Alejandro Nadal

La economía del Everest

El 23 de mayo de 2001, 89 personas alcanzaron la cima del monte Everest. Un récord. Ese año, más de 500 montañistas de todo el mundo intentaron la ascensión en 49 expediciones y 182 alcanzaron la cumbre. O sea, que si usted sueña con llegar a la cima y gozar de un momento de contemplación y soledad inolvidable, piénselo dos veces. No va a estar solo allá arriba. Peor aún, el precio de un boleto individual puede llegar hasta 65 mil dólares, a lo que hay que añadir otros 10 mil dólares por el permiso del gobierno de Nepal para escalar.

La economía del Everest es una pequeña réplica de lo que hace el individualismo egoísta con el planeta. No hay garantía de alcanzar la cima y el riesgo de morir en las aristas del Chomolungma no es menor. En 1996, por una combinación de circunstancias adversas, incluyendo la necedad, murieron 15 excursionistas intentando la peligrosa ascensión.

Pero con el costo de un puesto en una expedición, nadie está dispuesto a sacrificar "su" triunfal ascensión. Si otro excursionista está en dificultades, lo mejor es evitar el contacto. Si se engancha algo que parezca una conversación, será difícil rehusar la ayuda. Aunque es un delito no prestar ayuda a una persona en dificultades, sobre todo si una vida está en riesgo, los excursionistas caen en el delirio de montaña y sienten que después de llegar tan lejos no van a regresar sin la fotografía en la cima.

La ruta más común para escalar sigue siendo la cresta que tomaron Tensing Norgay Sherpa y Edmond Hillary en 1953. La aproximación es por el sureste, en una trayectoria que no demanda demasiado desde el punto de vista técnico. Pero cada vez más excursionistas usan la temible cara norte siguiendo la cresta nororiental desde Tibet. Esa fue la ruta que siguió George Mallory en su fatal expedición de 1924. De cualquier modo, los campamentos de apoyo en ambos caminos están ahora saturados de tanques cilíndricos de oxígeno vacíos y otros desperdicios de los aguerridos excursionistas. Es cierto, hay también un desastre ambiental en el Everest.

Se podría pensar que tener aglomeraciones a 8 mil 850 metros de altura en estos días es normal. Despúes de todo la población mundial pasó de 2 mil 280 millones de personas en 1953, cuando Tensing y Hillary lograron el primer ascenso, a 6 mil 300 millones en 2003. Y aunque la tasa de crecimiento de la población mundial ha disminuido, ahora lo que pesa son los números absolutos.

En la década de los cincuenta la tasa de crecimiento era de 1.48 por ciento anual. Aumentó a 2.2 por ciento a mediados de los años sesenta, y después cayó al nivel actual de 1.16 por ciento. Pero hoy la variable importante ya no es la tasa de crecimiento, sino el volumen de la población mundial: el incremento anual pasó de 47 a 79 millones de personas entrte 1953 y 2003.

Los datos para nuestro país tienen el mismo mensaje. La población es de 104 millones y la tasa de crecimiento natural es de aproximadamente 1.5 por ciento, lo cual significa que cada año la población aumenta en un millón 550 mil habitantes. Es más o menos equivalente al aumento que se tendría si la población fuera de 60 millones y la tasa de crecimiento de 2.8 por ciento. O sea, que aunque el ritmo de crecimiento demográfico disminuyó, en términos absolutos el aumento en las necesidades de salud, educación, vivienda e infraestructura fue más o menos el mismo.

Por este tipo de efecto, la presión sobre los recursos naturales y el medio ambiente a escala mundial sigue creciendo de manera alarmante. Y aunque es cierto que existe una disparidad extraordinaria en el uso y explotación de los recursos entre países ricos y pobres, también es cierto que el efecto agregado es descomunal y pone de relieve la pregunta clave sobre la sustentabilidad a largo plazo.

Un ejemplo dramático está en el tema del cambio climático. Desde el Everest no se puede observar a simple vista la acumulación de gases invernadero. Pero de 1958 a la fecha, la concentración de dióxido de carbono (CO²) aumentó desde 315 a 370 partes por millón (ppm), alcanzando así el nivel de concentración más alto de la historia del planeta. Los países ricos son los principales responsables de la acumulación de gases invernadero con tiempos de residencia largos en la atmósfera. Pero en 20 años, países como China e India podrían estar alcanzando volúmenes de emisiones de gases invernadero similares a los de Estados Unidos y la Unión Europea.

Hace diez días concluyó la novena conferencia de las partes de la Convención Marco sobre Cambio Climático. Mientras Estados Unidos (el primer responsable de la inyección de gases invernadero actualmente) mantiene su boicot al protocolo de Kyoto, y Rusia sigue sin ratificarlo, los países isleños continúan su lucha por sobrevivir. Todo terminó con un llamado a tomar medidas urgentes en el ámbito del cambio climático. O sea, al igual que en las peligrosas condiciones de la economía del Everest, a nivel planetario cada quien para su santo.