México D.F. Sábado 8 de noviembre de 2003
La fiscalía acumula testimonios contra el ex policía
Femospp: Nazar ordenó el arresto de Jesús Piedra
GUSTAVO CASTILLO GARCIA
Fue una orden verbal, vía telefónica, de Miguel Nazar Haro, la que puso en marcha el operativo para detener a Jesús Piedra Ibarra el 19 de abril de 1975, según la averiguación previa PGR/FEMOSPP/017/2002, con la cual la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp) pretende obtener órdenes de aprehensión contra dos titulares de la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS) y un ex agente de la Policía Judicial de Nuevo León.
Las constancias ministeriales señalan que fue el entonces delegado de la DFS, Ricardo Condel Gómez, quien recibió la instrucción y a su vez giró las órdenes necesarias para la captura y el traslado de Jesús Piedra al rancho La Peña, ubicado en Nuevo León.
A partir del 22 de mayo de 2002 la Femospp comenzó formalmente las diligencias en torno a la desaparición de Jesús Piedra Ibarra. Según las constancias, los investigadores no sólo recorrieron las calles por las que transitó el integrante de la Liga Comunista 23 de Septiembre el día de su detención, también estuvieron en La Peña y en la habitación en que se supone Jesús Piedra fue víctima de torturas.
La última noticia que se tuvo de Piedra Ibarra se pierde en ese rancho. Las hipótesis son varias: que fue trasladado al Distrito Federal y permaneció en las instalaciones de la DFS; que fue llevado al Campo Militar número Uno o fue transferido de una cárcel a otra. Ninguna de ellas se comprobó.
Lo que sí se detectó, según las diligencias, es que Piedra Ibarra no fue aprehendido con mandamiento judicial alguno ni tenía antecedentes penales en Nuevo León.
De sus captores se obtuvieron algunos datos. Carlos Solana Macías fue director de la Policía Judicial de Nuevo León; luego se convirtió en empresario hotelero y se trasladó a Acapulco. Renato Granados se retiró como agente de esa misma corporación. Raúl Romero, El Tiburón, falleció el 16 de enero de 1991. Héctor Caletri llegó a ser subdirector de la Policía Judicial de Nuevo León.
Juventino Romero Cisneros está pensionado desde junio de 1999. La Femospp espera obtener una orden de aprehensión en su contra por este caso.
Para demostrar que Nazar torturó a detenidos durante la llamada guerra sucia, la Femospp incluyó un largo testimonio de una de sus víctimas, en el cual se asegura: "Nazar Haro le dio a entender que si quería estar en condiciones de seguir luchando, tenía que sobrevivir, y para sobrevivir le tenía que decir todo lo que le iban a preguntar". Los golpes duraron, según la declaración que integra el expediente, tres horas.
En el caso del capitán Luis de la Barreda Moreno se menciona que -al parecer el 25 de agosto de 1973- a un detenido le ataron manos y pies y lo trasladaron a una granja o caballeriza. Durante tres horas, narró la víctima, "me dieron un tratamiento que consistió en sumergirme la cabeza en una especie de abrevadero hasta que ya no pudiera aguantar la respiración; inclusive, al sumergirme la cabeza, una persona se ponía encima para que no me pudiera mover; luego de eso me llevaron a las instalaciones de la DFS, donde Luis de la Barreda condujo el nuevo interrogatorio".
Entre las pruebas aportadas por la fiscalía se encuentra un informe fechado el 19 de abril de 1975, en el cual se detalla un cateo realizado por la DFS a la casa de seguridad que habitaba Piedra Ibarra, otro documento relativo a la detención y las declaraciones obtenidas, pero todos son oficios que dirigió Condel Gómez.
Según la Femospp, uno de los elementos de prueba que deben ser tomados en consideración por los jueces -respecto a la intención de los ex funcionarios de violar la ley- es una supuesta declaración que Nazar Haro hizo a finales de noviembre o principios de diciembre de 1973, en la que habría dicho a integrantes de la Liga Comunista 23 de Septiembre que estaban recluidos en Nuevo León:
"Diles a tus compañeros de la liga que los secuestros que van a realizar el gobierno no los va a negociar, por lo que los secuestrados se van a chingar, pero ustedes también. Cuando está de por medio la seguridad nacional no hay Constitución ni leyes que valgan."
Luis de la Barreda Moreno rechaza cargos
"Nunca he cometido delito alguno, mucho menos aquellos por los cuales he sido citado por esta fiscalía a rendir mi declaración", expresó el capitán Luis de la Barreda Moreno, quien fue titular de la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS), en su declaración por escrito entregada a la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp), y que forma parte de la averiguación previa PGR/FEMOSPP/017/2002, a partir de la cual se pretende obtener una orden de aprehensión en su contra por la desaparición de Jesús Piedra Ibarra.
"Niego los hechos que se me imputan", dijo, y agregó que independientemente de lo anterior, "en la denuncia presentada por Rosario Ibarra de Piedra no se alude a mi nombre".
De la Barreda se defendió aduciendo que no estuvo en Monterrey en el momento de la detención de Jesús Piedra, "ni se me ubica en las oficinas de la delegación de la DFS, ni en el rancho La Peña", en el que supuestamente se torturó al desaparecido desde el 19 de abril de 1975.
Además, objetó los informes obtenidos del Archivo General de la Nación, aduciendo: "por no contener mi firma y por obrar en fotocopia. Objeto todas y cada una de las fotocopias que aparecen en la averiguación previa y se me quieren atribuir, ya que no obran los documentos originales.
"En consecuencia, no conocí ni participé en los hechos denunciados". Pidió la no aplicación retroactiva de la ley. Argumentó: "al momento de los supuestos hechos de la desaparición de Jesús Piedra Ibarra, no existía el delito de desaparición forzada de personas"; "de las constancias que integran la averiguación previa, se acredita que no intervine en la supuesta detención, ni mucho menos he mantenido dolosamente su ocultamiento, toda vez que no sé si dicha persona está oculta o esté sepultada o se encuentre con vida".
El acusado insiste en que es inocente
Miguel Nazar Haro -uno de los tres acusados de la desaparición de Jesús Piedra Ibarra, quien fue detenido en abril de 1975 en la ciudad de Monterrey por agentes de la Policía Judicial de Nuevo León y miembros de la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS)- aseguró en su ampliación de declaración ministerial, que consta de 27 cuartillas, que las declaraciones en que se basan las imputaciones en su contra son falsas o de oídas y que a pesar de las 2 mil fojas que integran la averiguación previa, destaca la falta de pruebas que demuestren su involucramiento en ese caso.
"En 1975, cuando presuntamente suceden los hechos, me desempeñaba como subdirector federal de Seguridad, que por su naturaleza era una institución encargada de obtener información de las policías que combatían los hechos delictivos llevados a cabo por miembros de la Liga Comunista 23 de Septiembre.
"La Dirección Federal de Seguridad era entonces el organismo del Estado para analizar la información respectiva y retroalimentar a las policías respectivas de toda la República de la información necesaria para combatir las conductas criminales que al amparo de una ideología diferente se cometían en agravio de la sociedad, tales como robos, secuestros, violaciones, homicidios, y dicha información era concentrada por los delegados estatales con el jefe del departamento de control.
"Resultaba elemental y del dominio público en ese entonces que miembros de grupos guerrilleros deseosos a toda costa de mantener oculta su identidad no portaran identificación a la hora de enfrentarse con policías, por lo que en el caso de caer abatidos difícilmente podían ser identificados, o bien, si eran detenidos, podían utilizar otros nombres para ocultar algunas de las conductas delictivas que se les conocían.
"En muchos de los casos, los propios miembros de las organizaciones guerrilleras tenían su brigada de ajusticiamiento en contra de aquellos compañeros que daban información de su organización o actividades, hechos que difundían en su periódico denominado Madera.
"También era frecuente que al ser detenidos, miembros de la guerrilla pedían a las autoridades cambio de identidad y salvoconductos al extranjero para poder escapar de sus propias brigadas de ajusticiamiento.
"Estas y otras tesis de investigación no han (con todo respeto) sido agotadas por la Fiscalía Especial, ya que resulta trascendental para la búsqueda de la verdad histórica.
"Concretamente: no conozco, ni conocí a Jesús Piedra Ibarra por no haberlo tenido nunca a la vista. No ordené la detención de Jesús Piedra. No me fue puesto a disposición ni telefónicamente, ni por oficio ni físicamente."
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