Emerge el Che Guevara en la rebelión boliviana

Siguen vigentes su lucha e ideales contra la opresión, dice Evo Morales

REUTERS, PL Y DPA

La Paz, 8 de octubre. A 36 años de su captura y último combate en Bolivia, la imagen de Ernesto Che Guevara emergió hoy durante las protestas sociales que desde hace tres semanas agitan al país más pobre de Sudamérica.

Marchas de trabajadores y universitarios, que recorrieron La Paz y El Alto, su populosa vecina, rindieron homenaje al revolucionario argentino-cubano, caído en Bolivia en 1967. "šGloria, comandante!", gritaron grupos de estudiantes en el centro paceño, en el marco de las movilizaciones contra la exportación de gas boliviano a Estados Unidos y México a través de puertos chilenos en condiciones desventajosas para el país, pues las ganancias irían casi en su totalidad a manos de las compañías petroleras.

"El ideal libertario del Che Guevara subsiste todavía en la mente de quienes creen en una patria libre de opresión", dijo en un documento la otrora poderosa Central Obrera Boliviana (COB), que encabeza una huelga general desde el 29 de septiembre por la cuestión del gas, y para pedir la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.

Evo Morales, el líder de los campesinos cocaleros, destacó también la vigencia de los ideales de Ernesto Guevara, el comandante de la Revolución Cubana, quien abandonó la isla para dirigirse a Africa y luego instalarse en Ñancahuazú, en el empobrecido sureste boliviano, con una guerrilla que apenas subsistió siete meses, pues se extinguió cuando el Che fue capturado herido tras un combate, el 8 de octubre.

Trasladado a una pequeña escuela del poblado de La Higuera, Guevara fue fusilado al día siguiente por los militares tras recibir la orden de los altos mandos, asesorados por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA).

"Quienes lo admiramos y somos consecuentes con su ejemplo queremos seguir su camino de defensa de la soberanía y la dignidad del pueblo, y siendo fieles a las luchas por las reivindicaciones populares y por la justicia social", puntualizó Morales, para quien "la lucha por estos días, por el camino del Che, es contra el modelo neoliberal y contra el imperialismo criminal."

El carisma del Che sigue atrayendo a las nuevas generaciones bolivianas, porque "era coherente en lo que decía y hacía, tenía valores morales", dijo el historiador y periodista Carlos Soria.

En La Higuera, donde el Che fue asesinado el 9 de octubre, se congregaron hoy cientos de jóvenes llegados de La Paz y otras ciudades, así como de otros países. También arribaron de Rosario, Argentina, la tierra natal del Che. Los jóvenes hicieron una caminata a la Quebrada del Yuro, donde el guerrillero libró su último combate.

En Cuba, más de 40 mil personas se reunieron frente al mausoleo que desde hace más de seis años guarda los restos del Che y de sus compañeros muertos en la guerrilla bolivana. El monumento, en la ciudad central de Santa Clara, se ha convertido en lugar de peregrinación para más de un millón de personas desde que fue abierto.

También hubo mítines, marchas, ofrendas florales y jornadas de trabajo voluntario en la isla, y más de 140 mil niños de primaria participaron en el tradicional acto en el que reciben la pañoleta azul, que los acredita como "pioneros", la organización infantil oficialista.

Nacido el 14 de junio de 1929 en Rosario, el Che, médico de profesión, recorrió varios países latinoamericanos, haciendo su primera práctica de sanidad social con los leprosos y realizando otras labores como voluntario.

En 1955 se unió en México a Fidel Castro y decenas de voluntarios cubanos que preparaban su desembarco en Cuba. Se convirtió en un destacado jefe guerrillero y artífice de la derrota de las tropas de Fulgencio Batista en Santa Clara. Tras la llegada de los barbudos al poder, el primero de enero de 1959, se desempeñó como presidente del Banco Nacional de Cuba y ministro de Industrias. En 1965 su nombre ya no aparecía en la lista de miembros del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, y entonces Castro leyó la carta en la que Guevara anunciaba: "Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos".