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México D.F. Jueves 4 de diciembre de 2003
Terminar con militancias efímeras y chantajes permanentes, demanda Madrazo
Encumbrados y pitufillos hicieron valer su voto para que saliera Elba Esther
Califican de ''simple berrinche'' las ausencias de Enrique Burgos y Alfredo del Mazo
ROSA ELVIRA VARGAS
Nunca antes el calificativo de pares, que se dirigen entre sí los diputados para alardear de igualdad, tuvo más peso que ayer. Y lo hicieron valer lo mismo aquellos encumbrados en el quehacer legislativo, como los otros, la mayoría, ''esos que nos decimos los pitufillos porque somos muchos, pero no teníamos madre''.
Cada voto contó igual, y por esa vía le hicieron válida a Elba Esther Gordillo la frase que ella pronunciara henchida de emoción en este mismo lugar, el auditorio Plutarco Elías Calles de la sede nacional del PRI, el día que la eligieron coordinadora: ''šNada se podrá hacer en este Legislativo si ustedes, todos, no nos echan la mano!''
A pesar de saberse mayoría y, dicen ellos, poseedores de la razón jurídica, los 120 diputados que eligieron a Emilio Chuayffet como su nuevo coordinador en San Lázaro, y consiguieron acabar con el fugaz liderazgo de la maestra, guardaban expectativas de que otro buen número se les sumara ayer públicamente a la batalla.
No fue así, pero eso no menguó su semblante satisfecho ni los gritos de ''šUnidad, unidad!'', con el que rubricaron su triunfo cuando todo hubo concluido y escucharon de Roberto Madrazo, su líder, un llamado a la disciplina ''para terminar con militancias efímeras y chantajes permanentes''.
Para explicar algunas bajas, los priístas dijeron que las notables ausencias de los ex gobernadores Enrique Burgos, de Querétaro, y Alfredo del Mazo, del estado de México, fueron por ''un simple berrinche'', pues ambos acariciaron la posibilidad de suceder a la maestra Gordillo.
En otros casos, aquellos donde de plano hubo falta colectiva de representaciones estatales o gremiales, el argumento fue la presión que ejercieron algunos gobernadores. ''Por eso no ven aquí a ningún diputado de Veracruz, de Tamaulipas, de Coahuila, de Hidalgo, de Sonora o de Sinaloa; apenas vinieron algunos de Nuevo León y Guerrero'', acusaba con frases salpicadas de ajos y cebollas el ex vocero Carlos Jiménez Macías. Y ni qué decir de la total inasistencia de los diputados pertenecientes al gremio magisterial.
En la sede del PRI circularon insistentes versiones de que todavía a altas horas de la madrugada los elbistas hicieron numerosas llamadas telefónicas para ofrecer, a cambio de la retractación, jugosas prebendas como viajes y šhasta 5 millones de pesos! Parece que en ese cálculo de aferramiento al poder sí entraba la ponderación del peso de cada voto, el de pares.
Porque, Ƒcuál partirse la bancada por la mitad con la asamblea electiva de ayer?, como dicen algunos. Basta revisar lo ocurrido aquel sábado 19 de julio, en un escenario exactamente igual al de este miércoles, para constatar que por Emilio Chuayffet votaron entonces apenas cuatro diputados menos que por Gordillo. Y todavía hubo un voto anulado.
Esa vez, también en su improvisado discurso, Gordillo tuvo otras frases premonitorias. Ese día se confesó ''un poco torpe en hacer mis cosas'', pero les ofreció respeto, que no tendría grupitos, y hasta les juró que no sería colaboracionista. Sin embargo, ni siquiera ese día les dio trato de pares a sus 222 compañeros, pues ahí mismo, sin consultarlos, convocó a los líderes de las otras fracciones parlamentarias para diseñar la agenda de la 59 Legislatura.
Cierto que en estos tres meses ella sumó a su causa a algunos de los que en esa ocasión no la apoyaron, como el coahuilense Oscar Pimentel. Pero también de su lado hubo desprendimientos, como el de Wintilo Vega Murillo. Tiene significación, además, el que Francisco Arroyo Vieyra, de Guanajuato, y diputado por tercera ocasión, lo mismo que Amalin Yabur y María de Jesús Aguirre Maldonado, integrantes de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, y propuestos para ese cargo por Gordillo, se pronunciaran por Emilio Chuayffet. A ellos corresponderá en gran medida avalar su autoridad como nuevo líder de la bancada. Además, en esta operación debe incluirse a los legisladores de las bancadas campesina y del sector obrero que aquella vez la respaldaron y que ahora tuvieron un peso determinante para hacer la mayoría que la remplazó.
Pero ante todo, en la recomposición del liderazgo parlamentario pesaron desde un principio las juventudes partidistas, el movimiento territorial y, por supuesto, el sector popular que encabeza Manlio Fabio Beltrones, contrincante de Gordillo en aquella ocasión.
Hubo además 14 coordinadores estatales que pidieron cambio de coordinador, así como los presidentes de las comisiones de Defensa Nacional, Guillermo Nolasco Martínez; de Deportes, José Manuel Carrillo Rubio; de Justicia y Derechos Humanos, Rebeca Godínez, y de Cultura, Filemón Suárez Peredo Arcos.
En esta asamblea electiva, los legisladores ocuparon apenas la mitad del auditorio. Desde las nueve de la mañana iniciaron lentamente el registro de asistencia, y 45 minutos después ya sumaban 118. Era, para muchos, una escuálida mayoría, pero para certificarla fueron convocados dos notarios quienes, al terminar la elección, iniciaron la integración documental para certificar la legalidad del proceso.
Se dijo que ayer mismo esas actas se-rían llevadas a San Lázaro, primero ante la secretaría general y luego ante la mesa directiva. Sin embargo, y aun cuando Chuayfett y muchos de quienes lo eligieron se presentaron a la hora previamente anunciada, no tenían lista la documentación y anunciaron que lo harán hoy por la mañana. Quien tuvo una fugaz aparición en esta lid fue el chiapaneco Sami David: registró su candidatura a las 7:59 (el término vencía un minuto después) y la retiró a las 8:55. Argumentó en su decisión la búsqueda de unidad. Emilio Chuayffet se había registrado desde la víspera.
Para conducir los trabajos, el Comité Ejecutivo Nacional designó a Guillermo Jiménez Morales, el ex gobernador poblano, ex secretario de Pesca, ex embajador en el Vaticano y ex líder de la Cámara de Diputados, quien desbarró al llamar 'reunión' a la encerrona. Hubo reacción inmediata de los convocados para corregirlo: ''šEs asamblea!''
Pero los priístas son fieles a su estilo. Chuayfett Chemor llevaba una pieza oratoria perfectamente elaborada, que pronunció una vez que rindió protesta. Beltrones traía lo propio en su llamado a la unidad, y Roberto Madrazo mezclaba la lectura de sus notas con la improvisación. Nadie iba, pues, con las manos vacías. Y el estruendo de los aplausos no se hacía esperar. Era una mezcla de reivindicación y revancha. Porque ese duranguense que confesó ser un pitufillo, era el mismo que casi con vergüenza contaba cómo, a la burbuja de Elba Esther Gordillo en el salón de plenos, sus cercanos llegaban ''casi temblando. Le tenían miedo. Y a los demás, ni siquiera volteaba a vernos...''
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