Lo clásico ya no vende tanto, dice distribuidora

Propuestas frescas e innovadoras, las más solicitadas en la Feria de la Calle

MARIANA NORANDI ESPECIAL

Tarrega, Lleida, España. Coincidiendo con la fiesta nacional de Cataluña, este jueves la Feria de Teatro en la Calle comenzó su programación con un abanico muy amplio y variado. En su primera jornada se presentaron diversos géneros escénicos como cabaret, mímica, comedia, malabarismo, clown, pasacalles o montajes multidisciplinarios.

Desde las 11 de la mañana, y hasta las cuatro de la madrugada, se abrieron una veintena de espacios para dar paso a diferentes manifestaciones teatrales españolas y extranjeras. Estos espectáculos están divididos en "de sala", con un costo de entrada, y "de calle", totalmente gratuitos.

Además, y de manera paralela, en muchas esquinas, plazas y calles se presentan artistas independientes que exponen sus espectáculos a cambio de unas monedas. En la Plaza del Carmen, en el centro de la ciudad, un malabarista de origen francés lanza un diábolo a bastante altura. A ritmo de reggae, ska y música árabe, lo hace bailar alrededor del cuerpo y, entre "sus números favoritos", presenta el de lanzar el diábolo con las rastas de su cabello.

Acabada su actuación nos comenta: "la feria de Tárrega representa el gran supermercado de teatro de calle. Aquí llegan unos 850 programadores para comprar espectáculos y la gente que se presenta dentro de la programación oficial están para ser contratados. Yo soy un artista de calle y vivo de esto. No puedo actuar gratis para ver si alguien me contrata".

Y continúa: "A mí me gusta ser un artista de calle porque puedes actuar para las personas que no tienen dinero para pagar un espectáculo de sala. Además gano el dinero tranquilamente, no tengo jefe, no pago impuestos y soy libre".

Esta filosofía teatral de hacer de la calle un espacio de libre expresión es compartida por la gran mayoría de este tipo de artistas independientes quienes, además de unas monedas, buscan lograr con el espectador transeúnte una mayor comunicación que la existente en el teatro de sala.

Los espectáculos de calle que se presentan en esta feria son los más diversos e internacionales en su procedencia. Hay que llegar con bastante tiempo de antelación para encontrar un buen sitio y el público es, en su mayoría, joven.

El teatro como producto

En cuanto a las obras de sala, hay de todo. Interesantes en esta primera jornada fueron La vida im movil, de Knuk Teatre (Cataluña), parodia en forma de cabaret que ironiza la implantación del teléfono celular en la sociedad postmoderna (móvil, se le llama en España a este tipo de teléfono). Otro montaje interesante fue El reparador de sueños, de La Máscara (Cataluña), donde se mezcla mímica, pantomima, clown y teatro negro.

El clown es uno de los géneros más populares en este encuentro teatral y, por lo que se dice, uno de los más en boga en España.

También este jueves arrancó La Llotja, espacio donde se realizan las negociaciones entre empresarios escénicos y compañías. Ahí cada compañía tiene un puesto donde anuncia e informa sobre sus propuestas. En este sector, se habla de espectáculo teatral como "producto", el cual se oferta y vende bajo las mismas características comerciales que cualquier otro producto del mercado.

Sonia Rivera, distribuidora de la compañía andaluza El Espejo Negro, nos explica: "nosotros venimos siempre a esta feria porque es una de las más importantes de Europa y la mejor de España. Venir aquí significa que cierras fechas seguras. A nosotros, en esta feria nos han contratado de muchos lugares de España y de países como Alemania o Japón. Lo bueno de aquí es que vienen muchos programadores y no tienes que andar detrás de ellos, y lo caótico es que, al haber tanta oferta, se desbordan. En estos momentos, lo que buscan los empresarios son espectáculos frescos, innovadores y que sean capaces de emocionar. Las propuestas de corte clásico ya no venden tanto".