México D.F. Martes 27 de enero de 2004
CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Bomba de tiempo en la ALDF
SE CUENTA, Y por algo será, que muy pronto
habrá de estallar una bomba de muy relativa importancia, pero a
final de cuentas destructiva, en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal
(ALDF).
EL ASUNTO VA por donde muchos habían presagiado,
un problema entre el PRD y el resto de los partidos políticos representados
en ese organismo: la oficina de Comunicación Social, a cargo, dicen
algunos que por el momento, nada más, de Celsa Guadalupe Báez.
DESDE SIEMPRE EL grupo parlamentario con mayoría
es el que nombra a quien se hará cargo de los asuntos de comunicación
de la Asamblea y esto ha llevado, continuamente, a problemas en el quehacer
de los titulares.
PARA ALGUNOS SE trata de una confusión de
lealtades, para otros, de estrategias bien diseñadas, pero cuando
menos en los últimos cuatro años, sea cual sea la situación,
se presentaron problemas que terminaron con la renuncia de los titulares.
SALVO EL TRIENIO que antecedió al 2000,
el paso de los jefes de prensa por esa oficina ha sido desafortunado. Al
principiar la actual administración el Partido Acción Nacional,
apoyado en la mayoría de escaños azules, reclamó
para su control la difusión de las actividades del organismo y para
no variar colocó allí a un sujeto acusado por algunos conocedores
de pertenecer, incluso, a algún grupo eclesial de fama violenta.
LOS DESPLANTES DE Pérez Stuart, apellidos
de aquel jefe de comunicación, que llegaron incluso a la censura
de alguna columna política, como Ciudad Perdida y en otros casos
de noticias que no eran convenientes, por decirlo de algún modo,
para el PAN, en la síntesis informativa que se entrega a diario
a los diputados, además de algunas actividades no muy claras en
el manejo de recursos, llevaron a la destitución de ese funcionario.
LOS CAMBIOS QUE se efectuaron no sirvieron para
transformar la realidad de aquella oficina, de la que renegaban una y otra
vez los reporteros encargados de cubrir la Asamblea Legislativa, a quienes
desde luego Acción Nacional no hizo el menor caso.
AHORA LA SITUACION parece resultar igual pero con
diferente color. El PRD, con la mayoría absoluta, nombró
a uno de sus fieles en la oficina de prensa y está pagando con la
misma moneda a los panistas.
LOS INDIGNADOS AZULES han
enviado cuando menos un par de memorandas a la citada Celsa Guadalupe Báez,
extrañados porque en la síntesis no se reproduce alguna noticia
que a ellos, los panistas, les interesa.
POR ESO RECUERDAN a la funcionaria que "usted es
una empleada de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y no de partido
político o diputado alguno, por lo que su deber es conducirse con
absoluta institucionalidad y profesionalismo. Espero que este asunto -dice
el jefe de los panistas en la ALDF- que aisladamente pudiese no tener mayor
importancia, no sea reflejo de la política comunicacional del área
a su cargo".
BIEN SE PODRIA decir que al PAN le están
dando una sopa de su propio chocolate y no estaría nada mal, claro,
en bien de su propio aprendizaje, pero la realidad es que venga de donde
venga, la actitud de la jefa de prensa no debe ser tolerada por los asambleístas
del partido que sean.
Y PARA VARIAR un poco, deberían esos mismos
diputados locales, principalmente del PRD, preguntar entre los reporteros
cuál es la opinión que les merece el trabajo en el área
de comunicación, con el fin, desde luego, de que los funcionarios
perredistas no se parezcan, cuando menos no tanto, a los azules,
si no qué desgracia.
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