México D.F. Viernes 30 de enero de 2004
Javier Téllez incluye esa acción videograbada en su muestra del museo Carrillo Gil
Un ''ejército de liberación'' tomó el siquiátrico Fray Bernardino Alvarez para quebrar su rutina
MERRY MAC MASTERS
Realizador de un arte político que se manifiesta en favor de los desplazados y desposeídos, el venezolano Javier Téllez (Carabobo, 1969) organizó un ''ejército de liberación" que, armado de metralletas y escopetas -sin balas, claro- tomó en forma simbólica el hospital siquiátrico Fray Bernardino Alvarez, en Tlalpan.
La actividad fue videograbada, al igual que otra acción en el mismo lugar, y ambas integran la exposición Javier Téllez. Un artista del hambre, que anoche se inauguró en el Museo de Arte Carrillo Gil (avenida Revolución 1608, San Angel).
La obra de Téllez ya se conoce en México, pues en 2001, con el título Bedlam, montó dos instalaciones en el museo Tamayo.
Ahora, con su intervención en el ''fray" -como se conoce al nosocomio-, ha cumplido su deseo de trabajar aquí. Como artista, a Téllez le interesa crear un ''lenguaje menor", en el que la autoría de la pieza se comparte con el ''otro", en este caso con el paciente siquiátrico.
Para ello crea una situación ''flexible", la cual puede ser un contenedor de discursos de los mismos enfermos.
La pieza La batalla de México, con duración de ocho minutos, es protagonizada por el ejército de liberación ''Pinel", ''en honor al siquiatra que liberó a los enfermos mentales de las cadenas que hoy día no sólo son físicas, sino también farmacológicas".
Luego de numerosas visitas y gracias a la colaboración del sicoanalista Alberto Carbajal, quien realiza talleres con los pacientes, Téllez estableció el vínculo con el ''fray". La actividad se organizó después de varias conversaciones con los internos.
-ƑCómo responden?
-La vida de una institución total, que exige que gran parte de sus integrantes vivan de manera permanente en el sitio, como son las prisiones, los conventos y los hospitales siquiátricos, se caracteriza por la rutina. Introducimos actividades que producen quiebre en esa rutina que, a su vez, hace que afloren significados y discursos nuevos de parte de los pacientes.
Realidad y ficción
Hijo de siquiatras y con 10 años de trabajar en hospitales, Téllez reconoce que una institución de ese tipo presenta una situación delicada para el visitante.
Con La batalla de México se logra un vínculo entre instituciones: el museo y el hospital, una característica de su trabajo. Para el artista, la obra ocurre en dos momentos: primero, el día que en realidad sucedió en el hospital, pero luego existe en el espacio de exhibición, cuando el espectador ''exógeno a la pieza se comunica con la realidad y la ficción del manicomio".
Respecto de la segunda pieza, La cuerda, el artista descubrió en el Fray Bernardino Alvarez dos pabellones, espejo uno del otro, de encamados y de encamadas.
Téllez conectó ambos espacios con una cuerda hecha de sábanas de los pacientes y la acción consistió en que las mujeres tiraban para su lado y los hombres para el suyo. Lo interesante, apunta, es que nadie ganaba porque la soga siempre se rompía y había que hacer un nuevo nudo.
Las piezas restantes, Usted está aquí, Los innombrables y El león de Caracas se hicieron en Venezuela. El subtítulo de la muestra, Un artista del hambre, cita un cuento de Franz Kafka.
Javier Téllez lo retoma, sin embargo, a manera de homenaje a la estética del hambre planteada por el cineasta brasileño Glauber Rocha.
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