México D.F. Domingo 11 de enero de 2004
Vivir en un mundo misógino desconcierta,
cansa y desanima, expresa Soledad Puértolas
''Hay una literatura machista que ve a la mujer de
forma grotesca''
La narradora y ensayista española recomienda
a quienes se quieren iniciar en la creación: ''no se planteen vivir
del oficio; métanse a trabajar y escriban por las noches''
MONICA MATEOS-VEGA
Soledad Puértolas no se considera una escritora
profesional, aunque en la actualidad es una de las narradoras y ensayistas
españolas con más repercusión a escala internacional.
Ha sido traducida al italiano, alemán, francés, portugués
e inglés, y ganado, entre otros reconocimientos, los premios Sésamo,
en 1979, por El bandido doblemente armado; Planeta, en 1989, por
Queda la noche, y Anagrama de Ensayo, en 1993, por La vida oculta.
La escritora afirma en entrevista con La Jornada que
la literatura es más una afición que una profesión:
"no acabo de entender la actitud de quienes se asumen como escritores profesionales.
No tiene que ver con el dinero ni con la manera en que se gana la vida.
Es decir, está muy bien que a uno le paguen por hacer libros, pero
la creación literaria está por encima de ello.
''Por eso siempre aconsejo a quienes se inician en este
oficio que no se planteen vivir de la literatura. Les digo: 'métete
a trabajar de dependiente de un bar, de camarero, y escribe por las noches'.
Claro, es un esfuerzo, pero nadie te lo pide. Escribir es algo que se hace
porque se quiere. Uno es su propio jefe. No es una carrera. Es una elección
personal. Porque se trata de vivir y sobrevivir en un ámbito de
libertad total."
Puértolas explica por qué llama la vida
oculta al oficio de escritor: "uno trabaja, se casa, cuida a los hijos,
pero lo que nos da fuerza es la literatura. Si uno convierte esa vida oculta
en vida profesional, tal vez hay un momento de suerte en que todo va bien,
nos pagan y dejamos lo demás, pero con el riesgo de perder libertad
y frescura. El oficio deja de ser oculto, uno ya tiene un estilo y comienza
a repetirse. La literatura debe ser un oficio un tanto clandestino''.
Predomina lo masculino
Respecto
de la literatura escrita por mujeres, Soledad Puértolas asegura
que en España "hay mucho prejuicio todavía; las categorías
son muy escurridizas y erróneas. Es decir, quiero que me valoren
como escritora, pero sin que tenga que ver si soy hombre o mujer, porque
las mujeres que escribimos no estamos solas, publicamos junto con los hombres.
''Por eso no me interesa hacer literatura femenina, ni
me interesa la literatura masculina, la cual existe aunque esto no se diga,
no se critique y mucho menos se señale. Es muy evidente que existe
una literatura muy machista de la que no me gusta dar detalles ni nombres,
pero que plantea una visión de la mujer grotesca y torpe. Esto no
se dice porque los críticos literarios también son en su
mayoría hombres. Es soprendente que la inteligencia en el mundo
de las letras todavía sea mayoritariamente masculina. Vivir en un
mundo de las letras tan misógino desconcierta, cansa y desanima
mucho.
''A mí me interesa una literatura que esté
por encima de esto, pero en España todavía las mujeres escritoras
son consideradas seres de un mundo aparte, y no sólo eso, sino por
debajo. Inclusive hace dos años se publicó un manual de literatura
actual que tenía el capítulo 'Literatura de mujeres'. ¿Por
qué no hay un capítulo que sea 'Literatura de hombres'? No
tiene sentido. Catalogar así el quehacer literario de las mujeres
me parece una ofensa social.
"Por eso, siempre que podamos, las escritoras y los escritores
conscientes debemos decir que así no es el asunto, pero tampoco
nos vamos a pelear con los hombres para que nos valoren como a ellos."
No obstante, la ensayista confía en que el lector
inteligente no se ciñe a clasificaciones machistas: "la verdad es
que quienes hacen la distinción de 'literatura de mujeres' son una
minoría, aunque controladora, que intenta ser un espejo de la sociedad
que no es real. Y hay muchos lectores que no se guían por los espejismos''.
Puértolas considera que la meta de un escritor
no debe ser escribir "bien", pues tanto ese concepto como el de "mal" no
deben marcar el quehacer literario.
''Lo único a lo uno debe aspirar es a expresar
exactamente aquello que uno quiere, es decir, a reconocerse en las palabras
escritas. Porque a veces cuesta sacar las ideas, pues no se sabe ni siquiera
de qué están hechas. Son simples intuiciones.
"Una novela es un espacio tan ambigüo y tan abierto
que a veces no se sabe qué es lo que los personajes deben dar. Uno
tiene que averiguarlo sobre la marcha, con el trabajo diario, porque si
uno no escribe todos los días no sólo se pierde la práctica,
sino también se pierde la fe, se pierde todo.''
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