México D.F. Sábado 13 de septiembre de 2003
Partidarios y detractores de la moneda, en virtual empate
Asesinato de canciller sueca influye en favor del euro, revela encuesta
DPA, AFP Y REUTERS
Estocolmo, 12 de septiembre. El asesinato, esta semana, de la canciller sueca por un desconocido parece haber influido en un virtual empate en el referendo del próximo domingo sobre la adopción o no del euro en Suecia, de acuerdo con sondeos de opinión dispares y de cara a la indignación de miles de personas que se disponían a salir a las calles en repudio al atentado.
Si bien para algunos medios las repercusiones siguen siendo inciertas, los dos bandos ahora obtendrían cada uno 50 por ciento en las intenciones del voto, conforme a un sondeo del instituto Skop, que augura un cambio drástico en las correlación de fuerzas en favor del "sí", mientras otra encuesta del instituto Sifo sigue brindando una cómoda ventaja a los partidarios del "no."
Antes del crimen de la canciller Anna Lindh, partidaria del "sí", Skop daba 58 por ciento para los opositores al euro y esta vez otorgaba 50 por ciento a cada bando, mientras que Sifo da 50 por ciento a los defensores del "no" frente a 38 por ciento de los que están en favor.
El director del servicio secreto sueco (Sapo), Kurt Malmstrom, cuyo organismo ha sido blanco de duras críticas debido al atentado, negó que piense renunciar. En una entrevista de prensa, el funcionario insistió en que no había una situación de peligro concreto para Lindh, por lo que no se le había asignado una escolta.
La policía dijo haber sometido a interrogatorio este viernes a un hombre de 32 años, detenido la víspera en el contexto de las pesquisas, pero se le liberó al comprobarse que está exento de sospechas. No obstante, la policía dijo estar buscabdo indicios entre el hampa que permitan indentificar al asesino.
Mientras el autor sueco de novelas criminales más conocido, Hening Mankell, dijo creer que el crimen está relacionado con causas políticas, la prensa local reporta que en la sociedad sueca crece el miedo a una repetición del trauma por Olof Palme, el primer ministro cuyo asesinato en 1986 sigue sin ser resuelto.
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