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México D.F. Viernes 9 de enero de 2004

Crear sirvientes esclavizados, entre los riesgos: experta

En EU, mayoritario repudio latino a la iniciativa de Bush

Si Fox no atiende críticas de migrantes, riesgo de ruptura

DAVID BROOKS CORRESPONSAL

Nueva York, 8 de enero. Las opiniones del presidente Vicente Fox, gobernadores y otros políticos y analistas mexicanos sobre la propuesta de reforma migratoria anunciada por el mandatario estadunidense, George W. Bush, poco importan aquí, ya que el voto latino, algunos sectores centristas y los intereses de una parte del empresariado son los destinatarios reales del mensaje y el objetivo central de la estrategia política de la Casa Blanca.

Pero lo que sí podría estallar es un conflicto entre los latinos y Vicente Fox si el gobierno mexicano aparece apoyando la iniciativa de Bush, sin tomar en cuenta las posiciones críticas ante la propuesta de las principales agrupaciones nacionales latinas en este país.

Antonio González, dirigente de larga trayectoria en el empadronamiento y movilización del voto latino y presidente del Instituto Willie Velásquez, centro de investigación sobre esa población y el sistema político, dijo a La Jornada que casi todas las organizaciones de mayor peso -Consejo Nacional de la Raza, Maldef, LULAC y otros grupos de defensa de inmigrantes- criticaron y hasta condenaron la propuesta de Bush.

"La Casa Blanca también cometió el error de no consultar ni negociar con ninguno de nosotros antes de elaborar esta iniciativa -declaró González-. Así es que si Fox sale por la puerta trasera y la apoya, podría haber una ruptura entre los latinos y ese gobierno. Este es el tema federal número uno para ellos."

González comentó que el electorado latino y sus líderes podrían percibir este anuncio como algo parecido a lo que sucedió con el gobernador de California, Gray Davis, quien otorgó las licencias de manejo en el último momento sólo para intentar conseguir votos. "Bush hizo esto al último momento, después de más de dos años de silencio sobre el tema, sólo porque quiere nuestro voto".

Si se mide la reacción de las primeras 24 horas después del anuncio, la iniciativa de Bush, diseñada para captar un mayor voto latino en su afán de relección, ha fracasado por el momento. "Fue un paso para adelante y dos pasos para atrás -consideró González-, ya que se mencionaron todos los principios y premisas que hemos avanzado durante una generación (derechos laborales, reunificación de familias, fin de los abusos, etcétera) pero no presentaron ningún proyecto legislativo, ni un periodo para cumplir con las promesas, ni un componente de legalización permanente. El resultado es una propuesta que parte de una estrategia empresarial".

González aseveró que lo que desearían los latinos de Fox y los políticos mexicanos sería que instaran a Bush a promover una legislación pendiente para los jornaleros (al proyecto de ley se le llama Agjobs) como un buen primer paso, ya que goza de apoyo bipartidista, y que diga a la Casa Blanca que se desea "iniciar negociaciones poselectorales para una reforma que tenga apoyo bilateral y bipartidista".

El cálculo frío para la Casa Blanca es el siguiente: con una iniciativa como la presentada, Ƒcuántos votos latinos y de sectores centristas ganamos contra cuántos votos del sector ultraconservador republicano perdemos? Los estrategas han concluido, por el momento, que Bush tiene suficiente capital político con su base ultraconservadora, por lo que puede arriesgarse a enfadarlos mientras intenta ofrecer una imagen de partido más amplio y que da la bienvenida a otros sectores. Entre éstos, el latino o hispano siempre ha sido una prioridad para quienes se dedican a la política electoral del presidente.

Todos los participantes en el juego comicial saben que Bush tuvo un impresionante (para ser candidato republicano) 35 por ciento del voto latino en 2000, y que sus asesores han dicho que necesita elevar esa cifra a 40 este año para lograr su relección. Encuestas recientes han mostrado avances para el mandatario en ese sector, y algunos analistas señalan que con esta iniciativa, entre otras, se desea subir ese índice un poco más.

La Casa Blanca y su oposición electoral demócrata recuerdan bien lo cerrada que resultó la elección pasada, y si se repite en los comicios de este año, el margen de apoyo latino podría ser determinante en estados como Florida (donde se definieron los resultados nacionales anteriores) y otras entidades clave, como California, Texas, Illinois, Arizona y Nuevo México.

Ahora, con lo que el experto en política migratoria Demetrios Papademetriou consideró un discurso brillante, por ofrecer una iniciativa con suficiente ambigüedad que está a la interpretación de cualquiera, la Casa Blanca ha logrado su objetivo inicial: que los medios anuncien que Bush busca hacer algo para los inmigrantes, y en particular los indocumentados, y reconoce que son un sector clave en el país. Si es amnistía o sólo una promesa vacía es otra cosa; lo que se deseaba, y se consiguió, fue que Bush se presente como amigo de los inmigrantes.

ƑSerá suficiente?

Hay cierta satisfacción entre el empresariado, sobre todo el del creciente sector de servicios, que depende cada vez más de la mano de obra inmigrante. Un programa de trabajador huésped como el anunciado ofrece una permanente reserva de mano de obra barata y elimina los riesgos de contratar indocumentados. Algunos desean mayores detalles y un mecanismo para la legalización permanente de sus obreros, y las principales organizaciones empresariales -como la Cámara de Comercio- expresaron su satisfacción y consideraron que es un primer buen paso.

Pero para críticos, entre ellos defensores de inmigrantes, como el Foro Nacional de Migración y líderes laborales, el plan podría resultar en la creación de una clase permanente de trabajadores temporales, sin derechos plenos, y advirtieron que existe el peligro de que la iniciativa esté diseñada para fichar a los indocumentados y exponerlos a la deportación.

Susan Martin, ex directora de la Comisión de Reforma de la Política de Inmigración, agencia gubernamental, y experta en el tema por la Universidad de Georgetown, declaró al Washington Post: "Con este tipo de legislación vamos a crear básicamente un gran número de sirvientes esclavizados", y señaló que el plan es la "propuesta migratoria más preocupante que haya visto en 25 años".

La Red Nacional por los Derechos de Inmigrantes y Refugiados consideró que la iniciativa es una maniobra electoral, sólo un poco más que otro programa de trabajador huésped, sin "esperanza de lograr salarios justos o condiciones decentes de trabajo, y menos oportunidad para lograr una calidad legal para los millones de trabajadores indocumentados en Estados Unidos".

Arturo Rodríguez, secretario general del sindicato nacional de jornaleros UFW, declaró: "El anuncio migratorio de Bush está vacío, ya que no ofrece un nuevo camino hacia la legalización permanente de los trabajadores".

A su vez, el sector más afectado -los entre 8 y 12 millones de indocumentados- no tiene voto en el asunto ni aquí ni en México, y por tanto, para los políticos, es el que menos importa en este debate.

Tal vez la gran ironía potencial en esto es que el tema en que tanto capital político ha invertido el gobierno de Fox podría costarle el apoyo clave de sus principales aliados políticos en Estados Unidos, los latinos, como resultado del paquete que por fin entregó Bush.

Por otra parte, el hecho de que se ha reabierto el tema en el debate nacional y bilateral tal vez es lo más positivo del anuncio de Bush. Ahora le toca a todos los actores políticos determinar si se trata de un juego de ajedrez, con los indocumentados en el papel de peones, o si se logra por fin iniciar un camino para resolver el problema frente a lo que se llama "globalización".

La elite estadunidense aparenta hoy invitar a los indocumentados e inmigrantes a trabajar mucho y ganar poco, como si fuera un gran privilegio, mientras la cúpula mexicana invita a los estadunidenses ricos a playas y hoteles de lujo.

Hoy se comprobó: en la seccion de dos planas dedicadas al asunto migratorio en el New York Times, en las que se habla de la explotacion y el sacrificio de los inmigrantes y la respuesta de los políticos, se publica un gran anuncio publicitario invitando al complejo turístico de lujo de Palmilla, en Los Cabos, con la foto de una mujer en posición de meditación frente al mar y junto a palmeras, y dice: "Si pudieras saborear el sol, si pudieras beber la belleza, si pudieras tocar la felicidad, entenderías lo que es Palmilla. Vive el momento". Informa que después de una renovación de 80 millones de dólares, el lugar ya está abierto y operando.

Cada quien lo suyo y al parecer, cada quien tendrá que vivir su momento, pero no todos igual. Así es esta relación bilateral, dicen los expertos.

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