México D.F. Jueves 13 de noviembre de 2003
Adolfo Sánchez Vázquez presentó su nueva obra A tiempo y destiempo, en Madrid
El dilema socialismo o barbarie es hoy más válido que nunca
El marxismo, teoría de la transformación que cobrará más vigor, vaticina el filósofo
''La mercantilización se extiende al arte, la ciencia y la educación'', dice a La Jornada
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 12 de noviembre. Adolfo Sánchez Vázquez ha expresado su pensamiento por medio de diversos géneros; desde la poesía o el ensayo de riguroso academicismo hasta la crítica literaria. Su nuevo libro, A tiempo y destiempo, publicado por el Fondo de Cultura Económica (FCE), reúne los escritos esenciales de este pensador español, afincado en México desde que la Guerra Civil lo condenó al exilio.
A sus 88 años y luego de más de medio siglo dedicado a la enseñanza, el filósofo sostiene que ante la agudización progresiva de los ''males del capitalismo", la razón de ser del marxismo, ''al ser una teoría de transformación del mundo, permanece más vigente que nunca".
Sánchez Vázquez nació en la ciudad andaluza de Algeciras en 1915, si bien a los 23 años se convirtió en uno más de los centenares de miles de españoles transterrados tras la imposición del régimen fascista de Francisco Franco. Su destino fue México, donde fue posible desarrollar su obra filosófica y literaria, al tiempo que compartía sus conocimientos en la cátedra de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) o en los numerosos libros que ha publicado.
A tiempo y destiempo es una recopilación de ensayos que reúne los escritos y temas esenciales de Sánchez Vázquez, con la que, en sus palabras, ''se trata de dar una visión de conjunto de mi obra". El libro se presentó este miércoles en la Casa de América de Madrid, durante un diálogo del autor con los intelectuales españoles Javier Pradera, Antonio Muñoz Molina y Javier Muguerza.
Por una sociedad más justa
En entrevista con La Jornada, Adolfo Sánchez Vázquez explicó que para entender su pensamiento resulta esencial referirse a la teoría marxista, como base de sus ideas filosóficas, estéticas y políticas. ''Me refiero al marxismo que intentaba romper con el marxismo dominante, es decir, es un marxismo muy crítico, abierto y renovado. El marxismo oficial o soviético era, a mi juicio, una deformación del pensamiento originario de Marx, que en la dominación de la Unión Soviética no era una teoría o una filosofía, sino una ideología para justificar el régimen existente.
''Por eso creo que será muy difícil retornar a ese marxismo teórico, puesto que se ha desacreditado en la medida en que era la ideología de un sistema que pasaba por ser socialista, pero que era un falso socialismo. De manera que hoy no se puede reivindicar ya ni ese socialismo falso ni esa ideología supuestamente marxista. Pero también creo que el marxismo, como teoría de la transformación del mundo, sigue siendo un pensamiento vigente, independientemente del declive que ha sufrido en tiempos recientes por el descrédito mismo que inspiraba ese sistema de seudomarxismo."
El también autor de Conciencia y realidad en la obra de arte añadió que ''el marxismo sigue siendo válido, porque ese pensamiento surgió justamente para denunciar el sistema capitalista y sus males. La razón de ser y la idea que originó el nacimiento del marxismo sigue siendo válida porque el capitalismo no ha hecho más que agudizar sus males, la tendencia a mercantilizar todo ratifica una de las ideas básicas del Manifiesto Comunista, en el que se sostiene que esta mercantilización se extiende inclusive a lo que se considera más elevado, noble y espiritual del ser humano, como el arte, la ciencia o la educación", afirmó.
Sánchez Vázquez considera que otra idea esencial de Marx permanece viva: ''La suma de la emancipación para llegar a formar una sociedad en la que el hombre deje de ser instrumento o medio, para convertirse en un fin en sí mismo y se libere de la explotación y la dominación. La creación de esta sociedad más justa y más libre sigue siendo un objetivo tan válido o más que en tiempos de Marx, puesto que esta mercantilización creciente nos lleva a la catástrofe, porque pone en cuestión la dignidad del ser humano; pero elevar y salvar la dignidad del ser humano sólo se puede lograr con la contrucción de un tipo de sociedad en el que la mercantilización deje de ser el factor dominante".
Del destierro al transtierro
La opción o ''salida del túnel" que vislumbra Sánchez Vázquez se encuentra en ''las movilizaciones a escala mundial que hemos visto en los años recientes, que necesariamente llevarán a la búsqueda de una alternativa, ya que en ello está en juego no sólo el destino de la clase oprimida, sino el destino mismo de la humanidad; es decir, si el desarrollo del capitalismo y su carácter destructivo se prolongan se pondrá en juego la supervivencia misma de la humanidad. El viejo dilema que formularon Marx y Rosa de Luxemburgo de 'socialismo o barbarie' es hoy más válido que nunca, por eso si los hombres no toman conciencia de la necesidad de una alternativa, si no se organizan y no actúan podríamos tener justamente una barbarie en un grado inimaginable, como un cataclismo ecológico, un holocausto nuclear o un caos genético incontrolable. Por todas estas razones la alternativa al capitalismo -llámese socialismo o como sea- es más necesaria y deseable que nunca, pero sólo llegará si se lucha por ella y los hombres se organizan".
En su nuevo libro vuelve a debatir entre la condición de desterrado y transterrado, ya que su tesis es que ''al cabo de largos años hay una transformación de destierro en transtierro".
El profesor emérito de la UNAM reflexiona sobre México y su eterno debate sobre la identidad, pues ''la identidad del mexicano, como la de cualquier pueblo, está sujeta al cambio histórico y social, pero hay rasgos que se mantienen. El pueblo mexicano, que ha sufrido tanto y durante tantos siglos, mantiene una identidad que se vincula a un nacionalismo en sentido positivo, ése que permanece frente a la exclusión, la hegemonía y el dominio".
Sánchez Vázquez sostiene que ''México tiene problemas seculares, como la desigualdad, la miseria o las injusticias sociales. Si comparamos el México de hoy con el de antes de 1968, podemos ver avances positivos en el terreno político, más que en lo económico y social. Por eso creo que los indígenas tendrán que organizarse y en este sentido hay que registrar como un hecho muy positivo el movimiento zapatista".
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