Diferencias sobre derechos de voto que tendrán nuevos integrantes reventaron la reunión

Fracasa intento de la Unión Europea por crear su primera Constitución

El futuro presidente de la UE señala que las negociaciones podrían reanudarse en marzo

REUTERS Y AFP

Bruselas, 13 de diciembre. La cumbre de la Unión Europea (UE) fracasó en su objetivo de aprobar la primera Constitución del bloque, luego de que este sábado los líderes comunitarios no pudieron superar importantes diferencias sobre los derechos de voto que tendrán los nuevos países que ingresen al grupo.

España y Polonia se opusieron a los planes liderados por Francia y Alemania de otorgar a las grandes naciones europeas más poder de voto, según un sistema que tendría en cuenta el tamaño de la población para designar el número de representantes que cada nación tendría en un Consejo de Ministros de la UE.

Este conflicto ha provocado una crisis en el bloque europeo de 15 naciones a sólo cinco meses de que se admita el ingreso de otras 10, principalmente antiguos estados comunistas, en la mayor expansión en la historia de la UE. "Es triste pero el desacuerdo fue total cuando pasamos al sistema de votación", declaró en conferencia de prensa el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, después de percatarse de que no se llegaría a ningún acuerdo aceptable.

El presidente de Francia, Jacques Chirac, pidió la formación de "grupos pioneros" más pequeños para forjar una mayor integración para la defensa, las políticas económicas y la justicia, pero negó que esto condujera a una "segregación", a una Europa de segunda clase.

"Esto proporcionará un impulso, un ejemplo que permitirá a Europa moverse más rápido, con mayor proyección futura, mucho mejor", expresó Chirac.

El canciller federal de Alemania, Gerhard Schroeder, principal aliado de Francia, adoptó una postura similar. "Si no logramos en un futuro previsible llegar a un consenso, entonces tendremos una Europa de dos velocidades. Eso sería la lógica para un fracaso final", aseveró.

El desacuerdo es la nota final de un año en el que los europeos se dividieron profundamente por la política hacia Irak, por las leyes que regulan el presupuesto de la UE, el voto sueco contra la adopción del euro y por la postergación indefinida de Gran Bretaña de un referéndum sobre el tema de la divisa europea.

Sin embargo, Chirac y el primer ministro británico, Tony Blair, restaron importancia al asunto. "Ver esto en términos apocalípticos es bastante equivocado", aseguró Blair. "Creo que al final se resolverá".

Los líderes evitaron hacer críticas directas después del desacuerdo, pero es improbable que esta tregua dure mucho tiempo.

Berlusconi no quiso culpar a España y a Polonia del fracaso de las conversaciones, y en su lugar señaló la postura firme de Alemania, Francia y Bélgica.

El jefe del gobierno español, José María Aznar, quien dejará el poder en marzo, y el primer ministro polaco, Leszek Miller, quien asistió a la reunión en una silla de ruedas tras lesionarse la semana pasada la columna vertebral en un accidente de helicóptero, no se arrepintieron de haber defendido sus intereses nacionales.

"España ha manifestado voluntad para negociar de manera positiva y constructiva hasta el último momento", declaró Aznar tras el abandono de las negociaciones sobre la carta magna europea.

Precisó que durante las reuniones bilaterales del viernes y sábado se han "planteado fórmulas muy diversas para llegar a acuerdos sobre distintos aspectos", mientras que "la presidencia italiana ha desplegado esfuerzos importantes".

Los líderes en la reunión no fijaron fecha para reanudar las conversaciones, pero el primer ministro sueco, Goran Persson, manifestó que era poco probable que se llevaran a cabo negociaciones serias en breve. Podrían reanudarse, dijo, hasta la primera mitad de 2005.

El primer ministro irlandés, Bertie Ahern, quien asumirá en enero la presidencia rotatoria de la UE, indicó que hará consultas y propondrá una posible solución en la siguiente reunión regular de la UE, la cual se llevará a cabo en marzo próximo.

Para evitar el desaliento, Berlusconi afirmó que prácticamente se acordó todo el tratado constitucional y que no se tendrá que comenzar desde cero en el futuro. El Tratado de Niza seguirá en vigor con su complejo sistema de votación, pero muchos gobiernos temen que el estancamiento se prolongue cuando el bloque se extienda hacia Europa del este, el cual cuenta con una población total de 450 millones de habitantes.