México D.F. Jueves 18 de septiembre de 2003
Culminaron cuatro meses y medio de cárcel y 21 días de ayuno
Llona quedó libre; se hizo un poquito de justicia, dice
Defender a los ciudadanos mexicanos, pide al presidente Vicente Fox
Después de cuatro meses y medio de permanecer detenido en el Reclusorio Sur con fines de extradición a España por sus presuntos vínculos con la organización vasca ETA, y su supuesta participación en un atentado ocurrido el 24 de junio de 1981, en el pueblo guipuzcoano de Tolosa, ayer Lorenzo Llona Olalde recuperó su libertad luego de que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) negó su entrega al país ibérico.
Acompañado por sus familiares y abogados, el ciudadano mexicano de origen vasco, con 10 kilos menos de peso a causa de los 21 días que pasó en huelga de hambre, abandonó la cárcel a las 16 horas con la convicción de que en su caso el gobierno federal finalmente hizo ''un poquito de justicia''.
Visiblemente cansado y ''aturdido por el hambre'', Llona aprovechó el encuentro con los reporteros para enviar un mensaje al presidente Vicente Fox Quesada: ''Sin rencor le digo que antes de creer en las opiniones o peticiones que cualquier gobierno le pueda presentar, primero está la defensa de un ciudadano mexicano. El Presidente no debe permitir que se cometan más injusticias, como lo fue en mi caso. Le pido que no anteponga los intereses económicos de empresarios de otros países a los derechos y dignidad de los mexicanos''.
Solidaridad con vascos
Asimismo pidió al mandatario ''que se dé cuenta de todas las injusticias que está cometiendo (el país ibérico) con mis compañeros de origen vasco que están en España. Entiendo que el gobierno español le tiene un enorme coraje a los ciudadanos de origen vasco, pero Fox no debe permitir que ese coraje se transmita a México, que siempre ha sido un país solidario con las causas justas''.
Desde el pasado 27 de abril, Llona Olalde permanecía en el Reclusorio Sur en espera de que concluyera su proceso de extradición a España, país que le imputa haber participado en un atentado de la ETA ocurrido el 24 de junio de 1981, en el pueblo guipuzcoano de Tolosa, que dejó tres personas muertas.
Su abogada, Bárbara Zamora, presentó en tiempo y forma varias pruebas de descargo, entre las que destaca el que su cliente se encontraba en México el día en que ocurrió el triple homicidio que España le atribuye. Sin embargo, el juez 15 de distrito en materia penal, Ranulfo Castillo Mendoza, opinó en su momento que sí procedía la extradición, porque supuestamente el país ibérico cumplió con todos los requisitos del tratado en la materia firmado entre ambas naciones.
Al salir del reclusorio, Llona Olalde también tuvo una opinión respecto al proceder del juzgador: ''Aunque al final se hizo un poquito de justicia conmigo, tengo que decir que empecé a sentir desconfianza de las autoridades mexicanas desde el momento en que descubrí las hipocresías del juez, quien primero me dijo que haría justicia, y luego (el 27 de agosto) me notificaron que había aceptado mi extradición. Tres días antes de que emitiera su opinión jurídica, mi esposa fue a platicar con él y (el juzgador) le dio ánimos y se solidarizó con ella, todo para que al final, de la manera más arbitraria, determinara que sí procedía mi extradición''.
Un día después de que Llona se enteró que el juez notificó a la SRE que era legal su extradición, el mexicano inició una huelga de hambre en protesta por ''tanta injusticia en mi contra''. Ayer, al recuperar su libertad, Llona destacó el apoyo que le dieron varios sectores de la sociedad y algunos medios de comunicación. ''Cuando notas que la injusticia existe, que te sientes solo, aunque también notas el apoyo de la gente, te queda hacer algo para sumarte a ese esfuerzo y no quedarte esperando en una celda sin hacer nada''.
Por su parte, su abogada, Bárbara Zamora, indicó que está analizando interponer una demanda ante instancias internacionales contra el gobierno de España.
-ƑCuándo la interpondrán y contra quién? -se le preguntó a la abogada.
-Todavía lo estamos analizando y sería contra el presidente José María Aznar y el juez español que ordenó la aprehensión y luego solicitó la extradición. Por los caprichos de esas autoridades Lorenzo Llona estuvo en prisión casi cinco meses sin ningún motivo, sin ninguna razón jurídica. Además, tenemos el aval de la Secretaría de Relaciones Exteriores, que sí analizó las excepciones que en su momento no tomó en cuenta el juez Castillo Mendoza. Eso demuestra que nunca hubo motivos fundados para que Llona Olalde fuera privado de su libertad, y mucho menos extraditado a España; en ese sentido vamos a proceder jurídicamente.
Llona, quien tiene esposa e hijos mexicanos, refirió que hubo momentos dentro de la cárcel en los que se arrepintió de haber llegado al país, a principios de los 80, cuando el presidente López Portillo lo apoyó a él y a un centenar de vascos para que recibieran visas FM-2 y pudieran conseguir empleos en territorio nacional.
''Fue totalmente injusto que después de vivir en México durante 23 años, luego que me apoyó López Portillo para que viviera y trabajara aquí, y sentir ese orgullo de ser mexicano, me hayan tomado como si fuera un perro, sin darme derecho a nada y encarcelarme sólo porque el gobierno español dijo que yo era un delincuente. Por eso, estando encarcelado llegué a pensar que si salía me iría a Argentina, donde nació mi padre, porque uno se siente hundido luego de que ve que las autoridades mexicanas no toman en cuenta el tiempo que llevaba trabajando aquí sin interferir en temas políticos. Desde que llegué a México se me aconsejó que me mantuviera al margen de los asuntos políticos del país, y fue lo que hice. Y todo para que al final me paguen con la cárcel sólo por quedar bien con España, pues no se vale'', puntualizó.
Recordó que, desde febrero pasado, dos personas vestidas de civil y con acento español acudieron a su domicilio para proponerle que ''por las buenas colaborara con España'' para localizar a ciudadanos vascos integrantes de ETA, de lo contrario ''me iba a arrepentir porque ya tenía allá una orden de aprehensión''. A cambio le ofrecieron becas para sus hijos y apoyos económicos. Ante la negativa de Llona, después de la visita de los españoles ''sentía que alguien vigilaba mis pasos. Después, la policía mexicana me agarró de la forma más fea. Yo percibía (al personal de) la PGR como que eran mis enemigos naturales''. Sin embargo asegura que ''después de esta amarga experiencia'' seguirá viviendo en México, pues así lo decidió con sus familiares.
Sabe que no será fácil ''volver a empezar'' y dice que continuará luchando por mantener una familia integrada y feliz. ''Seguiré trabajando como siempre lo he hecho desde que llegué, hace más de 20 años''.
Terminó la pesadilla
Tomados de sus brazos, la esposa y uno de los tres hijos de Lorenzo Llona señalaron: ''Este es uno de los momentos más felices de nuestras vidas'', y añadieron que seguirán apoyando al padre de familia a quien calificaron de ''un gran ser humano con sólidos principios y virtudes''.
Guadalupe Orozco, esposa de Llona, aseguró no sentir rencor contra las autoridades mexicanas. ''Espero que a partir de la situación de mi esposo el gobierno de México no vuelva a hacerle caso a países como España respecto a casos de extradición, sobre todo sin recibir pruebas fundamentadas que comprueben la presunta culpabilidad de quien sea solicitado. La injusticia que se cometió con mi marido debe ser un antecedente bien fuerte para que el Presidente se dé cuenta de que antes que nada debe apoyar y querer a los mexicanos'', concluyó. ALFREDO MENDEZ ORTIZ
Podrían haberse violado sus derechos
básicos, explica
Niega la SRE a España la extradición
de Llona
Pruebas desechadas por el juez 15, base para esa decisión
ROSA ELVIRA VARGAS Y GUSTAVO CASTILLO GARCIA
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) negó
ayer la extradición a España de Lorenzo Llona Olalde, por
considerar que con su entrega podrían violarse garantías
fundamentales que la Constitución otorga al ciudadano naturalizado
mexicano.
En un comunicado de prensa, la dependencia informó
que la decisión del canciller Luis Ernesto Derbez fue producto ''de
un profundo y detallado análisis'' tanto de documentos que presentaron
las autoridades españolas como de ''elementos supervenientes'' a
los que la SRE tuvo acceso ''en fecha muy reciente''.
Sin embargo, fuentes oficiales revelaron que la base para
negar la extradición se sustentó en el análisis de
las pruebas que no quiso valorar el juez 15 de distrito, Ranulfo Castillo
Mendoza, con las cuales se demostraría que Llona estaba en México
el día de los hechos que se le imputan.
Según
las fuentes consultadas, la cancillería consideró que ''había
dudas razonables que favorecen a Llona sobre su presencia en España
en la fecha en que se realizó el atentado, ya que se exhibieron
documentos que acreditan su presencia en México el día de
los hechos, y la SRE los consideró lo suficientemente válidos
para negar la extradición''.
En tanto, en su comunicado de prensa, Relaciones Exteriores
estableció un deslinde con la que denominó una ''acertada
opinión'' del juez 15 de distrito en materia penal, Ranulfo Castillo
Mendoza, quien el pasado 27 de agosto emitió una declaración
favorable a la extradición.
La secretaría ''consideró y valoró
detenidamente'' la opinión del juzgador, la cual -en su opinión-
se apegó estricta y fundadamente en los términos del tratado
bilateral entre México y España, pero negó la extradición
luego de analizar disposiciones constitucionales, legales y de los acuerdos
en cuestión.
Asimismo remarca que atendió -para negar el pedido
de la justicia española- ''los criterios jurisprudenciales aplicables
y los elementos que potencialmente pudieran interferir con las garantías
consagradas en nuestra Constitución''. De manera específica,
precisa, se atendió el principio de ''jerarquía de las normas''
que, aunque no lo menciona, era uno de los elementos fundamentales a los
que apeló la defensa de Lorenzo Llona.
Así, mientras Relaciones Exteriores insiste en
que si bien la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha decretado
la constitucionalidad del tratado bilateral entre México y España,
y que la solicitud de extradición en los términos acordados
entre ambos países es válida, algunas ''garantías
constitucionales fundamentales del reclamado podrían haberse violado
con su entrega'' a las autoridades españolas.
Llona Olalde fue notificado ayer a las 13 horas de esta
determinación.
Por último, la cancillería apunta en el
último párrafo de su comunicado que este proceso no guarda
vinculación con la petición que también ha formulado
el gobierno de España en contra de seis presuntos miembros ''del
grupo denominado ETA'', apenas en junio pasado, el cual se analiza en un
juzgado de distrito de esta capital.
Un vasco en México
Llona Olalde llegó a México en diciembre
de 1980, con un grupo de vascos. El, como sus compañeros de viaje,
fueron asilados por el gobierno de José López Portillo. El
se nacionalizó mexicano en 1993; sin embargo, los problemas comenzaron
en febrero de este año, cuando policías españoles
llegaron a su domicilio en la ciudad de Zacatecas para presionarlo y exigirle,
a cambio de no extraditarlo, que les proporcionara datos de otros vascos
residentes en territorio mexicano. Durante la visita fue advertido
de no avisar a nadie o en caso contrario él y su familia sufrirían
las consecuencias.
Dos meses transcurrieron y a las 11 de la mañana
del 3 de abril, el mexicano de origen vasco fue detenido por ocho elementos
de la Agencia Federal de Investigación (AFI) cuando salía
de su casa. Su esposa, Guadalupe Orozco, nada pudo hacer para impedir la
aprehensión y el cumplimiento de la orden de detención provisional
con fines de extradición, que giró el juzgado 15 de distrito,
con sede en la ciudad de México.
Inclusive, según los testimonios recabados en aquellos
días, Asier Llona, de 19 años, hijo de Lorenzo, fue encañonado
para impedir que a bordo de su vehículo siguiera la camioneta Suburban
en la que su padre fue conducido hasta el aeropuerto de Zacatecas.
Para lograr su extradición, sin considerar si era
mexicano o no, y sin las pruebas suficientes sobre su estadía en
España en la fecha que se asegura estuvo allá, el gobierno
ibérico lo acusó de haber participado en un atentado cometido
por la organización vasca ETA, que se cometió el 24 de julio
de 1981, en el poblado de Tolosa, en Guipúzcoa.
Desde el principio de su encarcelamiento, Llona Olalde,
su familia y su abogada, Bárbara Zamora, aseguraron que en la fecha
en la que se habría cometido el atentado el vasco nacionalizado
mexicano estaba en México, y tenía pruebas documentales que
demostraban que había realizado trámites ante el Instituto
Nacional de Migración (INM).
Desde el inicio del proceso judicial en el cual el juez
15 de distrito emitiría una opinión técnico jurídica
en torno a si era válido o no otorgar la extradición de Llona
Olalde, el caso estuvo plagado de irregularidades, pues a pesar de que
su defensa solicitó al INM el expediente migratorio y se acordó
que éste sería entregado en un plazo de tres días,
los documentos fueron proporcionados por lo menos cuatro días después.
Asimismo, en el juzgado se aceptó la petición
de extradición a pesar de que carecía de los requisitos mínimos
para solicitarla, ya que contenía ''copias simples'', y ni siquiera
adjuntaba fotografías del reclamado, indicó en mayo la defensa
de Llona. Sin embargo, Guadalupe Orozco entregó a Bárbara
Zamora no sólo los documentos del INM que muestran a Llona Olalde
en México en las fechas que se le imputaba haber participado en
el atentado, sino también recibos de pago del primero de junio de
1981, que demuestran que su marido estaba laborando en la empresa maderera
El Bajío, así como documentos de los trámites que
en esas fechas realizó en el Instituto Mexicano del Seguro Social
y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
El 5 de junio de este año, el juez 15 de distrito,
Ranulfo Castillo, notificó a Llona la solicitud formal para extraditarlo.
Según la abogada Zamora, la acusación se sustentaba en ''la
declaración de una persona que en ningún momento nombra a
Lorenzo en esos hechos''.
Fue hasta el 6 de agosto cuando el juez Ranulfo Castillo
Mendoza recibió de la Procuraduría General de la República
(PGR) las fotografías originales en las que supuestamente aparece
Llona Olalde, como prueba para conseguir la extradición. La defensa
alegó que éstas fueron aceptadas fuera de tiempo. Su queja
en nada cambió la decisión del juez.
Tampoco valieron las protestas que la defensa realizó,
porque las pruebas a favor de Llona no fueron analizadas por el juez Castillo
Mendoza.
El 27 de agosto, Ranulfo Castillo notificó a Llona
que procedía su extradición. Un día después,
el mexicano de origen vasco inició una huelga de hambre que duró
21 días.
Hasta ayer por la mañana, Llona continuaba con
su protesta; su defensa había entregado a la cancillería
las pruebas que el juez Castillo no había valorado, y estaba a la
espera de la resolución.
Hoy, Lorenzo Llona Olalde está libre y de regreso
en su negocio, dedicado a la comercialización de queso menonita
en Zacatecas.
''Abuso de autoridad''
El juez decimoquinto de distrito en materia penal, Ranulfo Castillo Mendoza, quien se manifestó por la procedencia de la extradición de Lorenzo Llona Olalde, ignoró en su momento ''documentales públicas'' -documentación certificada del Instituto Nacional de Migración (INM)- que demostraban que el vasco naturalizado mexicano había realizado personalmente los trámites para la obtención del documento FM 3 los días 24, 25 y 26 de junio de 1981, por lo que era imposible que cometiera el asesinato que le imputa la justicia española.
De acuerdo con juristas consultados, el que Castillo Mendoza no haya tomado en cuenta la documentación oficial a la hora de emitir su opinión favorable a la entrega del ciudadano mexicano de origen vasco a las autoridades españolas, sería suficiente para denunciarlo penalmente por ''abuso de autoridad''.
Esta conducta del juzgador contrasta con las distinciones que ha recibido en su carrera profesional que son: reconocimiento al servidor público por probidad en la impartición de justicia en 1996, y reconocimiento académico en los años 1994 y 1995.
Nacido el 12 de marzo de 1957, el juez decimoquinto de distrito en materia penal se inició en el Poder Judicial de la Federación como oficial administrativo y actuario judicial; posteriormente pasó a ser actuario judicial y secretario de juzgado en materia penal y laboral en diversos juzgados y tribunales. Como resultado de los exámenes ''de opción múltiple'', fue designado por el Consejo de la Judicatura Federal juez octavo de distrito en materia penal en el estado de Jalisco, y recientemente juez decimoquinto de distrito en materia penal. JESUS ARANDA
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