México D.F. Viernes 30 de enero de 2004
El grupo armado se abstendría de perpetrar atentados en Cataluña, asegura
Aznar acusa a Carod-Rovira de hacer un pacto con los dirigentes de ETA
Esquerra Republicana exige la renuncia del Ejecutivo español por filtrar informes secretos
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 29 de enero. El jefe del gobierno español, José María Aznar, acusó hoy al ex número dos del gobierno regional catalán, Josep Lluís Carod-Rovira, de haber concluido un pacto con ETA, según el cual la organización armada vasca se abstendría de cometer atentados en Cataluña.
Al mismo tiempo, los partidos opositores de España demandaron a Aznar una explicación sobre su actuación en la crisis abierta tras la difusión del encuentro del líder republicano catalán con la cúpula de ETA, a principios de este mes.
El partido Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) pidió la dimisión de Aznar ante las sospechas de que podría haber incurrido en el delito de "instrumentalización partidista de información clasificada y secreta".
La indignación de las formaciones opositoras se basa en dos supuestos todavía sin desmentir ni aclarar por las autoridades españolas. El primero, la utilización de los servicios de espionaje del Estado en beneficio del gobernante Partido Popular, ya que la filtración del encuentro entre Carod-Rovira con ETA podría haber surgido desde el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), de cara a los comicios generales del próximo 14 de marzo. Y el segundo, que existe la sospecha de que el servicio de espionaje se utiliza para vigilar a dirigentes de partidos políticos democráticos, como el propio ERC.
El líder de ERC y ex conseller en cap de la Generalitat de Cataluña, Carod-Rovira, reconoció el pasado lunes que había mantenido un encuentro con dirigentes de ETA en la localidad francesa de Perpignan. En el encuentro habrían participado dos de los dirigentes etarras más buscados por la justicia, Mikel Albizu, alias Mikel Antxa, y José Antonio Urrutikoetxea, alias Josu Ternera.
La difusión del "contacto" por un diario conservador provocó una crisis en el gobierno tripartita catalán y la posterior dimisión de Carod-Rovira como primer ministro del gobierno catalán, presidido por el socialista Pasquall Maragall.
Cerrada la crisis en el gobierno catalán, las formaciones políticas y los medios de comunicación buscan ahora esclarecer el asunto de la filtración y la presunta implicación del gobierno en la misma.
José Luis Rodríguez Zapatero, dirigente del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el mayor de oposición, exigió a la Fiscalía General del Estado abrir una investigación judicial para aclarar si ha existido "la utilización por parte del gobierno de los servicios nacionales de seguridad para atacar a sus adversarios electorales".
Esto, consideró, sería "escandaloso y grave, ya que está en juego la credibilidad de instituciones públicas muy importantes en una democracia".
A su vez, la coalición Izquierda Unida (IU) anunció que presentará una querella criminal, al tiempo que calificó de "escandalosa" la utilización por el gobierno y el PP de los servicios de espionaje.
Ante estos cuestionamientos, el presidente Aznar exclamó que no se puede sumar a "la vergüenza" del encuentro el "insulto" a las fuerzas de seguridad, al poner en duda que los servicios secretos "hayan tenido la posibilidad de detener a los dirigentes de ETA y no lo hayan hecho".
El vocero de Aznar, Eduardo Zaplana, negó que la filtración de la información haya surgido desde el Palacio de La Moncloa, sede de la presidencia.
Aznar aseguró, además, en la misma rueda de prensa, que Carod-Rovira "concluyó un acuerdo según el cual esta organización podía seguir matando donde quisiera, pero no en Cataluña.
"Quedó claro que la organización terrorista se reservaba el derecho de volver a matar desde el momento en que ello no perjudicara a Esquerra Republicana de Catalunya", indicó Aznar, sin dar detalles sobre la eventual contrapartida que pudiera haber concedido Carod-Rovira en esa reunión, realizada a principios de este mes.
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