Aunque Fox declaró prioritario abatirlo, representa el nivel más grave desde la crisis de 95

Sorpresivo repunte de 3.8% del desempleo abierto, señala INEGI

Implica un aumento de 81% de personas sin ocupación, respecto a cifras de diciembre de 2002

En los tres años transcurridos de este sexenio se elevó 107% y afecta a un millón 220 mil

JUAN ANTONIO ZUÑIGA

La desocupación abierta en las zonas urbanas del país repuntó sorpresivamente a 3.8 por ciento de la población económicamente activa (PEA) en noviembre pasado, la tasa más elevada en lo que va del gobierno del presidente Vicente Fox.

Esto significa que más de un millón 220 mil personas se encuentran sin empleo a pesar de buscarlo o intentar una actividad por cuenta propia, de acuerdo con los informes oficiales de desempleo dados a conocer ayer por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).

El aumento de la desocupación por ajustes de personal y cierre de empresas en 2003 afectó a 546 mil personas que quedaron cesantes este año, que pasa a ser el de más grave desempleo desde la crisis de 1995, e implicó una expansión de 81 por ciento del universo de trabajadores en paro forzoso respecto a la dimensión que tenía en diciembre de 2002, cuando el desempleo abierto afectaba a 674 mil habitantes con edad, necesidad y deseos de trabajar.

Concentrado principalmente en la industria manufacturera y en el subsector de las plantas maquiladoras de exportación, el desempleo ha ido en aumento durante la primera mitad del sexenio en curso, al grado de que el presidente Vicente Fox considera su abatimiento como el principal reto de su administración y está dentro de las prioridades en materia de seguridad nacional, al mismo nivel que la inseguridad pública y el combate al narcotráfico.

En los primeros tres años de este gobierno el desempleo abierto tuvo una elevación de 107 por ciento. Según cifras del INEGI, en diciembre de 2000 este fenómeno afectaba a 588 mil 510 personas y en noviembre de 2003 aumentó a un millón 220 mil 489.

La desocupación laboral durante este gobierno ha tenido efectos colaterales en el bajo crecimiento económico, la reducción en el universo fiscal de causantes, la contracción del mercado interno y en las aportaciones a la seguridad social. El Instituto Mexicano del Seguro Social reportó, por su parte, una reducción de 386 mil 182 trabajadores inscritos entre el 30 de noviembre de 2000 y la misma fecha de 2003.

La población económicamente activa en las zonas urbanas del país está integrada por casi 32 millones 200 mil habitantes, de los cuales 30 millones 900 mil tienen algún tipo de ocupación.

Pero también la calidad del empleo presenta importantes rasgos de precariedad: 41 por ciento de la población ocupada labora sin local, es decir, literalmente en la calle; 49.9 por ciento no tiene ningún tipo de prestación, y más de 50 por ciento trabaja en establecimientos que emplean de una a cinco personas.

En noviembre casi 25 por ciento de la población con algún tipo de ocupación trabajó más de 48 horas a la semana y en el extremo opuesto una quinta parte tuvo jornadas menores a 34 horas semanales, mientras 55 por ciento laboró entre 35 y 48 horas.

El informe indica que 72.4 por ciento de la población ocupada corresponde a asalariados; 19.1 por ciento se autoemplea; 4.1 por ciento son trabajadores sin pago, y 4.4 por ciento corresponde a patrones de negocios tanto formales como informales.