México D.F. Viernes 9 de enero de 2004
En análisis interno pronostica que sólo obtendrá la gubernatura de Zacatecas
Prevé el PRD un negro año electoral
En varias entidades nos supera el Partido Verde, admiten miembros del sol azteca
RENATO DAVALOS /I
Comités estatales atomizados y sumergidos en la división interna, una tendencia a la baja en las preferencias electorales y expectativas de triunfo sólo en una de las 10 gubernaturas que estarán en disputa el año venidero configuran la perspectiva política perredista para 2004. Ante este panorama, la cúpula del sol azteca ha decidido emprender un "proceso de reconstrucción" rumbo a 2006, con márgenes estrechos para superar conflictos que lo han llevado a ser rebasado en varias entidades inclusive por el Partido Verde Ecologista de México.
El diagnóstico mínimo de la estructura interna de los estados, elaborado por la Secretaría de Organización perredista, concluye también, en forma preliminar, que la búsqueda de alianzas con otras fuerzas políticas será una de las tónicas en el ejercicio político en el año que inicia.
De las 10 gubernaturas que estarán en disputa en el año que empieza, el perredismo sólo tiene posibilidad tangible de triunfo en Zacatecas, donde goza de una preferencia electoral de 46.8 por ciento.
Tras un largo proceso de cabildeo entre las corrientes partidistas, el sol azteca pudo postular una candidatura de unidad. La gestión del gobernador saliente, Ricardo Monreal, ha sido definitiva en la caída entre el electorado de panistas y priístas.
En Tlaxcala, otra entidad aún gobernada por perredistas, tiene frente a sí una definición doméstica que se dirimirá entre la precandidatura de la senadora María del Carmen Ramírez, esposa del gobernador Alfonso Sánchez Anaya, y el diputado y ex secretario de Gobierno, Gelasio Montiel. Ambos, según los sondeos que ha realizado el partido, se encuentran en "empate técnico".
En la pasada elección federal del 6 de julio, el perredismo sólo pudo ganar uno de los tres distritos electorales tlaxcaltecas. Los verdes mejoraron en las preferencias electorales y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) obtuvo 36.7 por ciento de los sufragios, por 33.4 de los perredistas. Hace seis años, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se unió con los verdes y con el Partido del Trabajo. Hoy, el comité ejecutivo perredista ya inició pláticas para intentar refrendar esa alianza.
El diagnóstico partidista establece el "riesgo" de no repetir el triunfo en 10 de los 14 municipios perredistas de los 60 que componen la geografía electoral de Tlaxcala. Se admite que ha habido "desvinculación y mala administración".
En Aguascalientes, el proceso que renovará la gubernatura, el Congreso y los ayuntamientos se realizará el 5 de septiembre y plantea al perredismo un antecedente electoral de julio pasado con tendencia a la baja.
El sol azteca no gobierna ninguno de los 11 municipios y la presencia en la intención de voto apenas llega a 7 por ciento, por debajo del 11 por ciento que alcanzó el Partido Verde. En los pasados tres procesos electorales el porcentaje perredista no ha rebasado 8 por ciento.
Los dos aspirantes a la gubernatura que tiene el PRD son el coordinador senatorial y líder de los chuchos, Jesús Ortega, y Alfonso de Lara, ex secretario del gobierno del extinto priísta Miguel Angel Barberena. Construir una "imagen positiva y de confianza" es la principal apuesta partidista para tratar de penetrar en el electorado.
En el caso de Chihuahua, que elegirá también gobernador, Congreso y ayuntamientos, el PRD ha iniciado pláticas para lograr una coalición con el senador panista Javier Corral si este legislador resulta electo en la contienda interna de su partido, que se realizará en los próximos días.
La circunstancia interna chihuahuense está marcada por la conformación sólo de 31 por ciento de los comités de base en toda la entidad. La Comisión de Legalidad y Transparencia determinó recientemente que las condiciones en que se renovó la directiva estatal provienen del "abuso", lo cual ocasionó una profunda confrontación interna. El PRD tiene apenas 6.4 por ciento de los votos.
La escisión interna está encabezada por el grupo de Jaime García Chávez, quien ha mantenido una estrategia de golpeteo contra Luis Pável Aguilar. El conflicto explica que Juan Chávez ostente la secretaría general en forma provisional. Mientras, el expediente de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez permanece ausente de la discusión pública perredista.
En Durango, donde cambiarán todos los poderes locales el 4 de julio, el diagnóstico perredista es de "grave crisis" y aparece marcado en "rojo" por la baja preferencia electoral acompañada del conflicto interno. De 8.2 por ciento que obtuvo en 1998, hoy el porcentaje llega apenas a 4 por ciento.
Hay quejas de "irregularidades" internas e imposición de candidaturas en la elección federal pasada, incluido el mapachaje de Eduardo Martínez, titular del Servicio Electoral. Persiste una "dirección provisional" y aún no se instituye 153 comités de base.
El resto de gubernaturas en juego en el 2004 son las de Sinaloa, Oaxaca, Veracruz, Tamaulipas y Puebla. Habrá procesos locales en cuatro entidades más: Baja California, Chiapas, Michoacán y Yucatán.
|