México D.F. Viernes 3 de octubre de 2003
Por primera vez, en el epicentro político
de EU, cientos de autoproclamados indocumentados
Se planta frente al Capitolio la marcha por los derechos
de inmigrantes
Llegan luego de enfrentamientos con la migra
y manifestaciones en más de 100 ciudades
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 2 de octubre. La bandera
tricolor llegó por la mañana justo frente al Capitolio, epicentro
político de este país, en manos de inmigrantes mexicanos,
algunos de los 900 participantes en la Marcha de la Libertad para los Trabajadores
Inmigrantes, que exigieron ante el Poder Legislativo la legalización
de los indocumentados.
Tal vez fue la primera vez en la historia que el Capitolio
fue flanqueado por cientos de autoproclamados indocumentados.
Después de enfrentamientos con la migra,
manifestaciones en 102 ciudades y recorridos de más de 20 mil kilómetros
en total, los miembros de la caravana que llegaron a Washington de diversos
puntos del país, se congregaron frente al Capitolio esta mañana
para realizar un día de cabildeo y manifestaciones.
María Damaris Silva salió de Woodburn, Oregon,
adonde llegó hace años desde Michoacán, para contar
que lo que más desea es ver a su familia que se quedó en
México, pero no puede. Henrietta Castillo, otra mexicana, vino de
Houston para exigir su derecho de trabajar con documentos legales.
Algunos portaban la imagen de la virgen de Guadalupe y
otros pancartas que anunciaban sus identidades binacionales: "Oaxaca-Texas",
"DF-California" o sólo Michoacán o Jalisco. Junto con sus
compañeros de El Salvador, India, Sudán, Paraguay, Bolivia
y muchos países más, la presencia de estos inmigrantes logró
convocar la presencia de algunos de los legisladores más influyentes
de Estados Unidos.
Pronostican reforma migratoria
"Ustedes
no están pidiendo mucho. Están pidiendo que se les reconozca,
están pidiendo la reunificación de la familia", declaró
ante ellos el senador Edward Kennedy. "Yo pronostico que como un resultado
de su marcha, lograremos actuar sobre una reforma migratoria en el Senado
de Estados Unidos", afirmó. Por su parte, el representante federal
Luis Gutiérrez aseguró que este movimiento impulsará
la aprobación de reformas en el Congreso en un futuro próximo.
"Nunca antes en la historia de nuestra nación los
trabajadores inmigrantes han hecho lo que están haciendo ustedes
hoy", declaró John Sweeney, presidente de la central obrera AFL-CIO.
"Han viajado fuera de sus comunidades y familias, provocando energía
y entusiasmo en favor de los derechos de los trabajadores inmigrantes pueblo
tras pueblo, y han llegado a Washington para sentarse frente a los líderes
electos de nuestra nación y exigir reformas".
Aunque Sweeney reconoció las demandas de los inmigrantes
en su discurso, evitó mencionar las palabras "legalización"
o "amnistía" plasmadas en las pancartas y camisetas de casi todos
los participantes de esta caravana.
Pero uno de los aspectos más notables de esta iniciativa
es que inmigrantes reales, en lugar de expertos, cabilderos o integrantes
de la cúpula política, están articulando directamente
sus demandas, sin intermediarios o intérpretes, o el sofisticado
idioma de Washington.
"Legalicen, no criminalicen" y "amnistía" son las
consignas principales de esta coalición, aunque a sus interlocutores
en Washington aún les cueste mencionar estas palabras.
Los participantes cargan sus banderas nacionales con orgullo,
entre ellas enormes insignias mexicanas que aparecen al frente de cada
acto. Pero tampoco son antiestadunidenses, más bien algunos son
más orgullosamente pro estadunidenses que muchos ciudadanos promedio
de este país, acompañando siempre sus banderas nacionales
junto con la estadunidense.
Pero los que portan las banderas hablan varios idiomas;
el español, obviamente, predomina, pero hay haitianos, africanos
y asiáticos. En uno de los actos en una iglesia de la comunidad
afroamericana de esta capital, había traducción simultánea
hasta en amárico, el idioma de Etiopía.
Esta noche los miembros de la caravana realizaron una
manifestación de apoyo a los empleados de estacionamientos en esta
capital, la mayoría indocumentados de América Latina y Africa,
que demandan el reconocimiento legal de su sindicato. Mañana se
realizarán más entrevistas y foros antes de partir hacia
Nueva York, donde todo culminará con una magna concentración.
Pero como explicó la coordinadora nacional de esta
iniciativa, María Elena Durazo, los participantes de esta caravana
han arriesgado mucho para llegar hasta aquí. Los organizadores calculan
que 90 por ciento de los 900 participantes, que viajan en 18 autobuses
desde varios puntos del país, son indocumentados.
En una de las escalas en El Paso la semana pasada, la
Patrulla Fronteriza detuvo dos autobuses llenos de indocumentados. "Cuando
nos detuvieron y nos separaron para interrogarnos una y otra vez, lo único
que hicimos fue mostrar tarjetas que declaraban que teníamos derechos
bajo la Constitución de Estados Unidos", informó Durazo.
Los miembros de la caravana detenidos en salas de interrogatorio
y celdas separadas empezaron a entonar el himno del histórico movimiento
de derechos civiles We Shall Overcome. Después de cuatro
horas, durante las cuales se negaron a cooperar, fueron liberados. Actos
como este, señalaron varios oradores hoy, marcan el inicio de un
nuevo movimiento.
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