Carlos Martínez García

130 aniversario metodista

El 25 de diciembre de 1873 se abrió como lugar de culto de la Iglesia metodista lo que ahora es la calle de Gante número 5, en pleno Centro Histórico de la ciudad de México. Se instaló en una parte de lo que fue el templo y convento de San Francisco, que antes de transformarse en espacio litúrgico de la denominación protestante había sido expropiado por el régimen liberal, después pasó por varias manos de particulares y se utilizó como lugar de baile y circo.

Hace 130 años el acto inicial fue un culto navideño. Representó tanto un punto de llegada como de partida. De lo primero porque públicamente, en un lugar conocido y por el que transitaba mucha gente, fue posible que el naciente protestantismo mexicano contara con un centro de reunión, después de grandes esfuerzos por asentarse en la ciudad.

Fue también un punto de partida porque de entonces en adelante la presencia de esta minoría religiosa fue creciente y ganó paulatinamente un lugar en el entorno religioso nacional. Antes de que la iglesia metodista de Gante abriera sus puertas al público, en el Centro Histórico ya existían lugares de reunión de personas que habían roto con la Iglesia católica y estaban en transición hacia el protestantismo. Algunos núcleos se concentraban en casas y locales rentados que funcionaban casi como clubes o sociedades de ideas. Estas reuniones primero se caracterizaron por tener fuerte tono contra el clericalismo católico, es decir, subrayaban lo que sus integrantes no eran; y más tarde el énfasis estuvo en un programa de la sesión cada vez más cercano a la liturgia protestante, con lo que el carácter cambió hacia la afirmación de una nueva identidad.

Por lo menos una década antes de que los metodistas tuvieran la posesión de Gante, por las calles citadinas las células protestantes estuvieron activas, tejiendo redes entre sus integrantes, que más tarde emergerían para hacer contacto con los misioneros (metodistas, presbiterianos y bautistas, principalmente) que llegaron al país con el fin de iniciar trabajos para sus iglesias.

Es importante destacar esto porque la tendencia ha estado por el lado de presentar a los misioneros como personajes que llegaron a laborar desde cero, y no fue así. Lo que definitivamente facilitó y potenció los esfuerzos de los enviados por las misiones extranjeras fue la existencia previa de grupos disidentes de la Iglesia católica, que se incorporaron decididamente a las nuevas Iglesias cuando éstas contaron con espacios públicos para sus reuniones. Por lo mismo, cuando hace 130 años en Gante tuvo lugar el primer culto metodista, la asistencia predominante fue de creyentes mexicanos y unos cuantos misioneros estadunidenses.

Con tres o cuatro años de anticipación a la apertura del centro metodista, se estuvieron efectuando reuniones que ya podemos considerar protestantes en el templo de San José de Gracia, ubicado a unas cuantas calles de Gante. Estaba al frente un ex sacerdote católico, Manuel Aguas, quien se convirtió al protestantismo siendo párroco en Azcapotzalco cuando algunos de sus feligreses le llevaron folletería evangélica y le pidieron consejos sobre qué hacer con ella. Con el fin de contrarrestar las ideas protestantes, se puso a leer el material y eso marcó el inicio de su interés por la llamada herejía luterana. El proceso de ruptura con el catolicismo aconteció al parejo de experiencias similares a la suya por parte de otros sacerdotes.

El pequeño grupo de ex clérigos y sus seguidores dio origen a una Iglesia católica mexicana: la Iglesia de Jesús, que incluso tuvo un seminario en el que impartió clases, entre otros, el socialista griego Plotino Rodakanaty. Conocemos del orden del culto de San José de Gracia y del contenido abiertamente protestante de los sermones de Manuel Aguas por las crónicas publicadas en El monitor republicano.

La historia de lo que podemos llamar protoprotestantismo mexicano va mucho más allá de lo aquí consignado. Sin embargo, creemos que lo mencionado deja clara la idea de que los misioneros extranjeros encontraron un terreno fértil, trabajado arduamente por nacionales, y que fue la conjunción de ambas tareas lo que hizo arraigarse en relativamente poco tiempo al protestantismo en el país. Porque es necesario decir que procesos similares al de la capital tuvieron lugar en otras partes de la nación. Toda propuesta externa requiere apropiación endógena para germinar, expandirse y crecer. Poner todo el peso explicativo en lo externo, sólo lleva a equívocos y reduccionismos históricos.

Como hace 130 años, este 25 de diciembre los metodistas también tendrán su culto de Navidad. En la ceremonia recordarán a sus predecesores. Por otra parte, el significado del aniversario va más allá de la celebración denominacional: nos recuerda que la diversidad religiosa tiene en nuestro país mucho más tiempo que el admitido por quienes siguen presentando a las minorías religiosas como conglomerados de advenedizos y agentes desestabilizadores de la mexicanidad.