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México D.F. Viernes 31 de octubre de 2003
ƑLA FIESTA EN PAZ?
Leonardo Páez
De caídas, temblores y Ajonjolucos
CULPAS SON DE los colonizados promotores taurinos mexicanos y no de la eventual bravura de un torillo poco a modo para que siga sumando fechas y dólares el caballista español Pablo Hermoso de Mendoza por estas hospitalarias -con los extranjeros- tierras.
EL HECHO INCONTROVERTIBLE es que si se cae Hermoso, o resbala su bien domada cabalgadura por azares de una arena húmeda o demasiado suelta, la fiesta brava de México se pone a temblar de preocupación, más que por la suerte del experimentadísimo jinete, por el rearmado emergente de carteles de corridas anunciadas con cierta anticipación en las que habría de intervenir el caballero estellés.
UN BOTON INAUGURAL de muestra: en el festejo con el que el próximo domingo dará comienzo la temporada "alta" -feliz ironía de Lumbrera Chico por la injustificada pero autorizada alza de precios en el derecho de apartado cuando el elenco lo integran sólo diestros nacionales-, encabezaba el cartel el citado Hermoso, así como los jóvenes José María Luévano y Fermín Espínola para estoquear un encierro de Marco Garfias.
COMO EL REJONEADOR navarro sufrió el pasado sábado aparatosa caída en la placita de Juriquilla, Querétaro, propiedad, para colmo, de su apoderado mexicano Juan Arturo Torres Landa -por la que hubo de ser sometido a la reconstrucción del ligamento colateral interno de la rodilla izquierda, lo que lo imposibilita para actuar en el cartel inaugural de la México-, la dependencia taurina del país se pudo ver en toda su impresionante magnitud.
ƑCOMO JUSTIFICAR LA arbitraria pero solapada alza en los precios del derecho de apartado y de las entradas sin incluir, cuando menos en la primera corrida, a un alternante de prestigio internacional?, se preguntó alarmado el incansable cuanto dependiente promotor, que va ya por su undécima temporada grande aplicando el contraproducente método de ensayo y error.
RECURRIO ENTONCES NO a un torero mexicano con imán de taquilla -hoy, hoy, hoy no existe uno solo capaz de llenar la plazota, gracias a los menguados criterios empresariales de Herrerías durante la década reciente-, sino a uno de sus dos agentes en la sometida Asociación Nacional de Matadores, quien tras dos temporadas en España se cansó de hacerle al torero macho en aquellos ruedos: Eulalio López El Zotoluco, ahora empeñado en ser un torero "de clase", es decir, de calidad interpretativa, no sólo técnica, y con un sello más impactante que el valor y el sitio.
ASI, EL AJONJOLUCO, apodo que algún maloso le endilgó a Eulalio por ser hace dos años el ajonjolí de todos los carteles en la República, antes que por su expresión interior y capacidad de convocatoria por poseer un nivel de desempeño y profesionalismo innegables, más el magnífico rejoneador andaluz Fermín Bohórquez -no anunciado en el derecho de apartado, pero no importa- completan el cartel inicial que, por donde se le quiera ver, tampoco justifica el aumento en los precios, así se haya cambiado el encierro por uno de Teófilo Gómez. Vaya cosecha taurina en una década, si no de capacidad, de intocabilidad.
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