México D.F. Sábado 6 de septiembre de 2003
Al cura sólo lo conocemos por las estampas
que se venden en papelerías, señala
Desmitificar la figura de Miguel Hidalgo, reto de la
obra escrita y dirigida por Héctor Ortega
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
La puesta en escena Hidalgo, el sol y el dedo tiene
como objetivo desmitificar la figura del cura independentista ''a quien
sólo conocemos por las biografías que venden en las papelerías",
señaló Héctor Ortega, director y escritor de la obra
que se estrenará el viernes 12 en el teatro Benito Juárez,
como parte del programa para conmemorar el 250 aniversario del natalicio
del prócer.
También
se enmarca en el intento de la Secretaría de Cultura del Distrito
Federal por convertir los espacios escénicos de los que es propietaria,
como es el caso del teatro Benito Juárez, en ''teatros calientitos,
con una oferta cultural adecuada", aun cuando no hay los recursos financieros
suficientes para hacerlo a corto plazo, reconoció Leonel Maciel,
subdirector de Artes Escénicas de esa dependencia capitalina.
"No vamos a programar actos como los que hubo hace unos
años en ese teatro, ni vamos a hacer teatro light o comercial
por más que tengamos la necesidad de que esos espacios sean autofinanciables",
agregó el funcionario, y destacó que la administración
cultural recibió ''una infraestructura con más de 25 años
de abandono, y estamos en proceso de regularizar todos los edificios que
son propiedad de la Secretaría de Cultura, de modernizarlos y equiparlos,
aun con la economía bastante golpeada."
Búsqueda del humor analítico
Respecto del montaje Hidalgo, el sol y el dedo,
producido por la Secretaría de Cultura capitalina, Héctor
Ortega señaló que se trata de una obra cómico-política,
que no politiquera: ''Nos gusta hacer teatro político, pero hay
un teatro politiquero que es el que aprovecha que Salinas es pelón
y chaparro, en el que los políticos son un pretexto para hacer chistes
de ellos. Nosostros buscamos un humor analítico, no nos burlamos
de las orejas, la nariz o la boca sino que hacemos un cuestionamiento de
sus actitudes políticas".
La puesta en escena trata de mostrar a Hidalgo como un
ser humano y no como un mito; quien ''no sólo era un pinche curita
de pueblo", sino un personaje que se formó con la ideología
de la Revolución Francesa y que a los 38 años ya era rector
de la Universidad de San Nicolás. Su historia es vigente ''porque
nos habla no sólo de la crisis de los partidos políticos
que vivimos, sino también de la crisis de la izquierda mexicana
y mundial. La del cura Hidalgo es la historia de un movimiento revolucionario
que busca la paz y la justicia si no en el mundo, sí por lo menos
en su comunidad".
Hidalgo, el sol y el dedo se presentará
a partir del 12 de septiembre, de viernes a domingo en el teatro Juárez
(Villalongín 15, colonia Cuauhtémoc, a un costado del Monumento
a la Madre).
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