México D.F. Domingo 14 de diciembre de 2003
LA VIDA (BREVE) EN SAN LAZARO
José Agustín Ortiz Pinchetti
Una jornada particular
Un amigo ingenuo me preguntó qué se sentía ganar una votación cerrada en la Cámara de Diputados. La pregunta era pertinente porque los que votamos con el PRD habíamos perdido dos votaciones importantes: la complicidad entre el PRI y el PAN permitió escapar a Ricardo Aldana (Pemexgate) del juicio político y les permitió a ellos apoderarse del control del Instituto Federal Electoral (IFE). Fueron graves derrotas para el país. La impunidad se mantuvo como un principio intocable de la política mexicana y el régimen electoral tuvo una regresión de 10 años.
El triunfo de una coalición de 255 diputados de PRI, PRD, Convergencia, Verde Ecologista y PT, por el cual se desechó la reforma fiscal conservadora elbiazul, fue un gran momento político y humano que me ha tocado vivir. El proceso fue muy emocionante y hasta angustioso.
La sesión empezó tarde (como siempre). En el momento de llegar a San Lázaro yo estaba optimista. Los periódicos reportaban una ruptura entre Gordillo y Chuayffet, y la voluntad del último para impulsar el rechazo al paquete fiscal. Pronto mi optimismo se desvaneció. Empezó a circular la versión de que había un pacto entre priístas y que finalmente darían vía a la reforma con tal de que Gordillo aceptara dejar la coordinación del PRI. Me parecía muy difícil porque Chuayffet no es un aventurero para arriesgar su capital político. Conforme avanzó la sesión me sentí mejor, era evidente un muy numeroso contingente de priístas dispuestos a votar por desechar el proyecto. Ningún diputado panista ni priísta (con la excepción de Francisco Suárez, del PRI) se atrevió a subir a la tribuna a defender el proyecto (después de la votación felicité a Suárez por el valor que implicó subir a defender su punto de vista en un ambiente extremadamente hostil).
Finalmente votamos. No recuerdo una emoción semejante. Al principio los elbiazules avanzaban. Poco a poco nos fuimos acercando, parecía la más apretada carrera parejera. Cuando los dos adversarios contabilizaban más de 200 votos cada uno, empatamos y al poco empezamos a despegarnos. En el momento en que pasamos la línea de los 250 estalló nuestra alegría. Los panistas, acostumbrados a ganar todas en este periodo legislativo, se veían devastados. Luego el Presidente acusaría a los diputados que rechazamos esta iniciativa de unirnos para estancar la economía, como si él no la hubiera estancado lo suficiente en sus tres primeros años de gobierno.
Pero los triunfos y las derrotas son el pan cotidiano de la democracia, así como la incertidumbre que vivimos en esa jornada inolvidable. Tenemos que acostumbrarnos a las distintas alternativas y adquirir lo que llamaba el general Cárdenas resistencia política.
El resultado final corresponde a causas complejas que no voy a analizar aquí. Creo que un buen número de priístas votaron por primera vez en mucho tiempo de acuerdo con sus convicciones, reprimidas antes por la necesidad de "disciplinarse" con los presidentes De la Madrid, Salinas, Zedillo y hasta Fox. Un resorte importante de los políticos son sus convicciones. Creo que la decadencia del PRI está asociada con este sometimiento de la conciencia a la necesidad de obedecer.
ƑQué va a suceder con la reforma fiscal? Creo que habría que buscar un consenso. Ningún impuesto que en forma directa o indirecta grave los productos básicos va a ser aprobado en la Cámara. Entonces habría que pensar en algunos impuestos laterales poco importantes y en una reducción severa del gasto que incluya un programa de austeridad sin precedentes.
Manuel Camacho tiene razón; invitó a ubicarse en una perspectiva amplia. No es cierto que la economía de nuestro país no crece porque no hay impuestos a los alimentos y a las medicinas. Un solo impuesto no puede sustentar una política económica. El producto interno bruto (PIB) no ha crecido en 20 años. No va a volver a crecer si ponemos cargas a los sectores con menores ingresos. El siguiente paso implica el desmantelamiento de la protección y ventajas a los grandes grupos de interés, incluyendo la alta burocracia, que ha sido un obstáculo para la modernidad económica. Pero eso vendrá después, hoy viene el consenso.
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