Se le advirtió que el terrorismo se incrementaría, dice

Blair llevó a GB a la guerra y la puso en peligro: comisión del Parlamento

DPA Y THE INDEPENDENT

Londres, 12 de septiembre. El primer ministro británico, Tony Blair, condujo a su país a la guerra contra Irak a pesar de las advertencias de los servicios de inteligencia -un mes antes del comienzo de las hostilidades- de que podría incrementar el riesgo de atentados terroristas en Gran Bretaña.

Esta revelación emergió de un informe de la Comisión de Seguridad e Inteligencia del Parlamento británico, que investiga la for-ma en la que el gobierno presentó su caso contra Irak antes de la guerra.

El documento asegura que el dossier so-bre Irak presentado por el gobierno en septiembre no fue "maquillado". Sin embargo, agrega que Blair fue informado con anterioridad a la guerra que la amenaza de Al Qaeda, y otros grupos terroristas aliados, sería aún mayor si invadían Irak.

El primer ministro, quien junto con el presidente George W. Bush argumentó que con la guerra se reduciría el riesgo de nuevos atentados, encargó a su ministro de Salud, John Reid, la defensa de este caso.

Reid señaló que la combinación que re-presentaban Saddam Hussein y los grupos terroristas al lado de países criminales produciendo armas de destrucción masiva era "tan grande" que Blair tuvo que actuar.

"El tomó una decisión y creo que fue en el momento justo, porque el mundo es ahora un lugar menos peligroso. Creo que el pueblo de Irak lo sabe y que el tiempo probará que fue lo correcto".

Reid reconoció que muchas personas estuvieron en desacuerdo con el juicio de Blair, y señaló que "el primer ministro es elegido para gobernar y hacer los juicios necesarios, en momentos en que se enfrenta con temas como terrorismo y armas de destrucción masiva. Todos tenemos derecho a pensar diferente", agregó.

Precisamente Blair llegó a la conclusión que era más riesgoso dejar a Hussein en el poder, apuntó Reid.

Siete altos miembros del gabinete de Blair vieron el documento de inteligencia en donde se advertía que invadir Irak incrementaría la amenaza de un atentado terrorista en Gran Bretaña.

Entre ellos estuvo Claire Short, la entonces secretaria de Desarrollo -quien renunció en protesta contra la guerra en la nación árabe-, además de los secretarios Geoff Hoon, de Defensa; Jack Straw, de Exteriores; David Blunkett, del Interior, y Patricia Hewitt, de Comercio e Industria, además de Gordon Brown, jefe de la oficina de Exteriores, y John Prescott, secretario adjunto de la cancillería.

El reporte del Comité de Inteligencia británico también advirtió a Blair que la caída del régimen de Hussein podría provocar que las armas químicas y biológicas de Irak cayeran en manos de terroristas.

El líder de los conservadores, Iain Duncan Smith, afirmó que "Tony Blair tuvo el derecho de hacer tales juicios al tomar di-chas decisiones. Pero ante esta controversia sobre el dossier de septiembre, ahora debe explicar por qué lo hizo. El pueblo tiene derecho a saber".

Robin Cook, ex ministro de Exteriores, señaló que el gobierno se encuentra en una "situación desesperada".

"Los dos argumentos principales para la guerra se han derrumbado", señaló Cook, quien dejó el cargo de responsable de relaciones con el Parlamento por su oposición a la guerra contra Irak.

No se han encontrado las supuestas armas de destrucción masiva y el riesgo de ataques terroristas no ha disminuido, sino que aumentó, subrayó.