México D.F. Sábado 8 de noviembre de 2003
El ceramista exhibe creaciones recientes en
la galería López Quiroga
Después de cuatro años, Gustavo Pérez
vuelve a exponer en México
El pasado octubre expuso en Suiza, Holanda y Alemania
''Hacer obras sobre pedido se vuelve una limitación, una prisión
indeseable'', expresa el artista
MERRY MAC MASTERS
Desde hace ocho años el artista Gustavo Pérez
(DF, 1950), goza de un sitio privilegiado en el circuito de la cerámica
internacional. Ante el éxito de su obra, el pasado octubre inauguró
exposiciones en Suiza, Holanda, Alemania y México. La más
reciente, que concluirá el miércoles 19 en la galería
López Quiroga (Aristóteles 169, Polanco), es la primera que
hace en su país natal después de la muestra Cerámica,
montada hace cuatro años en el Museo de Arte Moderno. Durante ese
tiempo ha expuesto más en el extranjero.
La
muestra de la López Quiroga, integrada por 98 piezas, compendia
su actividad a partir de 1999, a la vez que representa el cierre de una
serie en la que trabajó 10 años. Es decir, las piezas de
barro natural con incisiones y dibujos en la superficie. Pérez explica:
''Hubo un momento en el que sentí la necesidad de investigar en
otras direcciones y para ello abandoné concientemente una serie
de técnicas favoritas y muy desarrolladas a lo largo de una década
para abrir otros caminos".
Fue entonces cuando el ceramista ''se olvidó" de
sus navajas y demás instrumentos habituales para llegar a formas
nuevas, en las que ''la definición se ha dado a partir de pliegues
y de trabajar más en directo con las manos, los dedos, sobre la
forma torneada".
Al torno vuelve ''siempre", aunque a veces experimenta
en otras direcciones, de carácter escultórico, en pastillaje,
construcciones o placas.
La forma torneada, por ejemplo, le ha permitido desarrollar
unas piezas de carácter secuencial. Al cilindro original ''le aparecen
pliegues diferentes hasta terminar en una forma compacta (como apachurrado),
casi en bloque". Para el artista ese modo de proceder es sinónimo
de actividad creativa: ''Aparecen formas a partir de investigar de un modo
en apariencia muy mecánica y sistemática. Esto es, a partir
de la pieza cinco u ocho surge una familia de formas que trabajo de manera
independiente como obras únicas". La serie Flores, o vasijas
''abiertas", equivale a su trabajo más reciente.
Obedecer a la curiosidad
Durante un par de meses, en los que no hubo ''claridad",
Pérez resistió la tentación de volver a los recursos
conocidos, porque una nueva ''dirección" ya empezaba a vislumbrarse.
El proceso de cambio comenzó en su taller de Jalapa, Veracruz, pero
tomó mayor fuerza después de una estancia en Borgoña,
Francia, donde se puede quemar a alta temperatura con horno de leña.
Cambiar de taller, de país, de barro, de instrumentos, suele provocar
un ''desarrollo creativo distante", proceso que el artista trata de no
forzar.
Abandonar el dibujo sobre la cerámica, también
ha implicado recuperar el uso de esmaltes, soslayado por el artista durante
12 años. Para Pérez es un riesgo que se debe correr: ''Es
una apuesta para que este nuevo trabajo llegue a tener una calidad que
lo vuelva también reconocible como mío y ojalá con
la misma claridad que el trabajo anterior".
Conseguir un lenguaje con el barro que era ''distinguible",
propició que de 1990 a 2000 su obra fuera ''reconocida y aceptada"
en muchas galerías del mundo.
La presencia internacional de Pérez ha tenido un
efecto directo en su desarrollo: ''En términos prácticos
me ha permitido la realización de muchos proyectos interesantes,
a la vez que ha sido la confrontación de mi trabajo con el de muchos
otros ceramistas que están en lo que se puede considerar el circuito
de la cerámica internacional".
No obstante el éxito, el artista se empeña
en mantener su libertad:
''El trabajo debe irse en la dirección que la curiosidad
determine. Por eso, hacer obras sobre pedido se vuelve una limitación,
una prisión indeseable. Prefiero hacer exactamente lo que me interesa
y después exponerlo. No es que esté cerrado a la posibilidad
de hacer algo de carácter monumental, aunque un proyecto grande
implica la dedicación de mucho tiempo a una pieza. Prefiero tener
esa fluidez, continuidad del proceso que siempre es varias piezas por día.
Es mucho más espontáneo, directo y más manejable.
Cada pieza es un experimento."
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