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México D.F. Domingo 14 de diciembre de 2003
ACTITUDES SOSPECHOSAS
Detrás
de la rechazada propuesta fiscal del Ejecutivo federal existen, además
de la ampliación del IVA y la aplicación de gravámenes
a las cadenas productivas, otras iniciativas perniciosas para el desarrollo
general de la nación que deben ser explicadas a cabalidad. Tal es
el caso de la propuesta de exentar del pago de derechos por extracción
de hidrocarburos a las empresas extranjeras titulares de los legalmente
cuestionables contratos de servicios múltiples para la explotación
de gas natural en la cuenca de Burgos.
En la iniciativa de Ley Federal de Derechos, que formó
parte de la abortada propuesta fiscal foxista, se contemplaron exenciones
impositivas a quienes exploten pozos de gas que produzcan cada uno hasta
un millón de metros cúbicos diarios, pero, dado que en el
caso de la cuenca de Burgos tal actividad la realizan empresas extranjeras,
los beneficiarios de esa disposición serían, en gran medida,
las corporaciones trasnacionales. Para colmo, en tal iniciativa sólo
se señala que esa exención se aplicaría a "quienes
exploten yacimientos de petróleo crudo y gas natural", redacción
tramposa que traslada beneficios fiscales de Pemex a los concesionarios
extranjeros y que, por añadidura, violenta las normas constitucionales
que claramente especifican que corresponde exclusivamente a la nación
la extracción de esos recursos energéticos.
En este contexto, cabe preguntarse por qué en su
momento no se explicó pública y ampliamente a la ciudadanía
la existencia de tal disposición en el paquete fiscal enviado por
el Ejecutivo y apoyado por Elba Esther Gordillo y sus huestes, máxime
cuando esa propuesta resulta no sólo injusta -pues favorece al gran
capital transnacional en detrimento de las arcas públicas-, sino
inmoral, en el entendido de que mientras se pretendía imponer a
la sociedad gravámenes lesivos para la economía de las mayorías,
se preveía también otorgar beneficios extraordinarios a las
corporaciones petroleras extranjeras. ¿Es que, acaso, la insistencia
oficial en ampliar el IVA y crear otros impuestos está en parte
originada en la intención de paliar de alguna forma la merma en
los recursos fiscales suscitada por las inaceptables exenciones que se
otorgarían a los concesionarios de la cuenca de Burgos?
Por otro lado, la falta de una explicación clara
y suficiente por parte del gobierno federal en este particular deja entrever
la inquietante sospecha de que los pleitos internos y la ruptura en la
fracción priísta en la Cámara de Diputados habrían
sido inducidos, o al menos aprovechados, con el objetivo de tender una
cortina de humo sobre la improcedente propuesta de favorecer a las compañías
petroleras trasnacionales y frenar, con ello, una nueva cadena de expresiones
de rechazo de la sociedad.
Además, cabe preguntarse si las estridentes y amenazantes
expresiones vertidas por importantes funcionarios del Ejecutivo -incluidos
el presidente Fox y el secretario de Gobernación, Santiago Creel-
en contra de quienes rechazaron en el Congreso la propuesta fiscal oficial
podrían estar motivadas, entre otras razones, por la imposibilidad
de cumplir con compromisos inaceptables como son las exenciones tributarias
a las corporaciones extranjeras.
La ausencia de respuesta gubernamental a estas cuestiones
es motivo de suspicacias entre la ciudadanía y, por ello, convendría
que el gobierno federal clarificara la totalidad de sus recientes propuestas
fiscales. De lo contrario, permanecerá la sospecha de que existen
intereses inconfesables y contrarios al patrimonio nacional detrás
tanto de la política tributaria del Ejecutivo como de la irritación
expresada recientemente por algunos de los más altos responsables
de la conducción política y económica del país.
Así las cosas, es de esperar que tal propuesta de exención
fiscal sea desechada en los próximos trabajos en materia de ingresos
que se llevarán a cabo en el Congreso, pues su aprobación
significaría una afrenta a la sociedad y una violación a
la legislación en la materia.
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