México D.F. Miércoles 21 de enero de 2004
Inconforme, el gremio minero amenaza desafiliarse
Amarra Víctor Flores apoyo cetemista para liderar el CT
FABIOLA MARTINEZ
Por segunda ocasión, el secretario general del sindicato ferrocarrilero, Víctor Flores Morales, se perfila para ocupar la presidencia del Congreso del Trabajo (CT), tras haber recibido el visto bueno de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y de unas 20 organizaciones que integran la llamada cúpula del sector obrero.
A punto de cumplir cinco años como presidente del CT, el también líder cetemista, Leonardo Rodríguez Alcaine, emitió la convocatoria para realizar mañana jueves un pleno del consejo nacional "con carácter extraordinario", en el que presentará su último informe y, en el penúltimo punto del orden del día, se establece la elección de presidente del organismo.
Para la sesión se prevé, como históricamente ocurre en esta central constituida en 1966, una sesión en la que las decisiones se toman rápido y a mano alzada, aunque los estatutos del CT marcan que la votación debe ser mediante el sufragio directo y secreto.
En el camino de dirigir el CT se quedará nuevamente el dirigente de la Federación Nacional de Sindicatos Bancarios, Enrique Aguilar Borrego, así como el líder de los mineros, Napoleón Gómez Urrutia. Este último advirtió que el CT "es de todos y no del monopolio de una central, como la CTM o la CROC".
En entrevista, Gómez Urrutia no rechazó la posibilidad de que el gremio minero abandone el CT y forme una "nueva corriente de lucha social" si llegara a ocurrir "una situación extrema" y este organismo insista en continuar sin rumbo y en una actitud de conformismo y pasividad.
"Nos oponemos a que por intereses particulares o de grupo, el CT acepte todo lo que le propone la iniciativa privada y la autoridad laboral. šQué lástima que ante un gobierno pro empresarial, este organismo, sector obrero del PRI, acepte todo, aun cuando sean imposiciones negativas para la clase obrera", agregó.
No obstante las críticas, Flores ya tiene amarrada la votación porque le ha manifestado su apoyo la mayoría de las organizaciones de menor membresía, a cuyos líderes ayer invitó a desayunar, y aprovechó para sellar el apoyo con regalos.
Esta vez los asistentes al encuentro matutino salieron con un paquete de tazas con el logotipo del gremio rielero, una caja con bolsitas de té y el libro Los Pinos. Esta es tu casa.
Al apoyo de las organizaciones pequeñas, de mínima membresía, como la Confederación General de Trabajadores, de Carlos Rivas, se sumaron los enviados de la Confederación Regional Obrera Mexicana, Confederación Obrera Regional, Confederación de Trabajadores y Campesinos, de las federaciones de burócratas y empleados bancarios, y de los sindicatos de Fonacot y del Infonavit, encabezado éste por Rafael Rivapalacio, a quien Flores dijo -según versión de un asistente a la reunión-: "aunque no quieras, tú vas a ser el vicepresidente". En conjunto, los amigos de Flores afirmaron que integran 85 por ciento de los votos requeridos para triunfar en la elección del jueves.
Ayer desayunaron huevo revuelto con jamón, bisteck asado y pan blanco, menú que en nada se compara al lujo con el que el dirigente acostumbra complacer a sus invitados, como el 7 de diciembre pasado, cuando convocó a cientos de líderes sindicales a la cuarta reunión ferroviaria nacional, aunque en realidad el encuentro devino en una comilona en el restaurante Del Lago, en Chapultepec, uno de los más elegantes de la ciudad de México; ahí de lo último que se habló fue de la situación de este gremio, cuya dirigencia afirma tener una membresía de 25 mil trabajadores "en activo".
La reunión en cuestión tampoco se compara al convivio de fin de año que ofreció en 2002 en el hotel Presidente Chapultepec, donde, según asistentes, sobresalió la presencia de un grupo de "edecanes" al servicio de los invitados del dirigente.
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