México D.F. Sábado 13 de septiembre de 2003
DESFILADERO
Jaime Avilés
Carta íntima de Kofi Annan
El secretario general de la ONU acepta con orgullo la
rendición
Inquietante muestra sobre la basura
CONFIRMADO: KOFI ANNAN canceló su participación
en la quinta reunión ministerial de la Organización Mundial
de Comercio por supuestas razones de "seguridad", pero fuentes que estudian
la política estadunidense afirman que la ausencia del secretario
general de la Organización de Naciones Unidas resalta el carácter
ilegal del cónclave que está a punto de culminar en Cancún.
Lo que diga la ONU acerca de la guerra que el neoliberalismo emprende contra
los indígenas, los campesinos y los agricultores pobres del mundo
no debe ser tomado en cuenta. ¿Por qué? Hay razones históricas
mediatas e inmediatas que lo explican.
Durante el segundo semestre de 1998, la administración
Clinton organizó un debate, coordinado por la CIA y el Pentágono,
en el que participaron diversos think-tanks (consorcios intelectuales)
vinculados con el ejército, la academia y las finanzas. El objetivo
era predecir cómo serían las relaciones políticas
y económicas de la humanidad en 2015. De esos trabajos, que se prolongaron
15 meses, nació un documento llamado Tendencias Globales 2015
(TG-2015), que merecería ser comentado en un espacio más
amplio.
Al referirse al papel que la ONU desempeñará
en ese lapso, TG-2015 anticipó que tras la ruptura del equilibrio
bipolar, que llegó a su fin en 1991 con la disolución de
la URSS y se resolvió en favor de Estados Unidos, el máximo
símbolo de la legalidad internacional pasaría a segundo plano:
"En
todo el mundo aumentarán los conflictos internos atizados por disputas
religiosas, étnicas, económicas o políticas. La ONU
será llamada para manejar dichos conflictos, porque los grandes
estados no intervendrán debido al temor de sufrir repercusiones
domésticas, o por falta de voluntad política, o por falta
de recursos", asegura la versión pública del texto.
Una cuidadosa lectura de este párrafo establece
claramente que la ONU sólo se limitará a mediar entre los
de abajo. Kofi Annan conocía desde luego este pronóstico
cuando el gobierno de Estados Unidos puso en marcha sus planes para invadir
Irak. Por eso se comportó como una sombra complaciente, hipócrita
y lastimera. Pero cuando el Consejo de Seguridad fue humillado con sadismo
por el espíritu bandolero de George WC Bush y por la soberbia oportunista
de Tony cara de papel cebolla Blair, la reacción dentro de la ONU
fue una extendida mezcla de amargura, desaliento y rencor que se levantó
en contra del secretario general por su tibieza.
Sensible a la descomposición moral que reinaba
entre sus filas, el político africano, aparentemente embargado por
una profunda tristeza, pero también sin duda en posesión
de un amplísimo tiempo libre, cogió papel y tinta, y redactó
de puño y letra una carta que fue entregada por Internet a todos
los empleados del organismo en todos el planeta:
"27 de marzo de 2003.
"Queridos colegas y amigos:
"He querido escribir para hacerles saber cuánto
aprecio la devoción y lealtad que cada uno de ustedes continúa
mostrando durante estos tiempos de prueba para el mundo y las Naciones
Unidas.
"Para muchos de nosotros, la guerra y el sufrimiento que
ésta provoca son, tristemente, familiares. En efecto, buena parte
de nuestra tarea consiste en enfrentarse con los efectos de la guerra.
Esto no disminuye nuestra profunda tristeza al ver la guerra que se desenvuelve
en Irak. Nosotros nos compadecemos con aquellas familias que pierden a
sus seres amados y sus casas. Nos preocupamos por las más amplias
consecuencias de largo plazo que esta guerra tendrá para la paz
y la seguridad en la región y en el resto del mundo. Lamentamos
profundamente que el desarme de Irak no haya culminado pacíficamente
a través del Consejo de Seguridad y las inspecciones.
"Muchos de ustedes habrán oído espantosas
predicciones sobre el futuro de nuestra organización. Por un lado,
oímos que las Naciones Unidas fallaron porque no pudieron evitar
esta guerra. Por el otro, nosotros hemos dicho que eso está condenado
a la irrelevancia, porque el Consejo de Seguridad no estuvo de acuerdo
con la acción militar.
"Yo tampoco acepto esas reclamaciones. De hecho, yo creo
que podemos encontrar algún aliento en el hecho de que las Naciones
Unidas, y específicamente el Consejo de Seguridad, fueron el foco
y el foro de un intenso y sustancioso debate durante largos meses acerca
de qué era lo mejor para desarmar a Irak. La extensión y
la profundidad de la decepción en muchos países por el fracaso
del Consejo de Seguridad para lograr una solución colectiva, muestran
cuánto se esperaba de las Naciones Unidas. Ello refleja la convicción
de la gente en todo el mundo de que las Naciones Unidas es la institución
donde las decisiones en materia de paz y seguridad colectivas deben ser
tomadas. Es mi creencia, sin embargo, que la familia de las Naciones Unidas
debe resurgir de esta difícil experiencia con más relevancia
que nunca.
"El pueblo del mundo -incluyendo al pueblo de Irak- está
mirando a las Naciones Unidas. El pueblo iraquí necesita urgentemente
nuestra ayuda, y nosotros debemos hacer todos los esfuerzos para darle
apoyo humanitario y asistencia tan pronto como sea posible. Los estados
miembros todavía debaten activamente acerca de qué sucederá
cuando los combates se detengan. No están preguntando si las Naciones
Unidas deberían involucrarse en ello sino cómo, bajo qué
circunstancias y para alcanzar cuáles propósitos. Si nosotros
somos llamados por el Consejo de Seguridad para cumplir un papel más
amplio en Irak después de la guerra, tenemos que estar listos para
enfrentar ese desafío.
"Más allá de Irak, la gente en todas partes
sigue mirándonos deseosa de que prosigamos nuestro lucha diaria
para prevenir conflictos en cualquier lugar que sea amenazado; para resolverlos,
y proteger a las víctimas, donde quiera que aparezca la furia; y
para ayudar, a aquellos que salgan del trance, a sanar sus heridas y reconstruir
sus vidas en una paz duradera.
"Ellos seguirán buscándonos para promover
el desarrollo y los derechos humanos, derrotar a la pobreza, proteger nuestro
medio ambiente, y para luchar contra muchas plagas globales que afectan
a la humanidad -desde el VIH/sida hasta el terrorismo.
"Los meses que vienen someterán a nuestra organización
a nuevas pruebas. Pero lo que nunca ha fallado en la vida de nuestras Naciones
Unidas es el compromiso de todos ustedes, el equipo -nuestro valor más
importante. Yo sé que ustedes nos verán salir airosos de
los retos que vengan.
"Sinceramente suyo,
"Kofi A. Annan".
Una dama ectópica
En representación del aguado Kofi, viajó
a Cancún la señora Eveline Herfkens, subsecretaria general
de la ONU, responsable del programa para el desarrollo conocido como Objetivos
del Milenio. Antes de tomar el avión hacia el horrísono balneario
de Quintana Roo, la diplomática distribuyó un artículo
en las redacciones de los más importantes periódicos del
orbe que, a juicio de su oficina de prensa, figuran entre los más
leídos por la humanidad. El texto, por ello, salió en La
Jornada el lunes 8 de septiembre.
Pero Herfkens, sabedora del flaco peso específico
que la ONU tiene en estos tiempos, firmó en compañía
de Nicholas Stern, economista en jefe del Banco Mundial. Así, el
breve ensayo titulado Un acuerdo global equitativo, se permitió
criticar duramente el desorden que reina en la agricultura planetaria,
pero hasta donde esta columna ha logrado medir (un poco más allá
de sus narices) no alcanzó la meta que ambicionaba: colocarse en
el centro de la agenda.
No hay que subirse a las atalayas de la ONU o sumergirse
en los sótanos computarizados del Banco Mundial para descubrir que
son tres los factores determinantes de la crisis agrícola del planeta.
Por un lado, los países ricos subsidian con creces a sus productores
rurales, pero a través de la OMC y los acuerdos regionales de libre
comercio prohíben que los países pobres subsidien a sus pobres
campesinos, como ocurre entre México y Estados Unidos. Por otra
parte, a falta de barreras arancelarias que fueron eliminadas en nombre
del neoliberalismo, los países ricos boicotean las exportaciones
de los países pobres invocando los más variados pretextos
ecológicos. Pero la más terrible agresión que los
poderosos cometen contra los débiles reside en el despojo de las
semillas tradicionales, que son literalmente robadas por trasnacionales
como Monsanto, para después registrarlas como propias y cobrar regalías
por "uso de propiedad intelectual" a quienes las utilicen tal como desde
tiempos inmemoriales lo han hecho. Si a todo ello agregamos el efecto devastador
de los transgénicos, el panorama está completo.
¿Qué hace la señora Herfkens en el
salón oficial de sesiones de la pachanga de Cancún? ¿Por
qué no está en la calle gritando entre los manifestantes?
Su actuación, en el lado opuesto de las vallas policiacas, sería
tan simbólica y testimonial como la que realiza allá dentro.
Pero tendría más sentido.
Una mirada a la basura
Que esta página recuerde, la basura nunca había
sido objeto de contemplación estética en ningún museo
del país. Obras de arte forjadas a partir de desechos las hemos
visto en las más variadas galerías e instalaciones. Pero
en ellas los desperdicios participan como ingredientes, no como tema en
sí mismo. Esto se acabó desde el momento en que la curadora
Sandra Rozental y el museógrafo Antonio Cortés inauguraron,
la semana pasada, la exposición "Una mirada a la basura", en la
sala Cristina Payán del coyoacanense Museo de Culturas Populares.
A diferencia de la muestra anterior de esa casa -"Sin
maíz no hay maíz", que la crítica describió
como populista y panfletaria-, en esta ocasión los responsables
del trabajo devuelven al museo la función de receptáculo
y vitrina de la cultura popular viva. Con sólo dos pesos de presupuesto,
recrean el hábitat de los pepenadores, con detalles tan sutiles
como el de sugerir el mal olor mediante cartón mojado, y lo ilustran
con fotografías de Johan Sundgren y Rogelio Martínez. Una
buena ocasión para conocer esta propuesta es la mesa redonda que
este 17 de septiembre se llevará a cabo ahí mismo, protagonizada
por los personajes que viven cotidianamente en el reino de todo lo que
ponemos lejos de nosotros con repulsión.
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