México D.F. Jueves 18 de septiembre de 2003
Inauguran muestra del fotógrafo en el
Centro Nacional de las Artes
Deplora Lyons la comercialización que se hace
del 11 de septiembre neoyorquino
El patriotismo en Estados Unidos muchas veces incurre
en lo patético, señala
Critica a la mayoría de sus colegas por no documentar
las secuelas de esa tragedia
MONICA MATEOS-VEGA
Muchos neoyorquinos se ofenden, pero en las calles de
su ciudad, la tragedia que vivieron el 11 de septiembre de 2001 es parte
ya del folclor de esa gran urbe y de la comercialización: ''Esta
es la cervecería más cercana a la Zona Cero", se lee en un
anuncio en lo alto de un edificio, mientras en otra esquina se venden postales
de las torres humeantes o de los escombros, y sobre la entrada a un local
que vende pornografía está escrita la leyenda ''Dios bendice
a Estados Unidos".
Son
imágenes ''que muchos no se atreven a mirar", pero que han sido
captadas por el fotógrafo Nathan Lyons para hacer reflexionar ''en
torno a la compleja manera en la que se ha manifestado el patriotismo en
Estados Unidos, muchas veces cayendo en lo patético", señala
en entrevista con La Jornada.
Las calles de Nueva York se cubrieron de banderas luego
de los atentados de 2001. Si antes era casi imposible hallar un estandarte
estadunidense estampado en la ropa, después el símbolo se
multiplicó y fue plasmado hasta en calzones. ''Fue una manera de
unir bajo una sola idea a las diversas 'tribus' que conforman esa urbe",
así narra el fotógrafo neoyorquino el sentido de su exposición
Después del 11 de septiembre (After 11/09), la cual
se inaugura hoy en el Centro Nacional de las Artes (CNA).
''Cuando ocurrieron los atentados no me encontraba en
la ciudad. Lo vi por televisión y de inmediato empecé a tomarle
fotos al televisor. Pero me di cuenta de que las imágenes no mostraban
a las personas, así que dejé de tomar fotografías
y decidí esperar hasta llegar a Nueva York para empezar a recoger
los testimonios particulares", explica el fotógrafo.
De esta manera, agrega, fue documentando las diversas
etapas por las que atravesaron los sentimientos y emociones de los habitantes
de Nueva York; ''y lo más terrible ha sido comprobar que la gente
que murió, primero fue homenajeada, y después se ha convertido
en algo comercial, en todos lados se vende el asunto".
Gritos silenciosos
Antes del 11 de septiembre, continúa Lyons, ''veíamos
las banderas ondeando en los edificios públicos, inclusive se seguía
la tradición de que si una bandera se ensuciaba no debía
ser lavada, sino destruida, quemada. Después del atentado, el símbolo
fue revitalizado: en las tiendas se agotó y la gente empezó
a fabricar sus propias banderas. Algunas tintorerías ofrecieron
lavarlas gratis, pero se incurrió en extremos, como usar la bandera
para vestir a un maniquí de Marilyn Monroe o fabricar ropa interior
con éstas.
''Fueron las maneras, acertadas o no, de mostrar el respaldo
al país. Por eso intento con mi trabajo presentar esos contrastes,
para que la gente se dé cuenta de cómo actúa, pues
hay muchas personas que prefieren no mirar. Si bien muestro las fotografías
de las víctimas, también documento el poema escrito por un
pizzero, los carteles publicitarios que tomaron el asunto como tema de
sus campañas y hasta un homenaje anónimo 'a todos los perros
que ayudan a buscar personas y que le han dado a la nación sus olfatos
y suscorazones'. ¡Este es cartel que nunca pensé hallar!"
Lyons es fundador de la Sociedad para la Educación
Fotográfica en Estados Unidos y lamenta que la mayoría de
sus colegas en Nueva York se conformaron en captar el desastre del momento
y han desdeñado seguir documentando ''las formas en las que la gente
recuerda el acontecimiento. Son pocos quienes se han ocupado de criticar
-y hacer mirar- cómo vive la ciudad después de 2001. Por
ejemplo, ahora hay muchas vitrinas en las que son exhibidos vestigios del
atentado, como si se tratara de piezas de museo.
''También ha habido muchas muestras de rechazo
a la guerra, ligadas profundamente con el sentimiento que produjo el 11-S.
Todo eso se encuentra en la calle, dando gritos silenciosos. Mi exposición
concluye con una imagen que encontré, paradójicamente, un
día que decidí recorrer la Zona Cero, sólo para mirar,
sin tomar fotos. Casi concluía mi paseo cuando leí esto escrito
en una pared, y no dudé en fotografiarlo: 'Naturalmente, la gente
común no quiere la guerra, pero después de todo, son los
líderes de una nación los que determinan la política,
y es muy sencillo que arrastren a la gente, sin importar si se trata de
una democracia o una dictadura fascista, parlamentaria o comunista. Todo
lo que tienen que hacer es decirles que están siendo atacados, denunciar
a los que cuestionan el patriotismo y exponen al país al peligro.
Funciona igual en todos los países.' El texto es de una víctima
del Holocausto."
Conferencia magistral
Después del 11 de septiembre se inaugura
hoy a las 19 horas en el CNA (Tlalpan esquina Río Churubusco, colonia
Country Club); Nathan Lyons ofrecerá una conferencia magistral en
el contexto del Coloquio Imagen y Educación 2003, el próximo
22 de septiembre, también en el CNA.
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