México D.F. Miércoles 24 de diciembre de 2003
A 3 horas de la votación, en una maniobra
en el salón de plenos bajaron la cifra a $500 millones
Rechazan PRI, PAN y Verde autorizar al GDF tope
de deuda por $2,500 millones
Evidente revanchismo: Pablo Gómez; desde su curul
el elbista Suárez Dávila festejaba el dictamen
ENRIQUE MENDEZ Y ROBERTO GARDUÑO
En menos de dos horas, el grupo de Elba Esther Gordillo,
las bancadas del PAN y del PVEM, y un sector de diputados priístas
cercanos a Roberto Madrazo revirtieron la decisión tomada en la
Comisión de Hacienda que autorizaba al gobierno capitalino un tope
de endeudamiento de 2 mil 500 millones de pesos, y en una jugarreta
en el salón de plenos redujeron esa cifra a 500 millones.
A la media noche del lunes los 30 diputados de la Comisión
de Hacienda -integrada por legisladores de PRI, PAN, PRD, PT y PVEM- aceptaron
el monto de la deuda a pesar de la maniobra que los panistas Juan Molinar
Horcasitas y Gustavo Enrique Madero realizaron todo el día para
convencer a los priístas de que el gobierno de la ciudad sólo
requería 500 millones de pesos para solventar sus gastos.
Tres
horas antes de concretarse la votación unánime en la comisión,
el coordinador del PRI, Emilio Chuayffet, se comunicó con el líder
del grupo parlamentario del PRD, Pablo Gómez, para informarle que
los priístas habían analizado el tema del endeudamiento y
apoyarían a los legisladores del sol azteca. No obstante, en la
reunión que sostenía la Comisión de Hacienda, su presidente,
Gustavo Enrique Madero, recibió una llamada telefónica que
lo distrajo más de 10 minutos -en el momento en que se discutía
el tema del nuevo impuesto a los tabacos labrados-, y al colgar el celular
decretó un receso, que también fue aprovechado por los representantes
del PRI para abandonar ese lugar y recibir instrucciones.
Al retornar al salón de la reunión, panistas
y priístas coincidieron en que votarían en bloque el tope
de endeudamiento para el DF, el monto del déficit fiscal y la estimación
del precio del barril de petróleo. De tal manera que no hubo impugnación
y el dictamen salió sin contratiempo, a la misma hora del cierre
de la edición de ayer de este diario. Tres horas después
(en la madrugada de hoy) el acuerdo fue desbaratado en el pleno camaral,
por el ánimo revanchista y la presión política contra
el gobierno capitalino.
Fue precisamente Fernando Espino, el líder del
sindicato del Metro, contra quien pesa una demanda de juicio político
-radicada en la Cámara de Diputados-, y a quien el gobierno capitalino
implica en actos de corrupción, quien aprovechó la tribuna
camaral para emprenderla contra las autoridades del Distrito Federal.
Sin emitir bases técnicas sobre la deuda capitalina,
aceptó incluso que su partido, el PRI, incurrió en el endeudamiento
irracional, y dijo que lo mismo "se ha aplicado en los últimos seis
años en el Distrito Federal".
Propuso modificar el artículo tercero de la Ley
de Ingresos con objeto de autorizar al Distrito Federal "a contratar y
ejercer créditos, empréstitos y otras formas de crédito
público para un endeudamiento neto de 500 millones de pesos para
el financiamiento de obras y proyectos de inversión contemplados
en el Presupuesto de Egresos del Distrito Federal para el Ejercicio Fiscal
de 2004".
La réplica a Espino correspondió a Dolores
Padierna, quien explicó al pleno que el endeudamiento de la capital
del país ha disminuido, y en los tres últimos años
hay una tendencia a solicitar cada vez un monto menor.
"La deuda del Distrito Federal, además, es la más
vigilada, por la Auditoría de la Federación; la Contaduría
Mayor de Hacienda de la Asamblea, que en estos tres años que han
pasado tuvo mayoría del PRI y del PAN; la Contraloría General,
varias corredurías y varias instancias de carácter externo.
Tiene la calificación triple AAA, de la que difícilmente
otra entidad pudiera presumir".
De inmediato el presidente de la cámara, Juan de
Dios Castro, ordenó a la secretaria de la Mesa Directiva que solicitara
la votación económica al pleno sobre la modificación
sugerida por Espino. No obstante, el perredista Julio Boltvinik exigió
que fuera nominal. Los votos a favor fueron 252, 217 en contra y 10 abstenciones.
Esos números fueron aderezados por los de los elbistas, verdes,
panistas y un número considerable de madracistas. Pero uno en especial,
Francisco Suárez Dávila, secretario de la Comisión
de Hacienda -que votó a favor del dictamen que en ese momento rechazaba-
daba saltos en el sitio de su curul, festejando la maniobra cuya autoría
le correspondió en parte.
Una vez que se concreto la reducción al tope
de la deuda a sólo 500 millones de pesos, Pablo Gómez,
criticó con dureza a los 251 autores del cambio de señal:
"Qué cosa discutimos aquí. La reducción. Si se vota
en contra de la cantidad reducida se estaría votando por cero financiamiento
y no hay manera de votar. ¡Esa oportunidad la votó usted,
diputado que aplaude!"
Desde la tribuna, denunció la traición,
no de todos los priístas, pero sí de aquellos de una declarada
ala madracista. Y apuntó con el dedo índice a Emilio Chuayffet.
"Aquí habíamos llegado con el PRI a un acuerdo
para mantener los 2 mil 500 millones de financiamiento público.
Sí, con el licenciado Chuayffet, coordinador elegido del PRI. Lo
digo aquí, de un asunto en el que ustedes no tienen que ver, evidentemente.
Hemos cumplido los compromisos de esos acuerdos y de este paquete de Ingresos.
No todo el grupo priísta lo ha cumplido. Lo lamento profundamente.
Creo que hay revanchismo, evidentemente revanchismo; del Partido Verde
ni siquiera lo tengo que mencionar, porque no merece la pena".
A Gómez le siguió Federico Döring,
el ex asambleísta del PAN -ahora diputado federal-, que se ha propuesto
ser el principal detractor del gobierno perredista de la ciudad de México,
luego que los comicios del 6 de julio terminaron por reducir al panismo
a su mínima expresión.
"Se miente aquí que es la deuda más fiscalizada
de este país. ¡Mentira! La Ley Orgánica de la Auditoría
Superior de la Federación establece en el artículo 33 que
sólo podrá ser auditada la deuda del Distrito Federal mediante
el artículo 74, que obliga a la suscripción de un convenio
de coordinación con la Contaduría Mayor de Hacienda de la
Asamblea. Desde 1998 no se le ha practicado una sola auditoría."
Ese argumento fue festejado por los panistas. No obstante,
el perredista René Arce recordó al PAN que la mejor calificación
de la administración de López Obrador es la que le han dado
los ciudadanos. "¡Aaaahhhhh!", fue la expresión de burla de
los de Acción Nacional.
Y quien provocó la ira de los panistas fue Emilio
Serrano porque, les dijo, sus críticas sin sustento sólo
propiciaban una cosa: vacunar al jefe de Gobierno.
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