México D.F. Viernes 9 de enero de 2004
El conflicto, por dos carriles, dice la cancillería de la isla
Obstaculiza la Casa Blanca intentos por cambiar la política hacia La Habana
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 8 de enero. La cancillería cubana contrastó hoy los dos carriles por los que transita el conflicto con Estados Unidos: el endurecimiento de la Casa Blanca, en un giro electoral con la vista puesta en el voto anticastrista de la Florida y la creciente fuerza de sectores políticos y empresariales que favorecen la normalización de relaciones y negocios.
Un día después de que reprochó a Estados Unidos la cancelación de las pláticas migratorias bilaterales, la cancillería cubana desmintió que el ex funcionario de su sección de intereses en Washington, Roberto Socorro García, haya violado su estatuto diplomático, como adujeron las autoridades de ese país para expulsarlo.
Con la sanción, "el Departamento de Estado agrede nuevamente a nuestro país y específicamente a la Sección de Intereses de Cuba en Washington, en aras de complacer a la mafia miamense", dijo una declaración oficial.
En la víspera, la cancillería cubana consideró que la cancelación de la ronda de conversaciones prevista para hoy fue "un tributo" del gobierno del presidente George W. Bush a la "mafia terrorista de Miami" que, según La Habana, "aprovecha el contexto electoral estadunidense" para sus propios fines.
Socorro García, tercer secretario de la misión cubana en Washington en los dos años anteriores, fue expulsado el mes pasado por las autoridades estadunidenses.
Su caso eleva a 19 el número de diplomáticos cubanos expulsados por Estados Unidos en los pasados 13 meses, con el argumento de que incurrieron en conductas ajenas a su misión oficial.
Aunque no es usual que los gobiernos identifiquen las causas precisas de una sanción similar, generalmente se entiende que se trata de acusaciones de espionaje.
En el caso de Socorro García, versiones de prensa dijeron, citando fuentes estadunidenses, que se le suponía vinculado al narcotráfico. En su declaración, suscrita por el director de América del Norte, Rafael Dausá, la cancillería cubana dijo que "rechaza totalmente y desmiente de forma categórica" esa interpretación, que tampoco ha sido confirmada oficialmente por Washington.
En la misma nota, el Ministerio de Relaciones Exteriores advirtió: "Todas estas acciones han intentado obstaculizar el trabajo de nuestras misiones diplomáticas en Estados Unidos e ignorar totalmente la voluntad del pueblo estadunidense, que cada día, de forma más evidente, favorece un cambio en la política hacia Cuba y una normalización en las relaciones entre los dos países, incluyendo un número creciente de cubanos residentes en esa nación".
La cancillería invocó en ese tramo el cambio que se ha operado en la percepción de los estadunidenses sobre Cuba. Una mayoría en el Congreso y en la prensa, un creciente número de empresas en decenas de estados, numerosas agrupaciones sociales y civiles y hasta miles de ciudadanos favorecen explícitamente algún tipo de relación con la isla.
En un ejemplo a la mano, una delegación del gobierno de Carolina del Sur inició el jueves una visita oficial a Cuba, donde firmó con autoridades locales un memorando de entendimiento, en el cual la parte estadunidense se compromete a trabajar en su país en favor de la normalización de relaciones y por la libertad de viaje a la isla.
El documento fue firmado por el vicegobernador, Andre Bauer, y por Pedro Alvarez, el presidente de la importadora cubana de alimentos Alimport.
Alvarez informó esta semana que Alimport ha comprado en dos años casi 700 millones de dólares a compañías estadunidenses, dentro de una excepción legal al bloqueo. Este flujo comercial ha ganado fuerza política, al fusionar en una corriente el interés empresarial con la necesidad de poner fin a la hostilidad de Washington hacia la isla.
Además de socios comerciales, el gobierno de La Habana ha ganado aliados políticos entre los granjeros, los vaqueros y los portuarios con los que hace negocios, y entre diputados, senadores y autoridades locales de estados con expectativas de recuperar el mercado cubano.
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