Orlando Delgado

Nudos laborales

En diversos foros se discute el tema del empleo. En la Unión Europea, Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea, ha planteado que los fondos comunitarios se dejen de utilizar para ayudar a las regiones de bajo desarrollo, destinándolos a partir de 2007 para el crecimiento y la competitividad, lo que tendría una repercusión importante en la reducción de los actuales niveles de paro. En Francia, tras el reconocimiento de que su economía está en recesión, el primer ministro Raffarin ha señalado que la principal causa de esa situación y de la persistencia de importantes déficit públicos se encuentra en la reducción del tiempo de trabajo, instaurada hace cuatro años por el gobierno socialista con el fin de crear empleo. En Estados Unidos, Paul Krugman (The New York Times, 7/10/03) ha traído a escena una vieja concepción económica: "existe un monto fijo de trabajo por hacer en el mundo, de modo que cualquier aumento en lo que cada trabajador realiza reduce los empleos disponibles".

La propuesta de Prodi plantea que las regiones con ingresos medios inferiores a 75 por ciento de la media europea dejen de percibir recursos comunitarios. Para las regiones con un ingreso de la mitad del promedio comunitario los recursos seguirían recibiéndose. Los recursos que se reorientarían se dirigirían a los siguientes sectores: educación, investigación aplicada, sociedad de la información, energía y transporte que, se piensa, impactarán más que proporcionalmente el crecimiento y mejorarán la competitividad europea, lo que redundará en una mejoría no sólo en el empleo sino en la calidad de ese empleo.

La discusión en Francia, relacionada esencialmente con la existencia de un déficit fiscal que alcanzará este año 4 por ciento del PIB, que supera en un punto porcentual lo permitido por la Unión, luego de haber tenido 3.1 el año pasado, se centra en que según el gobierno si no se hubiera establecido la semana de 35 horas el déficit sería menor de 3 por ciento, ya que esa decisión implica un gasto fiscal anual de 15 mil millones de euros. Además, sostienen que con la reducción del tiempo de trabajo "se evaporó el crecimiento". Lo central de la discusión es si el regreso a la semana de 39 horas estimularía el crecimiento y qué impactos tendría sobre el desempleo que llega ya a 10 por ciento de la fuerza de trabajo francesa, pese a los 300 mil empleos creados gracias a esa reducción del tiempo de trabajo.

La reciente experiencia estadunidense muestra que los trabajadores despedidos durante una etapa recesiva no vuelven a ser contratados cuando ocurre la recuperación. El dato duro es que los trabajos perdidos no se recuperan, generando una situación de estancamiento del empleo que va convirtiéndose en una tragedia. A ello debe sumarse el impacto originado por la presencia de enormes déficit comerciales en las relaciones entre China y el propio Estados Unidos. Se afirma que las ganancias chinas arriesgan la estabilidad global y empiezan a eliminar del mercado ciertos productos manufacturados estadunidenses, con las repercusiones obvias en el mercado de trabajo. El fantasma siempre vivo del proteccionismo conservador se enfrenta al libre mercado.

En el mundo entero se reducen diariamente miles de empleos. En México el único sector que creó empleos en los pasados 20 años fue la maquila. En los tres años de esta administración en la industria maquiladora ha ocurrido lo contrario: se han perdido 247 mil empleos directos y otros 300 mil indirectos. Junto a esto, la precarización del trabajo ha ido en aumento: lo que se mantiene es el sector informal, pero se expande la economía subterránea, la que realiza actividades ilícitas. Ello ha permitido atemperar el desempleo, pero las complicaciones que produce pueden resultar más perniciosas. Sin embargo, el gobierno sigue ocupado en promover la reforma eléctrica y los senadores priístas empeñados en impedirla. El crecimiento económico, la generación de empleos y el asunto fundamental de la calidad del empleo siguen ausentes.

La temporada presupuestal está iniciando. Los diputados parecen distraídos en escaramuzas de poca monta. El país no crece, el gobierno federal no actúa, los grandes empresarios se ocupan de incrementar sus rendimientos sin importarles el crecimiento general de la economía. Algunos gobiernos estatales realizan esfuerzos encomiables, pero carecen de recursos para alterar el rumbo nacional. Como bien anota Krugman: "si no nos ocupamos pronto de crear puestos de trabajo, la política se volverá peligrosamente autodestructiva".

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