Supongo que es la imagen que proyecté, responde

Faltó liderazgo durante la gestión de Morales Reyes, afirman obispos

JOSE ANTONIO ROMAN

Con un balance deficitario en lo que se refiere a liderazgo e interlocución con el gobierno foxista, este jueves el arzobispo de San Luis Potosí, Luis Morales Reyes, dejará la presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), luego de encabezarla seis años, tiempo en que la Iglesia católica fue testigo y actor principal de los acontecimientos nacionales, como la sucesión que llevó a Vicente Fox a la Presidencia de la República.

En un breve recuento de la presidencia de la CEM que hoy concluye, cabe citar como hecho destacado la publicación de la carta pastoral de los obispos mexicanos: Del encuentro de Jesucristo a la solidaridad con todos, emitida en 2000, antes de la elección presidencial, en la que se planteó abiertamente la posibilidad real de una alternancia en el poder, que finalmente se dio el 6 de julio de ese año.

También destaca la construcción del edificio de cinco pisos que alberga las oficinas de la secretaría general de la CEM, que no había tenido en 60 años, además de un intento inacabado por profesionalizar al Episcopado Mexicano, con asesoría y apoyo técnico especializado, como la que está recibiendo en la 76 asamblea plenaria, para hacer una evaluación del trabajo realizado por el organismo.

Otros puntos a destacar son la actitud de promover de manera permanente que los obispos se expresaran con libertad durante las asambleas y que la conferencia fuera más un colegio de obispos que una reunión para resaltar el protagonismo de algunas personas, según han expresado varios miembros de la jerarquía católica.

Sin embargo, varios obispos reconocen que en esta apertura promovida desde la presidencia de la CEM también se careció de un liderazgo del arzobispo Morales Reyes, debido a que no existió una línea clara de hacia dónde iba la Iglesia, situación que se dio de manera más palpable en la relación con el gobierno del presidente Fox, debido a que existe la impresión de que el gobierno federal "tiene más respeto por las organizaciones no gubernamentales que a la Iglesia católica". Sí, hubo más libertad, pero no se tuvo claridad en el camino.

Asimismo se critica a Morales Reyes no haber capitalizado la histórica carta de los obispos de 2000, de la cual se editaron más de 250 mil ejemplares. Una carta vale no sólo por su contenido, sino por su aplicación en la vida diaria, lo cual no ha sucedido en este caso, según han expresado algunos miembros de la Iglesia católica. Inclusive se menciona que la aplicación de dicha carta habría colocado al Episcopado Mexicano en un papel de liderazgo internacional en la acción evangelizadora, hecho que se desaprovechó.

Además, se cuestiona su intermediación personal con el gobierno de Fidel Castro para lograr la instalación de la orden religiosa de Santa Brígida en Cuba, en medio de una presunta marginación de la Iglesia católica de Cuba y del cardenal de la isla, Jaime Lucas y Alamino, y cuando se sabe de las fuertes diferencias que existen entre La Habana y la Iglesia.

Morales Reyes se refirió a dichas críticas durante el tercer día de los trabajos de la CEM: "Creo que todos mandamos una imagen de nuestra actuación y uno debe aceptar ese juicio. Si se dice que faltó liderazgo, no tengo por qué debatir, supongo que esa es la imagen que proyecté".

Acerca de la carta, dijo que aun cuando pudiera haber algo de verdad en la afirmación de que fue desaprovechada, la realidad es que se elaboró como un proyecto pastoral para los años que siguieron a 2000, de tal manera que diera la pauta para elegir los temas de las asambleas plenarias, como se hizo. Los temas fueron la misión de la Iglesia en la realidad de México; la Iglesia, signo de unidad y reconciliación; la realidad del México contemporáneo y sus exigencias pastorales; la educación en México: la libertad religiosa en el México democrático, y el tema de la familia, entre otros.

Morales consideró que en su relación con el gobierno de Vicente Fox se ha avanzado en temas relacionados con la libertad religiosa, como el de la asistencia espiritual en hospitales y centros penitenciarios, y la publicación del nuevo reglamento de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público. Sin embargo, precisó que faltan otros temas, como el educativo y el de los medios de comunicación. "Pero a este gobierno todavía le quedan tres años", dijo.