Inconformes y simpatizantes tuvieron que madrugar en pos de los mejores lugares

Los contingentes sociales disputaron cada espacio afuera de la Asamblea

SUSANA GONZALEZ G., AGUSTIN SALGADO Y JOSEFINA QUINTERO

Medio millar de invitados especiales tuvieron garantizado un lugar en la Asamblea Legislativa durante el tercer Informe del jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador, pero afuera decenas de colonos, obreros, vendedores ambulantes, burócratas, perredistas y personas de la tercera edad convirtieron las escalinatas del recinto y las inmediaciones en espacios codiciados.

En pos del mejor lugar y a falta de invitación o gafete, quienes formaron las vallas de bienvenida y las porras de apoyo para López Obrador, así como aquellos inconformes con su gestión, tuvieron que salir de sus hogares casi tan temprano como el jefe de Gobierno acostumbra reunirse diariamente con su gabinete de seguridad. Pero sólo los primeros -quienes inclusive montaron una transmisión en vivo a través de "XRC-Radio Comunitaria del Sol Azteca en la delegación Cuauhtémoc"- libraron sin problemas los retenes con vallas metálicas y de granaderos que impidieron el acceso vehicular pero también peatonal a la zona, como parte del operativo que la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) puso en marcha un día antes con 350 elementos.

Abundantes como las porras en favor de López Obrador fueron los empujones y conatos de bronca en el primer cinturón de seguridad, conformado por un centenar de mujeres identificadas con un broche de un sol dorado, entre las que había perredistas, trabajadoras de Participación Ciudadana y de la Dirección de Gobierno, así como policías vestidas de civil, según confirmó personal de la Dirección General de Concertación Ciudadana, aunque fue negado por Esperanza Galicia, jefa del Agrupamiento Femenil.

A los granaderos le tocó impedir el paso, desde las 8 de la mañana, del contingente de trabajadores de la ex Ruta 100, encabezado por Jorge Cuéllar, que pretendía marchar desde el Hemiciclo a Juárez a la Asamblea Legislativa. Inclusive los cuatro autobuses en los que se trasladaron desde los módulos 51 y 41 fueron interceptados por la policía en el Eje 3 Oriente, delegación Iztapalapa, por órdenes del subsecretario de Seguridad Pública, Gabriel Regino. Ernesto Moreno, tesorero de la organización, explicó: "Nos bloquearon los módulos. Se puede decir que ahorita están clausurados, incluso hay grúas en las puertas, por eso únicamente llegaron algunos compañeros aquí, pero nosotros seguiremos insistiendo en el diálogo".

Lo mismo ocurrió en la calle Belisario Domínguez a un grupo de ex policías auxiliares, quienes desde hace dos meses realizan protestas en el Zócalo por haber sido dados de baja y ser acusados de abuso sexual.

En cambio, desde temprano unos 200 integrantes de la Asamblea de Barrios, representantes de 504 familias del pueblo de Atotolco, delegación Tláhuac, así como la Unión de Pequeños Propietarios, con mujeres y niños arribaron sin problemas y se acomodaron alrededor del inmueble. También llegaron sin problema integrantes de la Sección Uno, de limpia y transporte, del Sindicato Unico de Trabajadores del Gobierno del DF, liderados por Juan Gómez, a quien dirigieron más porras que al mandatario local.

Los comerciantes no podían faltar, y entre ellos llegó David Guzmán, líder de la organización Emiliano Zapata, que opera en la zona oriente del centro de la ciudad, donde está pendiente el programa de reordenamiento, y sin pancartas, sobre las escalinatas del recinto, se colocaron los integrantes de la asociación civil Redes Ciudadanas, encabezados por su presidente, Cassio Fontanot.

En tanto, representantes del Movimiento de Trabajadores Eventuales del Gobierno del Distrito Federal se plantaron en una esquina como lunares por lo escasos, y exigieron con cartulinas de colores fosforescentes la basificación prometida por López Obrador.

A las 11 de la mañana, minutos antes del arribo del jefe de Gobierno, hubo una movilización de funcionarios e "indicadores" capitalinos, así como de reporteros, que se volcaron en llamadas telefónicas ante el rumor de un motín en el Reclusorio Sur y el supuesto ingreso al mismo del Ejército Mexicano. Al paso de los minutos se aclaró que un militar acudió a declarar a un juzgado del lugar y además hubo una protesta de trabajadores petroleros que exigían el encarcelamiento del líder petrolero Romero Deschamps.

Una vez que se inició la comparecencia los contingentes se dispersaron y sólo la radio comunitaria siguió transmitiendo. Hasta que alrededor de las 13 horas, la salida de los diputados priístas provocó que la gente se arremolinara nuevamente en las escalinatas para insultar y abuchear a Florentino Castro y Manuel Jiménez Guzmán. A esa hora ya había crecido el número de trabajadores eventuales luego de que ingresaron de manera individual a la zona.

Calmados los ánimos, poco antes de la conclusión del Informe llegaron refuerzos para las porras al jefe de Gobierno con el arribo de la llamada Revolución Blanca. Las vallas de mujeres se reforzaron entonces y hubo conatos de bronca con los reporteros.