México D.F. Martes 27 de enero de 2004
La realizadora y guionista Margarethe von Trotta
habla para La Jornada
Uno debe generar el valor en otros para contar y protestar
Con la proyección de su filme Rosenstrasse
comienza hoy el Festival de Cine Alemán
Prosigue abordando temas sociales y políticos
con vigorosos personajes femeninos
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
Margarethe von Trotta en primera persona: ''Erase una
vez una niña pequeña que tenía grandes temores y que
vivió en tiempo de guerra y posguerra.
''Esta niña pasó mucha hambre y no se hubiera
podido imaginar que algún día podría hacer lo que
es hoy.
''Pasó de la Cenicienta a la mujer que puede determinar
algunas cosas en su propia vida. Eso no lo hubiera podido prever la niña
pequeña."
Convertida en una de las figuras esenciales de la cinematografía
alemana, la realizadora se encuentra en México para presentar su
película Rosenstrasse dentro del Festival de Cine Alemán
que se inicia hoy en la Cineteca Nacional.
En esta cinta continúa abordando temas sociales
y políticos, con personajes femeninos de gran fuerza.
El cine como expresión de vida
Von
Trotta nació en Berlín en 1942 y creció en Düsseldorf.
En los años 60 viajó a París para estudiar y ahí
dio de lleno con lo que se convertiría en su carrera:
''Vi las películas de Bergman, de la nouvelle
vague, y dije que eso era mi sueño. 'Eso es lo que quiero hacer'.
''Pero a principios de los años 60 en Alemania
todavía no había nacido lo que fue el Nuevo Cine Alemán;
además, para una mujer era casi inconcebible poder llegar a dirigir
una película. Comencé como actriz, pero el objetivo final
era la dirección."
En mi carrera, agrega en entrevista con La Jornada,
''puedo decir que sólo he ganado. Si bien me gustó ser actriz,
ese gran deseo de dirigir siempre fue muy fuerte y cuando lo pude poner
en práctica sólo me sentí agradecida y dejé
de actuar de inmediato.
''Muchos me preguntan por qué no actúo en
mis películas, pero eso ni se me ocurre. Ese es un capítulo
cerrado de mi vida."
Margarethe von Trotta actuó para directores de
la talla de Rainer Werner Fassbinder y Volker Schlöndorff.
Fue con este último con quien codirigió
su primera cinta, El honor perdido de Katharina Blum (1974).
A partir de ese momento Von Trotta se hizo cargo de la
dirección de cintas como El segundo despertar de Christa Klages,
Marianne y Juliane, Rosa Luxemburg y La promesa, entre
otras.
''El cine es para mí una expresión de vida,
sobre todo cuando uno escribe sus propios guiones y después dirige.
''A veces es como si uno se abriera un cierre para llegar
al inconsciente, entonces aparecen cosas que de otro modo quizá
uno no hubiera sabido nunca, ni siquiera acerca de sí mismo.
''En realidad es la curiosidad. Hay dos tipos de curiosidad
y los tengo ambos; una curiosidad hacia fuera y una hacia dentro. Esta
curiosidad, gracias al trabajo como directora de cine se satisface en ambos
aspectos", expresa la también guionista.
Pequeño rayo de luz
Los temas que trata en sus cintas Von Trotta no llegan
por un solo camino. ''Es muy diverso, algunas veces son proyectos que alguien
me presenta, otras me siento impulsada a describir algo que he visto o
he experimentado, de lo que he sabido.
''En algunos casos, al principio, no sé nada y
me siento ante una hoja en blanco y empiezo a escribir y esos son los momentos
en los que uno siente que trae demasiadas cosas dentro de las cuales normalmente
no se tiene conciencia, y entonces simplemente los dejo fluir."
Sin embargo, no se queda con un solo tema, pues los aspectos
de la realidad que le interesan son demasiados y eso se refleja en sus
largometrajes.
Ello se debe, añade, a que ''vivo en un país
y una época determinados, y soy mujer en ese país y esos
son factores que siempre vuelven a aparecer en mis películas. Yo
misma no puedo decir quién soy ni lo quisiera saber".
Rosenstrasse es uno de sus trabajos más
recientes y toca el tema, casi desconocido, de las mujeres alemanas casadas
con judíos que día con día se quedaban de pie frente
a una institución judía convertida por los nazis en prisión.
Al respecto, expresa que ''después de todas mis
películas pensé que de alguna manera debí haber descrito
todo el siglo pasado. La época del nacionalsocialismo me faltaba
en mi filmografía.
''Es una historia excepcional que me ha impresionado profundamente
porque en la escuela, y aun después, siempre se decía no
se podía hacer nada; nadie pudo hacer nada en ese tiempo era demasiado
peligroso y eso sirvió de excusa a todo el mundo.
''De pronto había una historia en la que las mujeres
efectivamente habían hecho algo y habían tenido éxito
y eso para mi fue desconcertante, novedoso. Pienso que uno siempre debe
generar el valor en otros, no sólo de contar sino de protestar,
de actuar."
Ese filme, en el que escribió el guión con
Pamela Katz, ''muestra no sólo lo sombrío sino lo luminoso,
aunque sea sólo un pequeño rayo de luz en la oscuridad".
(Con Rosenstrasse se inicia el tercer Festival
de Cine Alemán en la sala 2 de la Cineteca Nacional, con la presencia
de su directora y de la protagonista Katja Riemann. La función es
a las 19 horas).
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