Uso de combustibles sólidos aumenta riesgos: PNUMA

Factores ambientales causan casi 30 por ciento de las enfermedades

A nivel mundial, entre 25 y 33 por ciento de las enfermedades podrían atribuirse a factores ambientales debido a la degradación de los ecosistemas, tendencia que afecta en mayor proporción a los habitantes de los países en vías de desarrollo, quienes se ven más expuestos a sufrir padecimientos por contaminación atmosférica, exposición a productos químicos y accidentes tecnológicos, revela un análisis sobre la perspectiva del medio ambiente internacional realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Cada año, afirma el estudio, los riesgos ambientales son responsables de la muerte de 3 millones de niños menores de cinco años, pues entre 40 y 60 por ciento de los casos se deben a infecciones respiratorias agudas, provocadas por emisiones de partículas por el uso de combustible sólido.

La contaminación del mar ocasionada por aguas residuales, agrega el documento, "ha desencadenado una crisis de salud en todo el mundo, pues se estima que nadar en mares contaminados causa 250 millones de casos anuales de gastroenteritis y enfermedades de las vías respiratorias altas, cuyo costo mundial por tratamientos asciende a mil 600 millones de dólares anuales".

Destaca que la pobreza se reconoce como una de las causas más importantes de vulnerabilidad ante las amenazas ambientales "debido a que los pobres tienden a tener una capacidad de control más baja y, por lo tanto, sufren consecuencias desproporcionadas por los efectos de los desastres, conflictos, sequías, desertificación y contaminación".

Otro de los factores que afecta las condiciones de vulnerabilidad humana frente al cambio climático son las zonas urbanas, ya que más de mil millones de habitantes de ciudades de Africa, Asia y América Latina pueblan barrios marginales, por lo que se ven obligados a vivir expuestos a mayores riesgos, acentuados por el hacinamiento, la falta y contaminación de agua, alimentos insalubres y polución atmosférica.

Las evidencias sugieren, afirma el estudio, que muchas zonas del mundo se encaminan directamente a una crisis "y queda poco tiempo para crear respuestas eficaces si se pretende estabilizar la situación de deterioro", pues existe una brecha creciente entre el rápido ritmo de la degradación ambiental y el lento avance de la respuesta social.

No obstante, reconoce que la falta de respuesta "se puede atribuir más que a una apatía o falta de conciencia por parte del público, a ciertas políticas gubernamentales de corta visión cuyo único propósito es el crecimiento económico, combinadas con una falta de voluntad política y una extendida corrupción política".

(LAURA POY SOLANO)