México D.F. Viernes 9 de enero de 2004
Retira EU a 400 expertos que buscan armas de destrucción masiva; nada hallaron
Bush tergiversó el peligro del supuesto arsenal iraquí, acusa la Fundación Carnegie
La supuesta amenaza palidece ante el armamento de Pakistán y Corea del Norte, afirma
THE INDEPENDENT, AFP Y REUTERS
Washington, 8 de enero. La influyente Fundación Carnegie para la Paz Internacional acusó al gobierno del presidente George W. Bush de "tergiversar sistemáticamente" el peligro que significaba el supuesto arsenal de ar-mas de destrucción masiva de Irak, para justificar la invasión al país árabe.
La publicación de estos cuestionamientos coincidió con la decisión estadunidense de retirar a un equipo de 400 expertos militares en armamento de destrucción masiva, el cual no encontró nada significativo en el país árabe ocupado.
Washington se apresuró a explicar que otro equipo de mil 400 miembros sigue en Irak esperando hallar "algo" qué destruir.
"Los jerarcas de la administración estadunidense tergiversaron sistemáticamente la amenaza que suponían los programas de armas de destrucción masiva y misiles balísticos iraquíes", concluyó el estudio de un centenar de páginas de ese centro independiente, considerado uno de los think tanks más influyentes del país.
El informe, que requirió de seis meses de trabajo, también acusa a Bush de haber ignorado deliberadamente las opiniones que no coincidían con la meta fijada: los dirigentes estadunidenses "descartaron en sus declaraciones públicas advertencias, probabilidades y dudas contenidas en las evaluaciones de los servicios de inteligencia".
El estudio señala también que la supuesta amenaza que Irak representaba "palidecía" en comparación con el armamento de que disponen, por ejemplo, Pakistán, Corea del Norte y los "muy pobremente resguardados arsenales" de Rusia y otras ex repúblicas soviéticas, y que en buena medida "están al alcance de terroristas".
Los programas de armas de destrucción masiva de Irak "eran una amenaza a largo plazo que no podía ser ignorada. No suponían, sin embargo, una amenaza inmediata para Estados Unidos, la región o la seguridad mundial", agrega el informe, descartando el argumento de que el derrocamiento de Saddam Hussein no podía esperar.
El documento destruye también el argumento de Washington de que los dirigentes políticos iraquíes trasladaron a Siria su material para la construcción de armas prohibidas con el fin de ocultarlo.
Señala que teniendo en cuenta la vigilancia por todos los medios bajo la que estaba Irak antes y durante la invasión, era imposible no detectar el movimiento de cientos de toneladas de materiales y armas, que su-puestamente Irak tenía.
El reporte se basa en entrevistas a inspectores, expertos y funcionarios estadunidenses, así como en el análisis de las distintas versiones de los reportes que reiteraban el peligro que Irak implicaba.
En dichos documentos, la fundación encontró más de 40 "advertencias y matices" con los que funcionarios de los servicios de inteligencia expresaron veladamente sus reservas sobre "la amenaza" de Irak.
La fundación concluye que "no existe evidencia de un programa iraquí de armas de destrucción masiva", para después condenar a la administración: "Es válido pla-near conforme al peor escenario posible. Sin embargo, asumir que ese peor escenario es real es un asunto totalmente distinto".
La organización no fue la única en volver a cuestionar la guerra contra Irak. El periódico The Washington Post, que defendió la invasión al país árabe, afirmó en la primera plana del miércoles que "el arsenal iraquí sólo existía en los papeles".
Le siguió, en dos páginas completas, una larga investigación realizada entre científicos iraquíes. De ella resulta, escribe el Post, "que, más allá de sus ambiciones, Irak no disponía de los medios necesarios para tener un arsenal prohibido de la misma magnitud que (el que tenía) antes de la guerra del golfo Pérsico de 1991".
The New York Times, por su parte, indicó el jueves que 400 técnicos de un equipo especializado en búsqueda de depósitos de armas y de sitios de lanzamiento de misiles fueron retirados de Irak, y estima que po-dría tratarse de una señal más de que Washington no tiene grandes esperanzas de encontrar el supuesto armamento prohibido.
Recuerda, sin embargo, que otro equipo de búsqueda de armas químicas y biológicas sigue en Irak, y está compuesto por mil 400 técnicos del Grupo de Inspección en Irak, que realiza la búsqueda de armas de destrucción masiva tras la caída del régimen de Saddam Hussein.
La administración Bush dejó de referirse hace varios meses a sus acusaciones sobre armas prohibidas iraquíes, y prefirió empezar a justificar la guerra por la necesidad de terminar con un régimen tiránico y democratizar Irak y todo Medio Oriente.
El secretario de Estado, Colin Powell, quien el 5 de febrero de 2003 intentó de-mostrar en Naciones Unidas la urgencia de actuar contra Irak, reiteró este jueves su confianza en la calidad de la información sobre las armas: "Tengo confianza en el tema que presenté el año pasado; los servicios de inteligencia confían en lo que me transmitieron", declaró en conferencia de prensa.
La negativa del régimen iraquí de dar pruebas convincentes de lo que poseía no dejó a los estadunidenses otra elección que ir a verificarlo por sí mismos, agregó.
La noche del miércoles, Powell había dicho a la cadena de televisión ABC: "presenté de la manera más equilibrada que pude los puntos de vista de los servicios de inteligencia estadounidenses (...) que admitían algunos desconocimientos".
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