México D.F. Jueves 13 de noviembre de 2003
Luis Alberto, golpeado y sin defensa
El pasado 10 de octubre, Luis Alberto acudió a la oficina del Instituto Nacional de Educación para Adultos, en el palacio municipal de Pijijiapan, Chiapas. Había sido seleccionado para participar en un programa de alfabetización y recibiría una ayuda económica que le permitiría continuar sus estudios.
Entonces llegaron al lugar unos agentes de la Policía Judicial estatal. Le pidieron que los ayudara a identificar a unas personas, pero una vez fuera del edificio lo subieron a un automóvil y partieron con rumbo desconocido.
La detención del menor, de 17 años, se hizo sin presentar orden de aprehensión y no le permitieron hablar por teléfono con sus familiares o buscar un abogado. En el trayecto, los policías lo amenzaron y golpearon para que "confesara" y se declarara culpable de un delito.
El Ministerio Público dio por buena la declaración del menor, rendida bajo presión, pese a que éste no había tenido ayuda legal en ningún momento.
Luis Alberto vivía con su madre, de escasos recursos, hasta que fue a estudiar la preparatoria en Pijijiapan. Ignoraba que los agentes no podían detenerlo sin orden de aprehensión y que tenía derecho a guardar silencio y no declarar en su contra, además de que los policías estaban obligados a permitirle que solicitara apoyo legal, la presencia de una persona de su confianza o un abogado de oficio.
Horas más tarde la familia de Luis Alberto se enteró que lo habían llevado a Tonalá. Su madre rogó para verlo, y pese a que las huellas de la golpiza eran evidentes y que un médico legista dio fe de su estado, la falta de asistencia jurídica y su ignorancia obraron en favor de la parte acusadora. Fue presentado ante el Ministerio Público en Tonalá y éste de inmediato inició los trámites para trasladarlo al Consejo Tutelar de Menores de Tuxtla Gutiérrez.
La madre de Luis Alberto entregó 2 mil pesos al Ministerio Público para que dejara libre a su hijo. El funcionario recibió el dinero, pero el joven fue trasladado en calidad de detenido a Tuxtla Gutiérrez. Ahí, la madre recurrió a un abogado, quien le pidió 6 mil pesos y le prometió que su hijo quedaría libre de inmediato. El menor sigue preso.
A la madre de Luis Alberto le dijeron que un abogado de oficio llevaba el caso; cuando la mujer acudió a verlo le dijeron que volviera en unos días, "porque el licenciado está enfermo y regresará la próxima semana". JESUS ARANDA Y VICTOR BALLINAS
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