México D.F. Viernes 21 de noviembre de 2003
Con el nuevo capitalismo, mayor exclusión
educativa: funcionario de la UNESCO
Critican que la producción científica
sea orientada en función del mercado
Parte más o menos importante de la población,
sin acceso al desarrollo de capacidades
JOSE GALAN ENVIADO
Guadalajara,Jal., 20 de noviembre.
La sociedad del conocimiento, o "nuevo capitalismo", plantea serios riesgos
al orientar la producción científica en función de
los requerimientos del mercado, así como por la construcción
de escenarios sociales caracterizados por el dualismo y la polarización
y al excluir a una parte importante de la población del acceso a
los procesos de desarrollo de sus capacidades, afirmó Juan Carlos
Tedesco, director del Instituto Internacional de Planificación de
la Educación de la UNESCO en Buenos Aires, Argentina.
Por su parte, David Satterly, de la Universidad de Bristol,
en Gran Bretaña, advirtió que el discurso educativo sin la
aportación de la realidad, sin una actitud científica que
valore la pertinencia de las metodologías, "sería una actitud
empobrecida y muy peligrosa", por lo que es necesario revitalizar la sicología
educativa.
En el contexto del séptimo Congreso Nacional de
Investigación Educativa, organizado aquí por el Consejo Mexicano
de Investigación Educativa y la Universidad de Guadalajara, que
reúne a más de 2 mil 500 académicos, investigadores
y profesores de México y el extranjero, Tedesco advirtió
sobre la tendencia a "privatizar la producción de conocimientos",
sobre todo mediante la participación creciente de los laboratorios
de las empresas productoras de tecnología en la investigación
educativa.
Además, consideró que las condiciones sociales
creadas por el "nuevo capitalismo nos colocan frente a opciones que ponen
de relieve los límites de la racionalidad técnica", por lo
que en investigación educativa la "pregunta fundamental" se refiere
a la posibilidad de "superar los determinismos, sean de tipo social, biológico
o cultural", y agregó que se debe pasar de la "ciencia social" a
la "filosofía social".
Señaló que "el nuevo capitalismo construye
situaciones de exclusión en el nivel de proceso productivo -empleabilidad-
y en el nivel del proceso educativo -educabilidad- mucho más
amplias que en el capitalismo tradicional".
Agregó: "el nuevo capitalismo parece ser capaz
de prescindir de vastos sectores de población que, en su calidad
de excluidos, no desarrollan capacidades básicas vinculadas a la
empleabilidad y la educabilidad; esto no significa que las
personas no sean empleables o educables en sí mismas, sino que el
sistema social provoca condiciones mediante las cuales una parte más
o menos importante de la población queda excluida del acceso a los
procesos de desarrollo de esas capacidades".
Sostuvo, además, que la "racionalidad técnica"
que ha permeado el proceso de reforma educativa en prácticamente
todo el mundo, ha generado, después de una década, "un momento
de generalizado escepticismo" sobre las posibilidades de la investigación
educativa, cuyo ejemplo elocuente es el informe producido por la Organización
de Comercio y Desarrollo Económicos acerca de la sociedad del saber
y la gestión de conocimientos
En ese informe "se sostiene muy claramente" que los sistemas
educativos son muy resistentes a incorporar los adelantos científicos
y técnicos, mientras la investigación en educación
"es percibida como inútil". Prosiguió: "en suma, se habría
producido una significativa disociación entre investigación
educativa y funcionamiento de los sistemas en los cuales sus resultados
deberían aplicarse".
A su vez, David Satterly sostuvo que para entender la
situación actual de la investigación en sicología
educativa "es necesario ubicarla dentro del contexto de la alta comercialización
de la educación superior", asumiendo que la mayoría de la
investigación tiene lugar en instituciones como universidades, politécnicos
e institutos tecnológicos.
"Una percepción, extendida pero vigente, es que
la sicología es de las materias light que pueden ser estudiadas",
afirmó.
Añadió: "un ejemplo para sostener este argumento
son los sueldos de los investigadores del área, por lo general significativamente
menores a los de las ciencias duras".
Señaló que, "en general, los científicos
sociales son pagados muy por debajo de los investigadores de otras áreas,
ya que rara vez se involucran en esquemas para crear sistemas de bienestar
que son subrogados o financiados por la industria".
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