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México D.F. Domingo 14 de diciembre de 2003

2003 quedará registrado como el año en que se dio el tiro de gracia a esos centros educativos

Las normales rurales agonizan por ineficacia de autoridades educativas

Concebidas como universidades campesinas son hoy símbolo del abandono oficial

CLAUDIA HERRERA BELTRAN /I

Una placa dorada y las fotografías de la visita de un secretario de Educación Pública son los únicos testimonios visibles de que en la normal rural de El Quinto, Sonora, se emprendió hace siete años el sueño modernizador del normalismo. Hoy, el pequeño salón con 30 computadoras viejas, sin conexión a Internet, sus aulas medio vacías y la raquítica biblioteca reflejan el ocaso de aquel proyecto.

normal_vanguardia_pa0Concebidas como las universidades campesinas del México posrevolucionario, la mayoría de las 16 normales rurales del país agonizan con sus ocho décadas de historia a cuestas. Para egresados y especialistas, el cierre de sus internados representa el "tiro de gracia".

El olvido de las autoridades educativas, edificios deteriorados, recurrentes conflictos estudiantiles, caóticos sistemas de autogobierno del alumnado, dudosa calidad académica y egresados sin empleo o con plazas temporales, las han colocado en la frontera de la sobrevivencia.

A simple vista, los 7 mil 300 jóvenes que se forman en las normales rurales tienen un peso mínimo en la población de 168 mil 259 normalistas de escuelas públicas y privadas. Pero si se analiza con detalle, 2 de cada diez futuros maestros de primaria pública se forman en sus aulas, ya que 33 mil 318 jóvenes se preparan en esta carrera.

Sin embargo, para el subsecretario de Educación Básica y Normal, Lorenzo Gómez Morín, se trata de "focos rojos" que deben ser atendidos por los gobiernos estatales. "No me voy a meter a la discusión de un problema puntual, son decisiones que deberá tomar cada estado según las condiciones de cada escuela", dice.

Estas herederas de la escuela rural mexicana comparten las tribulaciones de las otras 267 normales públicas del país que cada año también ven adelgazadas sus matrículas -en los pasados 20 años la población normalista se redujo de 330 mil a 168 mil alumnos-, pero los problemas de las rurales son aún más severos.

"No caben en las políticas neoliberales. Los gobiernos de los estados las ven como una carga financiera, porque además de educación, ofrecen comida y alojamiento a sus estudiantes, y como focos de agitación a causa de sus constantes movilizaciones", afirma Gonzalo Serna, investigador de la Universidad La Salle.

Pedro Medina, uno de los dirigentes del Movimiento Democrático Nuevo Sindicalismo y líder de normales rurales en los años 50, considera que desde 1989, cuando se descentralizaron los servicios educativos, "estos planteles fueron abandonados a su suerte en medio de presiones de caciques y políticos regionales".

Así, en la larga historia de las normales rurales, 2003 quedará asentado como uno de los años más críticos, después de 1969, cuando la mitad de sus 34 planteles fueron desaparecidos. En septiembre pasado se canceló el sistema de internado en Mactumaczá, Chiapas, y un mes después, ocurrió lo mismo en El Mexe, escuela clave en la geografía normalista, porque durante medio siglo fue la sede de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM), que agrupa a todos los alumnos.

El historial

La crónica de estos centros educativos se entrelaza con la de la educación pública y la del reparto agrario en México. "Si nosotros revisamos cómo se diluyeron las haciendas y cómo se construyeron los ejidos, fueron los maestros rurales quienes asesoraron a los campesinos y llevaron educación, cultura y desarrollo social a los pueblos", explica el profesor Armando Azpeitia, egresado de El Mexe y militante de la disidencia magisterial en Hidalgo.

normal_vanguardia_us7Las primeras normales se construyeron en 1923 en Tacámbaro, Michoacán, y en Molango, Hidalgo.

Después de la Revolución Mexicana, "las escuelas rurales se convirtieron en un símbolo, en la concretización del sueño colectivo que consistía en llevar educación a las clases desposeídas", explica el maestro Gonzalo Serna.

"Mi papá me platicó que la escuela de El Mexe la hizo el presidente Alvaro Obregón; los terrenos eran una ranchería y los señores cargaban piedras en carretas y en ayates. Por eso mi papá cuando se iba a morir me dijo llorando que no dejáramos que se cerrara, porque la escuela es para nuestros nietos", explica Juana López Pérez, pobladora de San Juan Tepatepec.

A lo largo de estas ocho décadas, las normales rurales han pasado por varias etapas: en 1923 funcionaron como centrales agrícolas con la misión de propagar técnicas que ayudaran a mejorar la producción en el campo. En 1932 se convirtieron en regionales campesinas, y finalmente en 1940 tomaron el nombre de normales rurales, con un plan de estudios de seis años.

En 1975 recibieron un duro golpe, cuando la Secretaría de Educación Pública eliminó las tareas agropecuarias del plan de estudios. Después, en 1983, la carrera de profesor de educación primaria fue elevada al nivel de licenciatura, pero sin que se modificaran las condiciones materiales y académicas de los planteles. "En el papel debían ser pequeñas universidades, pero en los hechos seguían funcionando como bachilleratos", explica Pedro Medina.

La muerte lenta

A dos horas de Ciudad Obregón, en la región indígena yaqui, se encuentra la normal rural Plutarco Elías Calles, cuna académica de Ramón Danzós Palomino, el líder agrario comunista más connotado de la segunda mitad del siglo XX.

En la entrada del plantel, enclavado en el municipio de Etchojoa, una placa recuerda que esa escuela fue la gran apuesta del gobierno de Ernesto Zedillo para la modernización del sistema de escuelas normales.

El 10 de diciembre de 1996, Miguel Limón Rojas, entonces secretario de Educación Pública, puso en marcha el Programa de Transformación y Fortalecimiento Académico de las Escuelas Normales del país, que consistió en la dotación de 160 millones de pesos para el mejoramiento de infraestructura física, la conexión a Internet, instalación de antena parabólica para recibir la señal de Edusat, computadora con CD rom y mejoramiento de bibliotecas y laboratorios.

La escuela de El Quinto parecía el modelo ideal para los proyectos del gobierno; sus más de 200 estudiantes, todo ellos varones, dejaron de participar en la FECSM y eso, a decir del director del plantel, Víctor Márquez Paredes, permitió una etapa de "tranquilidad política".

A siete años de distancia no hay rasgos de transformación. Producto de aquella visita, en el 97 se iniciaron las obras de reconstrucción del antiguo auditorio del plantel, pero "es hora que no concluyen".

La escuela permanece aislada, sin línea telefónica ni acceso a Internet y cuenta con un precario laboratorio de cómputo que dispone de 30 máquinas, ocho de ellas inservibles. La deteriorada alberca semiolímpica se llena de agua en las fiestas de aniversario como recuerdo de las competencias de antaño.

José Luis Amabisca, profesor egresado y miembro del Movimiento Democrático Nuevo Sindicalismo del SNTE en Sonora, cree que la situación de los jóvenes ha empeorado con respecto a su época de estudiante, hace dos décadas: "no parece una escuela moderna. El edificio de la dirección está aceptable, pero apenas se llega al área de los dormitorios todo es completamente distinto. Las camas están desvencijadas y los baños en pésimas condiciones, el autobús para las prácticas escolares es un cascarón casi inservible".

Además, las aulas se están quedando vacías. En sus años dorados recibían a medio millar de jóvenes, hoy la población se redujo a la mitad por decisión del gobierno del estado. De acuerdo con un informe estadístico de la propia escuela, en 1980 había 480 alumnos, para 1996 la cifra disminuyó a 361, hasta llegar a los 225 que están inscritos actualmente.

Año tras año, los estudiantes libran virtuales batallas con los gobiernos para que no se disminuya la matrícula en escuelas donde los jóvenes de escasos recursos encuentran alojamiento, comida y reciben una especie de domingo, conocido como el PRE.

Pero esas luchas dejaron de darse en El Quinto a pesar de que cada año 700 jóvenes obtienen ficha de inscripción y sólo ingresan entre 50 y 60 nuevos alumnos. Estudiantes y padres de familia son obligados por las autoridades educativas a firmar una carta en la que se comprometen a no participar en actos de protesta. "La escuela se está muriendo lentamente", reflexiona Carlos Valencia, alumno del comité estudiantil.

El profesor Amabisca atribuye el desinterés de los jóvenes por recuperar la escuela a que algunos de ellos llegan "tarjeteados" (con recomendación) y sin tener una auténtica vocación por la carrera magisterial.

Aunque cada año se aplica un examen de ingreso y se reservan diez lugares a jóvenes indígenas yaquis y mayos, explica que otros espacios se aseguran para los hijos de profesores o de trabajadores de la educación.

Y es que el gran atractivo de estudiar en una escuela normal es la llamada plaza automática. Sin embargo, esa ventaja también está pasando a la historia. "Si el egresado tiene suerte le dan un interinato por seis meses, pero si no ocurre así, tiene que buscar la famosa palanquita", refiere Amabisca.

De acuerdo con estadísticas del Movimiento Democrático Nuevo Sindicalismo en Sonora, entre 20 y 30 por ciento de los maestros del estado no tienen plaza de base y trabajan por contratos temporales.

La asignación de plazas, afirma, se ha convertido en un asunto de "cuotas de poder". La Secretaría de Educación del estado pelea por sus profesores afines mientras que el sindicato magisterial por los suyos.

Armando Azpeitia, profesor egresado de El Mexe, se pregunta si este es el panorama para la normal rural que fue modelo de modernidad hace unos años qué pueden esperar el resto de las instituciones.

Geografía de las normales rurales

 NOMBRE UBICACION POBLACION

Justo Sierra Méndez  Cañada Honda, Aguascalientes Femenina
Justo Sierra Méndez Hecelchakán, Campeche Masculina
Plan de Ayala Mactumaczá, Chiapas Masculina
R. Flores Magón Saucillo, Chihuahua Femenina
J. Guadalupe Aguilera Aguilera, Durango Masculina
Raúl Isidro Burgos Ayotzinapa, Guerrero Masculina
Luis Villarreal El Mexe, Hidalgo Mixta
Miguel Hidalgo Atequiza, Jalisco Mixta
Lázaro Cárdenas Tenería, Estado de México Masculina
Vasco de Quiroga Tiripetío, Michoacán Masculina
Emiliano Zapata Amilcingo, Morelos Femenina
Vanguardia Tamazulápam, Oaxaca Femenina
Carmen Serdán Teteles, Puebla Femenina
P. Elías Calles El Quinto, Sonora Masculina
Benito Juárez Panotla, Tlaxcala Femenina
Gral. Matías Ramos San Marcos, Zacatecas Mixta
Fuente: Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM)
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