El instrumento sólo entra a los grandes escenarios como acompañamiento, expresa

Abrir un poco el mercado, reto de los intérpretes de arpa: Celso Duarte

El prestigiado músico paraguayo ofrecerá un concierto en el Museo de Arte Alameda

ERICKA MONTAÑO GARFIAS

El arpa es un instrumento menospreciado y poco explotado que todavía no consigue entrar a los grandes teatros a no ser sólo como acompañamiento de orquestas y cantantes, expresa Celso Duarte, uno de los principales intérpretes del arpa paraguaya, ''intermedia entre la clásica y la jarocha", quien este sábado se presentará dentro del ciclo Solistas del Milenio.

El arpa ''aún causa rareza, es como un instrumento exótico. Se conoce más la guitarra o el piano", y también influye el hecho de que no haya producción de composiciones exclusivas para este instrumento, no obstante que sí existe un público que las escucha.

El arpa clásica, ''que aparentemente es la más lograda, y que sí tiene composiciones especiales, es un instrumento que no tiene mucha evolución, porque se deben tocar las obras como están escritas, no se les puede poner o quitar nada. Eso hace que, para mi gusto, esté un poco estancada. En cambio el arpa paraguaya es libre y cada quien añade o quita lo que desee", explica Duarte.

Con el arpa paraguaya lo que se busca ''es más el virtuosismo en el escenario", expresa el arpista, quien toca ese instrumento desde los 14 años y cuyo repertorio cuenta con numerosos temas latinoamericanos y mexicanos. Desde 1995 dirige Arpas de América, en el que se reúnen hasta 30 arpas, desde las clásicas y la veracruzana, pasando por la paraguaya, venezolana y celta.

Sin apoyo oficial

''Cada país tiene su propia arpa y son muy diferentes; algunas son más rústicas o varía el diapasón", aunque son pocas las veces que se salen del círculo de servir como acompañamiento de danzas, orquestas o cantantes.

Sin embargo, ahora los jóvenes intérpretes de arpa tienen más inquietudes ''y quieren evolucionar para recorrer el mundo y poder tocar también lo internacional y hasta lo clásico" gracias a la versatilidad del arpa paraguaya, que entre sus características más relevantes está su tamaño.

''Se pensó -explica Celso Duarte- en no hacerla tan grande para que quepa en un taxi; es liviana y muy cómoda, a diferencia del arpa clásica que pesa 80 kilogramos, a lo que se debe agregar el estuche de protección, y entonces ya es como un pequeño ropero".

Lo cierto es, reconoce, que un arpista no puede vivir de conciertos, por lo que a lo largo de su carrera ha diversificado su trabajo a presentaciones privadas, que son las que finalmente dejan dinero.

''No hay apoyo oficial para conciertos de arpas, pese a que las personas gustan de escuchar ese instrumento. El arpa es como un complemento para amenizar las fiestas del jardín, pero para un concierto formal se piensa en música clásica, pianistas o un cantante.

''En Paraguay, para que alguien tocara vestido de smoking se tuvo que romper todo un esquema."

Ahora el reto es hablar del arpa, abrir un poco el mercado, porque cuando se llega a un estudio de grabación piden que se incluyan cosas más comerciales para pensar ya en grandes mercados.

Búsqueda de un buen repertorio

''El arpista todavía no puede vivir de los conciertos; es bueno comenzar a tratar aunque sea en teatros pequeños y tener un buen repertorio. Por ejemplo, para que mi repertorio -prosigue Duarte- se vuelva más interesante, preparo un tema del estado en el que toco y eso implica mucho trabajo, porque hay muchas melodías que son preciosas, pero como no se escribieron para el arpa, entonces se requiere adaptarlas y darles sabor para que gusten."

El arpista Celso Duarte se presentará el sábado 11 a las 17:30 horas en el Museo de Arte Alameda (Doctor Mora 7, entre las avenidas Juárez e Hidalgo, Centro Histórico).