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México D.F. Sábado 13 de septiembre de 2003

Friedrich Katz hace un repaso de las fases del nacionalismo en México

La Independencia, primer paso para crear la conciencia nacional

La Revolución produjo por primera vez cierta integración entre las clases populares, dice

Madero, Villa y Carranza mostraron una actitud ''inaceptable para Estados Unidos''

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

Los vertiginosos y profundos cambios económicos y sociales ocurridos en el mundo y en la sociedad mexicana, a su vez están generando evidentes transformaciones en la conciencia y en el sentimiento nacionalistas. En cualquier caso -afirma el historiador Friedrich Katz- esos cambios de ningún modo significan que la nación mexicana esté en peligro de desaparecer. También opina que la democracia, la discusión plural y abierta de la toma de decisiones, es la mejor garantía de preservación de la identidad nacional.

El autor de Pancho Villa (Ediciones Era), considerada la más completa biografía sobre El Centauro del Norte, es otra de las presencias notables en el encuentro académico El nacionalismo mexicano ayer y hoy. En entrevista, el también profesor de historia latinoamericana en la Universidad de Chicago hace un repaso por las distintas fases del nacionalismo mexicano, desde la Independencia hasta nuestros días.

Por un Estado moderno y laico

Obviamente, el primer paso hacia la creación de una conciencia nacional fue la guerra de Independencia, que reunió a gente de diversas procedencias étnicas y sociales, ''con lo cual empezó a formarse un sentimiento nacional a pesar de que el país no había sido integrado todavía", expresa Katz.

Después ''hubo muchas discusiones sobre lo que debería ser la nación mexicana. Estaba la posición de los conservadores, que veían a la Iglesia y a la religión como factor de integración. Los liberales pensaban en un Estado cuyo modelo era Estados Unidos y la Francia revolucionaria, con plenas libertades ciudadanas, con la integración de los indios, aunque había diferentes ideas sobre cómo integrarlos. Algunos liberales pensaban en mezclarlos con colonos europeos, pues creían que Europa representaba una cultura superior, y había quienes hablaban de exterminarlos o de excluirlos de la vida nacional".

Una segunda etapa -prosigue Katz- provino de la derrota ante Estados Unidos y la pérdida de la mitad del territorio: ''Eso fortaleció el sentimiento nacionalista y sembró la conciencia de que México tenía que crear un Estado nacional, si no el resto del país sería destruido. Eso pensaban los liberales que apoyaban a Juárez. Querían crear un Estado laico moderno, aunque aún creían en la migración europea, que no se dio porque el país era demasiado pobre para atraer inmigrantes. Además, estaba la experiencia negativa de Texas, donde se había permitido la entrada de inmigrantes y el resultado fue la secesión".

El triunfo de los liberales juaristas sobre los conservadores y sobre los invasores franceses, con todo y Maximiliano, ''legó un Estado más fuerte y dejó claro que no podía existir basado en la Iglesia y la religión; además, generó un sentimiento nacional que antes no existía".

Durante la dictadura de Porfirio Díaz, refiere el historiador, ''hubo una situación mucho más contradictoria". Por una parte, con la creación de una red ferroviaria, ''por primera vez hubo una integración verdadera de México. La gente podía trasladarse de una región a otra, viajar con más frecuencia porque era menos costoso y menos peligroso. Hubo entonces un tipo de integración económica y un tremendo desarrollo".

En el porfiriato, también, ''hubo más educación nacionalista, no obstante que en gran parte se limitó a las clases medias y altas; no abarcó a los grupos más humildes ni a los indígenas. El grupo dirigente, los científicos, quería también un Estado fuerte en lo económico y en lo político, pero de manera contradictoria pensaba que sólo con capital extranjero el país podría desarrollarse. Entonces, las concesiones a compañías extranjeras fueron enormes. Se hicieron leyes con las que grupos mineros y petroleros del extranjero controlaron gran parte del país".

Los científicos trataron de hacer contrapeso a la presencia económica estadunidense mediante alianzas con los europeos, a partir de concesiones, por ejemplo, a los petroleros ingleses. Eso creó un resentimiento en Estados Unidos, ''por lo que éste apoyó hasta cierto punto la revolución de Madero".

Apoyar y quitar

La política de Estados Unidos durante la Revolución -explica Friedrich Katz- ''era apoyar a todo gobierno y después volverse contra él. Apoyaron a Madero y ayudaron a derrocarlo; ayudaron a Huerta y se volvieron contra él; lo mismo hicieron con Villa y Carranza". La razón fue que ''todos ellos, de una manera u otra, manifestaban un nacionalismo que Estados Unidos no estaba dispuesto a aceptar".

A juicio de Katz, la Constitución de 1917, que otorgaba a México la soberanía sobre sus recursos naturales, ''fue una expresión de nacionalismo". Pero la evolución de éste en esa etapa no sólo tuvo que ver con una actitud de defensa frente a Estados Unidos, sino también con otras razones: ''La Revolución produjo por primera vez cierta integración entre las clases populares. Los ejércitos norteños llegaron a la ciudad de México; los zapatistas llegaron a Puebla y a la capital. Hasta ese momento, el campesino no conocía regiones más allá de su pueblo natal. De pronto tuvieron una idea distinta y más amplia de lo que era México. Eso consolidó mucho más el sentimiento nacional".

Después, cuando Lázaro Cárdenas expropió el petróleo, surgió un nacionalismo hasta cierto punto antiestadunidense. ''Otro factor que reforzó el sentimiento nacionalista en el cardenismo fue la educación, los millares de maestros que iban al campo. Ya no era el Estado opresor que les quitaba, sino un Estado que les daba algo, tierras, leyes sociales, educación. Ahí la conciencia nacional cambió profundamente".

En la época posterior al cardenismo, muchas de sus reformas fueron modificadas, ya no era el Estado benefactor, pero lo podía ser: ''En la medida en que abandonaba muchas reformas sociales, trataba de impedir huelgas y empezó a perder legitimidad, aunque la mantuvo en gran parte gracias a que hubo crecimiento económico".

Y vinieron las crisis

Otra expresión de política nacionalista consistió ''en que los gobiernos del PRI mantuvieron cierta distancia de la política exterior de Estados Unidos. Por ejemplo, México fue el único país de Latinoamérica que no rompió relaciones con Cuba después del triunfo de la Revolución".

Una idea del PRI y de la izquierda era que ''el nacionalismo mexicano era el control de la economía por parte del Estado. Hasta que en los años 80 empezaron las crisis económicas, y los gobiernos de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas, quienes ya no creían en el nacionalismo económico, privatizaron la industria y vino el Tratado de Libre Comercio y la integración económica completa con Estados Unidos".

Actualmente, entre los partidos políticos se tiene una concepción diferente de lo que debe ser la nación mexicana. Hay quienes señalan o temen el debilitamiento de una conciencia nacional. Katz considera que hay factores que la debilitan y otros que la fortalecen: ''La refuerza el auge de la educación, que es un factor muy importante de creación de un sentimiento nacional. Los medios de comunicación tienen efectos dobles. Por una parte, algunos programas refuerzan el sentimiento nacional, pero es enorme la influencia de la cultura popular estadunidense. Tengo curiosidad sobre los efectos que tendrá. Todavía no los puedo juzgar, pero me pregunto si eso viene a reforzar o no un sentimiento nacional."

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