México D.F. Jueves 11 de diciembre de 2003
Pasqual Maragall ratifica una gestión
catalanista, progresista y de sentido social
El próximo presidente de Cataluña ofrece
un gobierno ''sólido y estable''
CiU critica a Esquerra Republicana; la acusa de entregar
la comunidad a un perdedor
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 10 de diciembre. Pasqual Maragall, líder
del Partido Socialista de Cataluña (PSC), se comprometió
hoy ante el presidente del Parlamento catalán, Ernest Benach, a
formar el gobierno regional, resultante de las elecciones del pasado 16
de noviembre, en el que él será president de la Generalitat,
es decir, presidente de la región autonómica de Cataluña.
La nueva administración será fruto de la
alianza formada por los tres partidos de izquierda de la región
-PSC, Esquerra Republicana de Catalunya ERC e Iniciativa per Catalunya
(ICV)-, lo que llevará a los nacionalistas moderados de Convergencia
i Unio (CiU) a la oposición, por primera vez en 23 años.
Josep Lluis Carod Rovira, líder de los republicanos e indepentistas
del ERC, será conseller en cap, aunque el reparto de poderes
con Maragall se definirá con una nueva ley. El modelo francés,
con un presidente activo políticamente y un primer ministro con
amplias atribuciones, es el que probablemente se adopte.
Los resultados de los comicios autonómicos en Cataluña
dejaron la formación del nuevo gobierno a las negociaciones poselectorales
por dos motivos: no hubo un vencedor claro, al obtener CiU 46 escaños
y el PSC 42, muy por debajo de los 68 que requiere la mayoría absoluta.
La segunda razón fue el ascenso espectacular de ERC, que con sus
23 escaños se convirtió en la única formación
imprescindible para gobernar.
Después
de arduas negociaciones, el partido republicano optó por la alianza
con las fuerzas de izquierda para "permitir" que se lleve a cabo por primera
vez en 23 años de democracia la alternancia en el poder en esta
región.
Maragall, que sucederá al frente de la Generalitat
al histórico dirigente catalán Jordi Pujol, señaló
en su primera comparecencia tras la rúbrica del pacto que el nuevo
gobierno será "sólido y estable" y "tendrá una política
de mano tendida" a la oposición, a la que exigió a su vez
"una actitud honesta y digna".
El debate de investidura de Magarral se llevará
a cabo el próximo lunes, con el apoyo de los 74 diputados del tripartito
frente a 61 de CiU y el Partido Popular (PP), la alianza que gobernó
Cataluña desde 1995.
El líder socialista anunció que mantendrá
en su gestión el espíritu "catalanista y de progreso" que
ha prometido a sus electores, en el que serán prioridad los temas
relaciones con "el autogobierno" y la "financiación pública",
en asuntos como políticas sociales, sobre todo en materia de vivienda,
educación, salud y seguridad.
Según Maragall, quien fue alcalde de Barcelona,
con el nuevo gobierno de izquierda se ''demostrará que Cataluña
ya es un país políticamente normal. Cataluña abrirá
ventanas, entrará aire nuevo, y se producirá lo que la democracia
permite, que justamente es la alternancia, que las personas que han gobernado
dignamente durante un montón de años pasen a la oposición
y los que estaban en la oposición pasen a gobernar".
Sin embargo, Artur Mas, candidato de CiU y considerado
ganador "moral" de la contienda electoral -al obtener el mayor número
de escaños-, señaló que su formación se siente
"engañada" por los dirigentes de ERC, a los cuales acusó
de ''entregar'' el gobierno autonómico ''a un partido cuyo centro
de decisión está en Madrid, además de permitir que
Cataluña tenga un presidente perdedor, ya que lo que no le ha dado
el pueblo de Cataluña se lo ha dado ERC''.
El pacto de las fuerzas de izquierdas ya provocó
la primera dimisión en las filas de los independentistas de ERC,
al anunciar Jorde Argelaguet, presidente de la formación en Sabadell,
su renuncia al partido, ante lo que tildó de "un pacto españolista"
que se ha "negociado sin consultar a las bases".
A juicio de este líder de ERC, "Carod Rovira se
ha entregado a los socialistas porque ya lo tenía decidido desde
hacía tiempo, y no creo que durante los últimos días
hayan descubierto que CiU es la quintaesencia del mal, la corrupción
y la derecha cavernícola posfranquista catalana" de la que hablan
para "justificar" esta alianza "indigna".
Desde Madrid, el ex presidente del gobierno español,
el socialista Felipe González, se declaró ''muy contento'',
pues el acuerdo en Cataluña abre un "espacio renovador para el futuro".
En cambio, el actual jefe del Ejecutivo, el conservador José María
Aznar, afirmó que la coalición socialista-republicana planteará
"problemas de dificil solución" a la región autonómica.
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