Transformar a la institución, entre sus grandes retos, señalan activistas

Grupos católicos reclaman la actitud autoritaria y discriminatoria de la Iglesia

En las estructuras eclesiales se ha identificado un inadecuado manejo del poder, afirman

JOSE ANTONIO ROMAN

En una carta dirigida al nuevo presidente del Episcopado mexicano, José Guadalupe Martín Rábago, diversas organizaciones no gubernamentales de inspiración católica lamentan la actitud "autoritaria y discriminatoria" de la Iglesia, la actitud de los obispos, más cercanos al poder que a la defensa de los pobres y marginados, y su visión arcaica de los derechos sexuales y reproductivos, así como su postura inamovible frente a temas como el sida y la eutanasia.

Además, citan que la institución eclesiástica tiene frente a ella tres grandes desafíos: la democratización de la Iglesia católica; la secularización y el laicismo, y realizar verdaderas opciones pastorales que atiendan la pobreza y la exclusión de millones de mexicanos, con el grave riesgo, en caso de no actuar acorde con la realidad presente, de ser rebasada por las circunstancias y el mundo cambiante. Una prueba de ello, se dijo, es el crecimiento que han tenido los nuevos movimientos religiosos, integrados mayoritariamente por personas que profesaban anteriormente la fe católica.

En conferencia de prensa, representantes de varias organizaciones dieron a conocer las conclusiones del seminario La Iglesia católica ante los desafíos de hoy: hacia una agenda común, realizado recientemente por el organismo colectivo El Observatorio Eclesial, del que salieron una serie de reflexiones y propuestas que serán entregadas en breve a la nueva directiva episcopal con el propósito de que puedan ser "analizadas e integradas" al programa pastoral para el trienio 2003-2006.

Durante dos días se reunieron 65 personas, entre laicos, sacerdotes, religiosas, integrantes de parroquias y diversos organismos no gubernamentales y de instancias de la Iglesia, agrupados en El Observatorio Eclesial, que delineó los tres grandes desafíos que tiene la institución. En el tema de la democratización de la Iglesia, la carta al presidente de la CEM dice que en las estructuras eclesiales se ha identificado un "inadecuado manejo del poder; ya que suelen ser autoritarias, violentas, antidemocráticas y discriminatorias, y que lamentablemente han llegado a generar graves daños a sus integrantes". Por ello es preciso conocer, promover y defender los derechos humanos al interior de la Iglesia.

Asimismo, se plantea la necesidad de refundar la Iglesia católica para recuperar sus fuentes comunitarias, teniendo como pilares la participación, la comunidad y la colegialidad, otorgando poder a las personas que conforman la comunidad, generando una dinámica de mayor diálogo, corresponsabilidad y servicio; reconociendo que los ministerios descansan en la comunidad y no en un sector, y abriendo las instancias de decisión y de celebración a laicos y laicas.

Entre las organizaciones integrantes de El Observatorio Eclesial se encuentran el Centro de Estudios Ecuménicos, el Centro Antonio Montesinos (CAM), la Familia Franciscana Internacional, el Centro Nacional de Comunicación Social, el Secretariado Social Mexicano y Católicas por el Derecho a Decidir, que también firman la misiva enviada a la nueva directiva episcopal.

Guadalupe Cruz, de Católicas por el Derecho a Decidir, y Jaime Laines y Salomón Farfán, del CAM, señalaron en la conferencia que los otros dos temas que surgieron en el seminario fueron secularización y laicismo, y los desafíos pastorales desde la pobreza y la exclusión. En estos puntos la carta admite la existencia de nuevas identidades, y reconoce la necesidad de buscar nuevos diálogos y acuerdos eclesiales en aspectos vitales para la comunidad católica, como los derechos sexuales y reproductivos, sida, eutanasia, homosexualidad y lesbianismo. Se asume que en estos aspectos la comunidad católica ya está decidiendo y ejerciendo su libertad de conciencia, y con ello, indicando el camino para la Iglesia en caso de que quiera ser acompañante de sus fieles.

Durante el seminario, en el que participaron las organizaciones citadas, el laicismo ocupó un lugar importante en las discusiones y se le consideró no como una posición indiferente o antirreligiosa, sino como un instrumento para proteger la convivencia y la paz social; para garantizar las libertades de conciencia, de creencia y de culto de las y los ciudadanos, para promover una cultura de respeto y tolerancia frente a la pluralidad religiosa.

"Los católicos queremos construir una Iglesia que esté más preocupada por la vida y dignidad de los más pobres y excluidos que por la propia institución religiosa", dice el documento de las organizaciones de inspiración católica, en el que también piden a la jerarquía que se pronuncie por una reforma fiscal integral y equitativa, rechace el IVA a alimentos y medicinas, defienda una reforma eléctrica que fortalezca la soberanía nacional, impulse una conciencia ecológica y repudie las privatizaciones de las instituciones fundamentales para la cultura y la ciencia en nuestro país.