó la detención de Francisco Montejo López, hijo del supuesto brujo, pero fue excarcelado el miércoles, pues la acusación era "abogar por su papá", expuso su primo Mariano Arias. El indígena acusado de brujo y su ''cliente" fueron obligados a decir en qué lugares colocaron el hechizo; el propósito era que fueran a esos sitios a rezar y encender velas para "interrumpir el mal". Según versiones, la noche del lunes en que fueron detenidos, los tres hombres ųamarrados de las manosų fueron llevados por varios policías, regidores y autoridades tradicionales al panteón de la localidad para que iniciaran los rezos que permitieran ''romper el hechizo''. Durante el trayecto, un grupo de indígenas les tiró piedras, sin provocarles lesiones de consideración, afirmó Arias López, sobrino del presunto brujo. Esa noche los acusados durmieron en la cárcel, y el martes fueron sacados y llevados en peregrinación a las cuevas que habían revelado. En ellas encendieron velas, rezaron, desenterraron muñecos y fueron obligados a comer alimentos en descomposición y cervezas que habían dejado como parte del hechizo. "Las autoridades y la demás gente querían saber si esos alimentos les hacían daño". El miércoles continuaron las "peregrinaciones". Para este jueves sólo quedaba pendiente una cueva. Al finalizar el rezo se acordó liberarlos. Los acusados tuvieron que orar en los lugares donde pusieron el mal ''para evitar que Martín, su esposa y sus hijos murieran por la brujería", señaló el juez. Desde el martes por la mañana, la Subprocuraduría de Justicia Indígena había solicitado al juez Mariano López Pérez que liberara a los detenidos o que los pusiera a disposición del agente del Ministerio Público, pero la respuesta fue que los juzgarían de acuerdo con el sistema de usos y costumbres. También la Comisión Estatal de Derechos Humanos había solicitado a la Procuraduría de Justicia del estado y a la Secretaría de Seguridad Pública, poner en marcha medidas cautelares, pues se temía por la vida de los acusados. Sin embargo, el juez se negó y en declaraciones a la prensa dijo esta tarde: "resolvimos el problema de manera armoniosa, sin golpes, mediante los usos y costumbres y los dos detenidos se fueron a su casa".
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