México D.F. Sábado 13 de septiembre de 2003
Destacan la ''profunda autenticidad'' de los textos participantes
Reúnen en un libro 29 relatos de literatura carcelaria femenina
El Premio DEMAC Penitenciario fue para Mi diario, escrito por la interna Alexa
ARTURO JIMENEZ
Bajo condena. Literatura carcelaria femenina es un libro diferente a lo que ahora se publica, pues se trata de un volumen sobre asuntos trascendentes, no consumista y antilight, ''que transforma la manera de ver las cosas, la vida, las mujeres y la cárcel".
Así lo afirmó ayer la escritora Ethel Krauze durante la presentación de ese texto publicado por la asociación civil Documentación y Estudios de Mujeres (DEMAC) y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del gobierno federal.
El volumen reúne 29 relatos que concursaron en la segunda versión del Premio DEMAC Penitenciario 2002 Para mujeres que se atreven a contar su historia, el cual ganó la interna Alexa, con el texto Mi diario, historia de ''brío y autenticidad".
Siete fueron las menciones honoríficas: Julia Nava Medina, por Tres luces en la oscuridad; Mariana E. Rosas S., por Me arrepiento; Rosa Julia Leyva Martínez, Argelia Gutiérrez Hernández y Marcela Campos Aguilera, por textos sin título; Martha A. Jiménez Preciado, por Más adentro que libre, y Maricela Yescas Rodríguez, por El angel caído.
Integrante del jurado del premio durante sus dos ediciones, Krauze dijo que las vidas de las mujeres internas no son tan diferentes a las experiencias de las que están afuera.
Luego dijo: ''Son mujeres que ya fueron juzgadas, para bien o para mal. Ellas ponen su alma en estas biografías. Con qué derecho voy ahora a juzgarlas desde la literatura".
Destacó entre los valores de ellas y de sus textos la ''profunda autenticidad". Los escritores de afuera, señaló, quizá tengan algo que perder y por eso no se atreven, pero para esas mujeres escribir significa ''ganar la justicia y la libertad de ser auténticas".
Luego de reconocer que trabajos como los de ese tipo son un estímulo para ella como escritora, Krauze señaló que las 29 internas utilizan la escritura en su sentido más profundo: el de la creación humana.
Leerlas, agregó, es un ''gozo espiritual" porque exploran la verdad, el alma humana, cosas nuevas. ''Con su lectura lloré, tuve pesadillas, pero creo que crecí".
Oportunidad, no readaptación
Además de Krauze, participaron Amparo Espinosa Rugarcía, directora del centro de documentación; el criminólogo Carlos Tornero Díaz y Victoria Pacheco Jiménez, comisionado y directora, respectivamente de Prevención y Readaptación Social de la SSP.
Espinosa Rugarcía leyó e hizo un recuento de los textos, y dedujo que la mayoría son historias de desamor, violencia, odios, rencores y de tortura carcelaria.
''No las veía como víctimas inocentes, pero al leer sus historias no pude evitar pensarlo. A unas las observo arrepentidas de sus acciones y a otras, como juguetes de la sociedad."
Ese fue uno de los sentidos de las reflexiones de Tornero Díaz. ''Inclusive en la actualidad, el sujeto femenino no acaba de ser construido social y culturalmente.
''Está por nacer, en desesperada lucha, y todavía esa lucha es motivo de grandes vejaciones. Los que pertenecemos al género contrario, estamos muy lejos de comprender lo que es el surgimiento y la lucha del sujeto femenino.
''Ellas son las más cercanas a la readaptación social, porque la mujer en sí, por serlo, es una persona perfectamente siempre adaptable.
''La mujer no necesita readaptación, sino una oportunidad de ser ella, de poderse expresar e integrar socialmente. Nosotros, los varones, siempre somos niños dispuestos a recibir readaptación."
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