México D.F. Jueves 13 de noviembre de 2003
Denuncian los afectados la falta de recursos
para enfrentar las consecuencias del desastre
Aparecen agentes cancerígenos en especies de
la zona afectada por el Prestige
A un año, el buque sigue en el fondo del mar
con 20 mil toneladas de combustible
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 12 de noviembre. A un año del hundimiento
del petrolero Prestige, cargado con 77 mil toneladas de combustible,
lo que desató la peor catástrofe ecológica ocurrida
frente a las costas españolas, los afectados y diversas organizaciones
ecologistas y civiles denunciaron la falta de medios públicos para
hacer frente a las consecuencias del desastre que ha provocado, entre otras
cosas, la presencia de "agentes cancerígenos" en la cadena alimenticia
de la región.
El
13 de noviembre del año pasado el Prestige lanzó un
mensaje de SOS: la intensa lluvia y la violenta marea habían
dañado gravemente su estructura, por lo que se encontraba a la deriva
y en situación de emergencia en las inmediaciones de las costas
gallegas. Dos días después se hundió al partirse en
dos.
Los informes del desastre ecológico del gobierno
español, de José María Aznar, reflejan una realidad
radicalmente opuesta a la que denuncian los científicos, los centros
universitarios gallegos, las organizaciones ecologistas y las asociaciones
civiles que han trabajado sobre el terreno contaminado.
La ministra de Medio Ambiente, Elvira Rodríguez,
sostiene que las "heridas negras del Prestige empiezan a cerrarse",
al informar que sólo ocho de las mil 64 playas afectadas por el
vertido siguen contaminadas y que se ha recogido un total de 81 mil toneladas
de fuel mezclado con agua y arena. Agregó que se han repartido
más de 120 millones de euros como ayuda para los 20 mil afectados
por el desastre.
Pero los informes científicos indepedentientes
sostienen que "un año después el mar sigue desprotegido"
y "todavía no hay planes para evaluar lo ocurrido".
Un año después del hundimiento del Prestige,
las dos partes del buque siguen en el fondo del mar con más de 20
mil toneladas de combustible almacenadas, lo que representa una amenaza
latente para el ecosistema y el sistema productivo de la región,
basado en la pesca, el cultivo de moluscos y el turismo. Todavía
no se han llevado a cabo los análisis de los fondos marinos ni se
ha reformado la legislación marítima con la finalidad de
evitar que se repitan desastres ecológicos de este tipo.
Una de las consecuencias más graves del vertido
tóxico fue denunciada por el Departamento de Biología Animal,
Vegetal y Ecológica de la Universidad de A Coruña, que en
los últimos 12 meses ha llevado a cabo un riguroso análisis
sobre las consecuencias del derrame contaminante en la cadena alimentaria
marina. Su conclusión desmiente la información del gobierno
español, al afirmar que los hidrocarburos aromáticos policíclicos
(HAP), una sustancia cancerígena y peligrosa, han contaminado los
productos que se cultivan y se pescan en la región, entre ellos
los mejillones, los berberechos, el pulpo, el camarón, el rodaballo,
la sepia y el lenguado.
El estudio, financiado por las asociaciones de pescadores
afectados, advierte que todavía "no es posible conocer el alcance
de los efectos en el ecosistema", pero lo que sí se puede afirmar
con bases es que los HAP se acumulan en los órganos de los seres
vivos toda vez que son bioacumulativos, lo que significa que ninguna especie
los puede excretar.
Por su lado, la organización ecologista Greenpeace
desplegó una enorme pancarta que cubrió la emblemática
Torre de Hércules de A Coruña en la que reclamó "soluciones
reales" a la catástrofe y exigió un "cambio de actitud" del
gobierno español. Denunció también que a un año
de la catástrofre ecológica todavía "no se han puesto
en marcha las medidas necesarias para minimizar los riesgos de una marea
negra, entre otras cosas porque la legislación no se ha modificado
en sus aspectos esenciales". También criticó al gobierno
español por no haber diseñado un plan de emergencia para
recuperar los 2 mil 600 kilómetros de costa afectada.
A su vez, la plataforma civil Nunca Máis,
creada a raíz del desastre ecológico, llevará a cabo
20 movilizaciones de protesta en Galicia que, bajo el lema "365 días
de dignidad, 365 días de incompetencia", pretende recordar a la
sociedad española y gallega que el drama provocado por el Prestige
todavía los tiene "vestidos de negro, con una vela y cacerolas".
Desde Nantes, el diputado francés Phillipe de Villers
reveló que un informe judicial consigna que la actitud del gobierno
español tras la avería sufrida por el Prestige contribuyó
a agravar la tragedia. El gobierno español impidió que un
equipo de rescate enviado por la aseguradora del petrolero subiera a bordo
antes de que se sus miembros "se comprometieran por escrito a alejar al
buque a más de 120 millas náuticas de la costa", declaró
Villiers, líder del Movimiento por Francia (MPF).
El equipo de rescate no pudo intervenir durante 24 horas,
entre el 14 y el 15 de noviembre, explicó el político francés.
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